Antes de que Melania Trump se volviera famosa, Sevnica, con solo 5.000 habitantes, era conocido por su lencería, fábricas de muebles y un castillo con 900 años de antigüedad. Sevnica es un pequeño pueblo de un pequeño país, Eslovenia, que pasó a estar bajo los focos del mundo gracias a su hija más famosa, la nueva primera dama estadounidense.
Melanija Knavs, su verdadero nombre, empezó en su adolescencia como modelo, lo que la llevó a Nueva York, y allí conoció a su futuro marido.
Una vez que la carrera de
Donald Trump hacia la presidencia se volvió una realidad, el alcalde y la oficina de
turismo comenzaron a utilizar la nueva fama de su ilustre ciudadana para poner a Sevnica en el circuito turístico del país alpino.
Así, el número de visitantes estadounidenses aumentó en el 11% en un año, alcanzó a unos 80.000 entre enero y octubre del año pasado, y se esperan más.
Los empresarios locales redoblaron sus esfuerzos para sacar provecho con la creación de nuevos productos –como tortas "Melania" y pantuflas "Casa Blanca"–, aunque luego sufrieron un revés cuando un abogado de Trump les advirtió que tuvieran cuidado con las marcas.
También por esto, la municipalidad de Sevnica retiró un gran cartel publicitario con la imagen de Melania, y una pizzería que ofrecía una hamburguesa "Trump" optó por rebautizarla "Presidencial".