Juan Samuelle

El protocolo que puede revitalizar al sorgo: la pelota en cancha de China

La aprobación de un protocolo con China, el principal importador mundial, podría marcar la recuperación del sorgo, un cultivo en declive en el área agrícola nacional

Tiempo de lectura: -'

04 de febrero de 2022 a las 12:15

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Uruguay tiene la posibilidad de agregar un nuevo producto a su canasta agrexportadora con destino a China –el principal comprador mundial– ya desde la próxima zafra.

El protocolo para exportar sorgo a China que el Ministerio de Agricultura y Pesca (MGAP) recibió el viernes 28 de enero de sus pares chinos fue devuelto a las autoridades de ese país, con mínimas propuestas de ajustes, según acordaron asociaciones de productores, semilleros y exportadores con la cúpula del MGAP esta semana.

Una vez aceptado por ambas partes, el protocolo entraría en vigencia casi enseguida.

Se espera que, para agosto, cuando se empezaría a proyectar la próxima siembra de octubre en este cultivo, estaría en pleno funcionamiento.

Para la próxima zafra de cultivos de verano sería una opción más para diversificar la producción. Además de su propio potencial, el sorgo colabora en las rotaciones por su capacidad de aportar buenos volúmenes de materia orgánica a los suelos.

El sorgo que se produce actualmente en Uruguay tiene destino energético y forrajero y desde la campaña 2014/15 el área cultivada ha descendido sensiblemente.

Esa temporada fue la última en la que se superaron las 80 mil hectáreas, y desde 2017/18 no se superan las 30 mil hectáreas.

EO

El sorgo compite con el maíz y la soja por hectáreas y capacidad de almacenamiento, y los rendimientos esperables –además del precio internacional– son claves para obtener márgenes interesantes.

Rindes al borde de cubrir costos

En las últimas tres campañas se han alcanzado entre 4 mil y 5 mil kilos por hectárea, apenas lo suficiente para cubrir los costos. Según los estudios de la cooperativa Sofoval, los costos para cultivar sorgo en 2020 fueron de US$ 567 por hectárea (valores a setiembre) y en 2021 subieron a US$ 661 por hectárea, para un piso de 3.900 kilos.

El precio de referencia para los cálculos de Sofoval es de US$ 170 la tonelada, basado en los precios de ALUR, que pagó el último año un mínimo de US$ 160 la tonelada más un premio de US$ 10 por entrega temprano por sorgo como insumo para la producción de bioetanol.

El rendimiento en 2021 fue de 3.954 kilos por hectárea para el sorgo de primera y de 4.054 para el de segunda.

Como otros commodities agropecuarios, el precio internacional del sorgo dio un salto en el último año. Cruzó el techo de los US$ 200 en octubre de 2020 y llegó a un pico de US$ 336 en mayo de 2021, para estabilizarse arriba de los US$ 250.

“El sorgo pasaría a ser una alternativa más que interesante a más de US$ 200 dólares”, dijo el consultor y productor arrocero Hernán Zorrilla.

Para Pablo Uteda, director de IPB Semillas, si bien es relevante tener un mercado nuevo que estimule el cultivo “tiene que alinearse un precio razonable para armar una campaña de siembra con el interés del sector exportador para llenar silos con sorgo en el mismo momento en que se cosecha soja; va a depender del stock y los precios de maíz a nivel mundial que arrastran los precios del sorgo”.

Explicó que los precios del sorgo suelen estar entre 20% y 25% por debajo de los precios del maíz, aunque por una necesidad de sustitución eso puede llegar al 10%.

Leonardo Olivera, director de los Servicios Agrícolas del MGAP, dijo que el protocolo planteado por China para Uruguay es menos exigente que el que tiene Argentina, “porque tiene el doble de plagas y la mayoría son malezas”, y exporta sin problemas.

En 2021 Argentina exportó US$ 539 millones en sorgo, el 95% con destino a China.

El primer borrador del protocolo para Uruguay incluía algunas plagas que no están presentes en el país y planteaba tolerancia cero a algunas malezas, como sorgo de alepo, que lo hacía muy difícil de cumplir.

Esto fue modificado, incluyendo un margen de tolerancia al sorgo de alepo y estableciendo “que se lleven adelante los procedimientos necesarios para reducir significativamente los restos de impurezas y malezas peligrosas”, apuntó Olivera.

Exportadores y productores plantearon algunas modificaciones y precisiones, aunque fueron advertidos por las autoridades de que no es sencillo hacer cambios significativos a lo que pide el comprador.

Una de las condiciones que se señala desde la industria local es que el protocolo plantea que se especifique de qué puerto va a salir la producción y a cuál va a llegar.

“Le damos la derecha al equipo del ministerio para seguir adelante y ver cómo se puede adaptar el productor para cultivar”, dijo Rafael Ferber, directivo de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), tras la reunión del lunes con el MGAP.

Ferber destacó el profesionalismo del ministerio en este tema, al integrar a toda la cadena a la conversación.

Para los productores, el camino sería enviar algún contenedor de sorgo para mostrar en destino la calidad del producto y dejar establecido que “hay un cultivo que espera ser sembrado para ser exportado a China”, dijo Ferber.

Si bien hay interés de sembrar con este objetivo para la zafra 2022/23, se espera tener las garantías comerciales y la certeza de alcanzar los volúmenes necesarios para cumplir con la demanda.

Es necesario que haya “tiempos razonables para llegar a la siembra con negocios armados, pensar en semillas e insumos; lo bueno es que el sorgo va a regiones en las que por rotaciones los maíces demuestran algunos problemas”, apuntó Uteda.

Olivera destacó que no es imperativo abrir las exportaciones este mismo año y puso como ejemplo que el mercado chino se abrió a la cebada uruguaya en 2017 y recién en 2021 se inició una corriente exportadora.

El director de los Servicios Agrícolas del MGAP sostiene que lo relevante hoy es abrir el canal: “Lo comercial es distinto, algún exportador puede encontrar el nicho o puede ser algo mucho más amplio y que tenga un salto significativo”.

Desde la perspectiva de los productores también fue señalada la importancia de aprovechar una oportunidad de tener una nueva corriente comercial así sea de modo latente, porque protocolos como este validan el producto y aparecen otros compradores.

EO

EO

Fuerte demanda china 

Hasta 2012, las importaciones de sorgo de China no superaban las 100.000 toneladas por año, y estaban esencialmente destinadas a la producción de aguardiente. La necesidad china de aprovisionarse de granos forrajeros para abastecer la demanda del sector avícola y porcino llevó a que en el año 2013 crecieran a un millón de toneladas y luego a 8 millones de toneladas en 2016. Luego, se desplomaron por la crisis de la fiebre porcina africana y en los últimos dos años mostraron una recuperación sostenida para superar en 2021 los 8 millones de toneladas, que aumentarán en 2022 a más de 10 millones.

EO

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.