AFP

El nuevo sheriff de Wall Street tiene una misión

El probable candidato de Joe Biden para presidente de la Comisión de Bolsa y Valores cambiará las cosas

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20 de enero de 2021 a las 05:02

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Por Rana Foroohar

Es posible que los mercados financieros pronto tengan un nuevo sheriff regulador. Se espera que el presidente electo Joe Biden, quien asumirá el cargo el miércoles, elegirá al exjefe de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de EEUU (CFTC, por sus siglas en inglés), Gary Gensler, para dirigir la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). Dado que los mercados de capitales estadounidenses son los más amplios y profundos del mundo, el presidente de la SEC no sólo es el regulador mercantil más importante para EEUU sino también, posiblemente, para el resto del mundo. La buena noticia es que Gensler es exactamente el hombre adecuado para el trabajo.

Como exsocio de Goldman Sachs que también se desempeñó en el Departamento del Tesoro durante la administración Clinton, es un candidato poderoso en parte porque es un regulador “renacido”.

Después de 18 años en el banco estadounidense, incluyendo el tiempo en la unidad de arbitraje de riesgo, Gensler comenzó su carrera reguladora trabajando con su exjefe Robert Rubin, quien había sido nombrado secretario del Tesoro de EEUU. Después, se convirtió en subsecretario del sucesor de Rubin, Larry Summers, quien aprobó la Ley de Modernización de Futuros de Productos Básicos. Ésta fue la ley que eximió de la regulación a los swaps de incumplimiento crediticio (CDS, por sus siglas en inglés), que explotaron la economía mundial durante la crisis financiera de 2008.

Pero más tarde, como presidente de la CFTC bajo el presidente Obama, Gensler pasó una gran parte de su tiempo limpiando el desorden que creó dicha falta de supervisión. Aprobó docenas de nuevas reglas para aumentar la transparencia y reducir el riesgo en los mercados de futuros y de swaps, avanzando más rápido y más allá en la regulación financiera que cualquiera de sus colegas.

De hecho, Gensler casi parecía considerarla su propia misión personal de penitencia. Como me dijo en una entrevista en 2012, “sabiendo lo que sabemos ahora, aquellos de nosotros que ejercimos en la década de 1990 debimos haber hecho más para proteger el mercado de derivados”.

Los demócratas suelen denunciar la puerta giratoria entre Goldman Sachs y Washington. Pero Gensler es amado por quienes abogan por la reforma financiera y a la vez temido en Wall Street, en gran medida debido a su condición como una persona enterada de la industria financiera.

“Gary no se deja intimidar y, por lo general, es más inteligente que tú”, dice Dennis Kelleher, presidente y director ejecutivo de Better Markets, una organización de reforma financiera sin fines de lucro. “Calificaba de tonterías los argumentos que no resistían el escrutinio”, añade Kelleher, recordando el mandato de Gensler en la CFTC, cuando los ejecutivos financieros cabildeaban a favor o en contra de varias regulaciones.

Desde que dejó la CFTC, Gensler, un genio de las matemáticas, ha estado en el MIT, estudiando y enseñando sobre las próximas grandes cosas en las finanzas: las cadenas de bloques y las criptomonedas. Esa formación lo hará aún más útil como regulador en un momento en que las compañías de plataformas tecnológicas más grandes — desde Google y Facebook hasta Amazon y Apple — se están adentrando en la industria financiera.

Hasta ahora, Gensler ha elogiado la conveniencia y el bajo costo de las aplicaciones de servicios financieros minoristas al tiempo que ha advertido contra el uso de tecnologías descentralizadas para la especulación financiera. En un artículo del MIT de noviembre de 2020, él y la coautora Lily Bailey discutieron las “importantes oportunidades para la eficiencia, la inclusión financiera y la mitigación de riesgos de la inteligencia artificial y los grandes datos en el sector financiero, pero también la posibilidad de ‘brechas regulatorias’ que podrían generar una ‘fragilidad del sistema financiero y riesgos en toda la economía’”. ¿Traducción? En una SEC encabezada por Gensler, la tecnología financiera estará bajo un mayor escrutinio.

Pero también tendrá que abordar fallas pasadas. Durante algunos años, la SEC ha recibido críticas por no ser lo suficientemente dura con las corporaciones estadounidenses y por no proteger adecuadamente a los inversionistas. De hecho, las estafas y el fraude han ido en aumento durante la administración Trump, según la Oficina de Educación y Defensa de los Inversionistas de la SEC.

Como director de la SEC, Gensler tendría que compaginar dos trabajos. Lo primero y más importante sería restablecer la confianza en la capacidad de la agencia para cumplir con su principal misión de protección, estabilidad financiera y penalización de violaciones. Sin embargo, además, como operador político demócrata desde hace mucho tiempo, querría ayudar a facilitar las prioridades de la administración Biden, como abordar la desigualdad de ingresos, la injusticia racial y el cambio climático.

En cuanto a lo primero, los progresistas recurrirán al próximo presidente de la SEC para que reconozca que no son los bancos los que violan las leyes, sino los banqueros individuales. Al nombrar a un director estricto de la división de cumplimiento — quizás un exfiscal o un defensor de los consumidores — el presidente podría enviar un mensaje: no habrá más acuerdos ventajosos para los ejecutivos individuales mientras las organizaciones amortizan sus multas regulatorias como uno de los costos de hacer negocios. El presidente también podría revisar la desregulación de la era de Trump y endurecer las reglas sobre la protección de los denunciantes, sobre las recuperaciones de pago por ganancias ilegales, y sobre los límites al pago de los ejecutivos por actividades de alto riesgo.

Mientras tanto, en la agenda más amplia de Biden, la SEC podría desempeñar un papel importante en el aumento de la transparencia y la divulgación de tarifas ocultas, préstamos predatorios y riesgos invisibles de factores como el clima. Imagina, por ejemplo, si las compañías tuvieran que revelar su posible riesgo de litigio en torno a los préstamos a la industria de los combustibles fósiles o al desarrollo de propiedades frente al mar. Esto, combinado con la apertura de la caja negra de las finanzas algorítmicas, podría contribuir en gran medida a mitigar el riesgo en un momento delicado para la economía mundial.

Con una nueva administración y un nuevo director “renacido” de la SEC, es posible que los mercados pronto también adquieran una ‘religión’ regulatoria.

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