La llegada de cianobacterias a las costas de Montevideo, Canelones, Maldonado y Rocha en el último verano dio que hablar, pero no sorprendió a quienes estudian el tema, porque saben que hace 10 años hubo una floración más grave.
"Las cianobacterias están desde que se crearon los embalses, no es nuevo", dijo Luis Aubriot, investigador de la sección Limnología de la Facultad de Ciencias y un estudioso del fenómeno en los últimos años. Durante una charla organizada por la Unidad de Gestión Ambiental de la Intendencia de Montevideo, el experto resumió una investigación que realizaron varios docentes de la Facultad de Ciencias, trabajando en la teledetección con imágenes satelitales.
Hay cuatro factores que inciden en las cianobacterias: la temperatura, la luz solar, los nutrientes y la hidrología. En los dos últimos, la población tiene responsabilidad, según Aubriot.
"Todas las actividades, como el funcionamiento de la ciudad, las industrias y la producción de alimentos inciden. Todos los residuos que se desechan contienen fósforo y nitrógeno, incluso de forma pura como en las actividades agropecuarias", explicó.
A la vez, el experto afirmó que cuando se modifican los cursos de agua y se generan embalses, los organismos pueden flotar, mantenerse pegados a la superficie y desarrollarse.
"Las cianobacterias a los dos o tres días se duplican, tienen un crecimiento exponencial. Lo que pasó este verano fue una floración que no solo tocó a Montevideo, que es lo mas tradicional, sino que llegó a las costas de Rocha, algo atípico" por la alta salinidad de esas aguas, comentó.
El uso de fertilizantes es uno de los factores con mayor incidencia en Uruguay. "Una buena parte de los fertilizantes se barren con la lluvia y los nutrientes quedan en la superficie", explicó.
La Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca trabajan en la cuenca del río Santa Lucía para utilizar fertilizantes acordes con el tipo de suelo, con la dosis justa, limitando su aplicación, adelantó Aubriot.
Este río tiene uno de los niveles más altos de cianobacterias, y están presentes durante todo el año. ¿Por qué llegan a la costa si se producen en el agua acumulada? El experto dijo que cuando el caudal de agua aumenta, arrastra las cianobacterias desde las zonas donde se generan hasta los ríos que, alimentado por las altas temperaturas y mayor presencia de lluvias, hace que el fenómeno sea perceptible en zonas donde teóricamente no debería llegar.
Un articulador
No hay forma de evitar las cianobacterias. El camino es limitar su reproducción. Aubriot sostiene que crear áreas no cultivables cercanas a los cursos de agua ayudaría a disminuir la presencia de fósforo, pero esas soluciones requieren políticas que todavía no se han desarrollado.
"La academia es consultada, se investiga y los materiales llegan a las autoridades", dijo el experto, que prefirió no opinar sobre "decisiones políticas y económicas".
El análisis de UPM sobre los efectos ambientales en su segunda planta son, entre otros, "la afectación a la producción de energía hidráulica, afectación a los niveles de calidad del aire, afectación a la salud de la población de localidades cercanas a la planta por emisiones al aire, la contaminación eutrófica en el embalse Baygorria, el aumento de riesgo de floraciones algales, la afectación a la salud por la presencia de cianotoxinas y la afectación al tránsito", según la descripción del proyecto que estudió Dinama.
El investigador coincide con el análisis. "Va a aumentar la cantidad de cianobacterias", aseguró.
Sin embargo, dijo que estas algas tienen su lado positivo ya que son "divulgadoras de los problemas ambientales", porque son visibles para la gente. "Lo importante es cruzar información de forma rápida y tener diagnósticos".
Para Aubriot, este fenómeno se convirtió en un articulador entre los diferentes actores que forman parte del problema, y quienes pueden plantear soluciones.
En tanto, destacó que este verano se espera menor presencia de cianobacterias, ya que está previsto que el fenómeno de El Niño sea neutro, es decir, que puede que se den un poco más de precipitaciones pero no al nivel de la última temporada.