En apenas cuatro horas del miércoles pasado las acciones del unicornio uruguayo dLocal se desplomaron. Ese día la firma Muddy Waters Research publicó un lapidario informe donde acusó a la tecnológica de posible “fraude” y “engaño”. En paralelo, el director general y propietario del fondo de cobertura Muddy Waters, Carson Block, anunció una posición bursátil de ventas en corto (short selling) que permite ganar dinero si el precio de una acción cae.
Las acusaciones contra dLocal corrieron como reguero de pólvora en los mercados, y los títulos se hundieron 51% en la Bolsa de Nueva York. La compañía de soluciones de pago perdió US$ 3.300 millones en capital de mercado casi en tiempo récord.
Así el primer unicornio uruguayo se transformó en blanco de fondos especializados en tomar posiciones bajistas dentro de empresas que consideran sobrevaloradas. Esta práctica especulativa consiste en “pedir prestado” un título a un broker por determinado tiempo y de inmediato venderlo anticipando una caída de su precio. En una fecha posterior se recompran los mismos activos, pero más baratos y se obtiene una ganancia con la desvalorización.
Los informes como el divulgado esta semana buscan en general que las acciones caigan. Cuanto mayor sea el descenso más dinero gana el que está en posición corta. Esto no es la primera vez que sucede y en el mundo de las finanzas sobran ejemplos donde la publicación de un reporte negativo fue suficiente para destruir millones de una empresa en pocas horas. Lo que sigue es un relevamiento realizado por El Observador.
A mediados de julio pasado la firma liderada por Block afirmó que la compañía de energía Hannon Armstrong Sustainable “inflaba sus ganancias y flujo de efectivo”, reportó la agencia Reuters. La firma dedicada a invertir en proyectos eólicos y solares negó las acusaciones, y dijo que se buscaba engañar al mercado, pero igualmente sus acciones cayeron 20% ese día.
En agosto de 2019 otro informe del hedge fund (fondo de cobertura) hizo que las acciones de la firma de litigios y gestión de riesgos Burford Capital cayeran en una jornada hasta 50% en la Bolsa de Londres. Esto tras acusarla de fraude contable.
La empresa fue calificada como un “pobre disfrazado de grande” y se la señaló como una firma que “cortejaba a los inversores” con cifras “sin sentido” y “manipuladas”, según publicó el sitio especializado Expansión. Sus títulos recuperaron terreno algún tiempo después, luego que Burford manifestara que la acusación de insolvencia de Block “carecía por completo de fundamento”.
La empresa especializada en investigación financiera forense Hindenburg Research, acusó en 2020 a Nikola Motor Company, una star-up de vehículos eléctricos. La denuncia apuntó a que el éxito de la empresa estaba basado en un “complejo fraude”. Eso hizo que el valor de sus acciones se desplomara 40% en tres días, justo en un momento donde parecía despegar tras una alianza con el fabricante General Motors. Este caso terminó con la salida de uno de los fundadores de la empresa.
Otra de sus víctimas fue el fabricante de vehículos eléctricos Lordstown Motors, al que en 2021 acusó de mentir sobre sus ventas y el desarrollo de su primer modelo. Ese mismo año Hindenburg Research tomó posiciones cortas en la compañía estadounidense DraftKings, una empresa de juegos y entretenimiento deportivo digital, a la que le cuestionó su gasto promocional y el potencial futuro, después de comparar su valoración con otras rivales.
Además, Hindenburg Research estuvo detrás en diciembre del año pasado del derrumbe de los papeles de Tecnoglass, que llegó a 43% en un día. La caída de esta empresa colombiana —hoy con una capitalización bursátil de US$ 1.400 millones— se produjo poco después de su segundo campanazo en el Nasdaq, y respondió a motivos ajenos al rendimiento financiero y operativo de la compañía, reportó el diario La República de ese país. Los medios atribuyeron el movimiento a la publicación de un informe con “irregularidades contables”.
En diciembre de 2019, Muddy Waters hizo caer fuertemente el valor de NMC Health, una cadena de hospitales de Emiratos Árabes Unidos que cotizaba en el índice Ftse 100 de Londres. El hedge fund planteó “serias dudas” sobre los balances, y los títulos cayeron hasta 25%, con lo que su valor de mercado perdió unos US$ 1.300 millones.
Más atrás en el tiempo, en octubre de 2015 las acciones de Valeant Pharmaceuticals cayeron 40% en un día. La firma Citron Research, otro influyente vendedor en corto, la acusó de inflar sus ventas, según informó El Economista de México.
A grandes líneas Citron argumentó que la farmacéutica tenía vínculos no revelados con farmacias especializadas. Eso ayudó a la empresa a crear “ventas fantasmas” de sus productos que se entregaban al canal de distribución en mayor proporción de lo que las ventas exigían. La acusación fue negada por Valeant.
En 2014 la compañía tecnológica española Gowex fue acusada por el fondo de cobertura Gotham City Research de fraude contable. Entre otros puntos, advirtió que el 90% de los ingresos declarados no existían y que su facturación real no superaba los € 10 millones anuales. Eso condujo a que la compañía considerada como una “perla del mercado” perdiera 60% de su valor en dos días —unos US$ 1.100 millones—. En este caso, las investigaciones y procesos judiciales terminaron años después en un concurso voluntario de acreedores, según crónicas de medios españoles.
También destacan otros casos de compañías que fueron blanco de informes negativos por parte de Muddy Waters. Por ejemplo, la china Sino-Forest Corporation en 2011, cuyas acciones cayeron un 67% en la Bolsa de Valores de Toronto antes de que se suspendiera su cotización. El grupo fue acusado de exagerar el tamaño de sus ingresos y de los activos forestales.
Y el gigante asiático Noble Group perdió hasta 9% después que fuera señalada en 2015 como una firma que “parecía existir únicamente para pedir prestado y quemar efectivo”, según reportó BBC News. Antes había perdido otro 30% por informes de Iceberg Research.
En la lista hay más casos como NQ Mobile Inc., Olam International y Groupe Casino Guichard – Perrachon, entre otros, que también recibieron acusaciones a principios de la década de 2010.
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