El resurgimiento político de Beatriz Argimón

Desde el día que se recibió de escribana -y le anunció a sus padres que se iba a candidatear a edila de Montevideo por el Partido Nacional- Argimón estaba convencida que la política la iba a acompañar durante toda su vida. Pasaron poco más de 30 años desde aquel día y, a lo largo de esas tres décadas, la política la acompañó pero no siempre tuvo un rol protagónico.

Gran parte de su vida de “mujer política” –como ella afirma– la tuvo en las sombras. Los últimos años se había desempeñado como secretaria del directorio nacionalista y su rol más visible estaba asociado a la moda, a través de la co-conducción del programa Diseñarte que se emite por TNU y que lleva ocho temporadas. Ahora, dejará el programa para dedicarse de lleno a la política y a la campaña.

Argimón reconoce que en los últimos años mantuvo un perfil bajo pero siempre estuvo convencida de que su vocación política volvería a sacarla a escena. “Mi vocación era y es política y yo tenía claro que luego de esos años de trabajo interno (dentro del Partido Nacional) mi trabajo en política me iba a permitir volar”, dijo a El Observador ya como candidata a vicepresidenta.

La militancia blanca de Argimón estuvo marcada desde su familia: la impronta herrerista de su padre y la wilsonista de su madre. Tal vez el vivir con esos dos polos la llevó a que a lo largo de su juventud y adultez integrara ambas filas.

Sus primeros pasos dentro del Palacio Legislativo, como diputada, los dio gracias al herrerismo. Junto a Julia Pou, madre del actual candidato, fundó el grupo Acción Comunitaria, de la lista 400,y fue diputada entre el 2000 y el 2005. En esa época fundó la Bancada Bicameral Femenina, junto a la entonces colorada Glenda Rondán, y la frenteamplista Margarita Percovich, Frente Amplio. Las tres ya eran parte de la Red de Mujeres Políticas.

Una década antes, había sido presidenta del entonces Instituto Nacional del Menor (Iname) ahora INAU, durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle. En esos dos cargos despuntó parte de su vicio por los derechos de la infancia y de la mujer. Durante sus años en el Iname fundó la ahora tradicional Línea Azul, para denunciar casos maltrato infantil. En el Parlamento, algunas leyes vinculadas a la mujer la tienen como protagonista. Entre ellas, la del día libre que tiene derecho a tomarse la mujer para realizarse el papanicolau y el de acompañamiento en el parto. La exdiputada también eligió elevar la voz en contra de la baja de edad de imputabilidad, a favor del matrimonio igualitario y de la ley de cuota política femenina.

Para Argimón, wilsonismo y herrerismo conviven de manera estructural en el partido. "Está muy presente estructuralmente el haber tenido liderazgos tan fuertes, que era obvio que iban a perdurar", dijo hace poco menos de un año a El Observador.

Adhirió al wilsonismo con Correntada Wilsonista, el sector que lideraba el entonces senador Francisco Gallinal, por el que fue electa diputada en el período 2005 a 2010 y por el que apoyó la candidatura a la Presidencia de Jorge Larrañaga en 2009. Pero la aparición de otras mujeres en el sector, como fue el surgimiento de Verónica Alonso a la política para esa elección, dejaron de lado a Argimón. De hecho en un acto de Correntada Wilsonista en setiembre de 2009, Gallinal presentaba a Alonso destacando su buen desempeño electoral en la elección interna y destacaba que se lo había ganado "por mérito propio, sin necesidad de cuota política", en contraposición con Argimón sin mencionarla. 

Dejada a un lado por el wilsonismo regresó al herrerismo. En las elecciones de 2014 apoyó a Lacalle Pou. Y no se imaginó que iba a ser él quien la impulsaría como la primera presidenta del directorio blanco en más de 180 años de historia del Partido Nacional. "Me arriesgo a decir que hay que respetar los tiempos que cada institución tiene para tomar decisiones de estas características", dijo el día de su asunción, del que se cumplió un año el 16 de abril.

Con su llegada a la presidencia del directorio blanco, Argimón comenzó a tomar el vuelo político que esperaba desde hacía un tiempo. Las elecciones internas la ubicaron en un rol de articuladora que también le dio buena visibilidad. La prueba más clara de ello fue el vínculo que tuvo con todos los precandidatos, que la convirtió en el único nexo entre el empresario Juan Sartori y el resto de los precandidatos nacionalistas.

Al verla actuar Lacalle Pou intuyó que Argimón podía ser la persona indicada para articular diferencias internas y, no en vano, la propuso para ese cargo. "En el partido de la responsabilidad tenemos una candidata que tiene todo lo que debe tener: capacidad negociadora, conocimiento jurídico, conocimiento legislativo, buen humor. Acá tenemos a una futura vicepresidenta de la República", dijo esa noche ante miles de militantes y con la voz quebrada por la emoción de que su plan que comenzó hace más de un año llegara al puerto esperado.