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El uso político de las redes sociales: un arma de doble filo

Determinados mensajes pueden ser manipulados dependiendo el público, según experto
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22 de febrero de 2019 a las 18:10

El arte callejero de Felipe Cabral viajó de muros y paredes a las redes sociales cuando este lunes por la noche se confirmó que era el joven que el sábado apareció muerto, con un disparo en la cabeza, en el frente de una casa abandonada en Punta Gorda. Pese a que su crimen todavía no está resuelto, desde que se supo su identidad las especulaciones sobre el motivo del homicidio y la condena al asesino –sin cara o nombre- también colmó las redes. Entre esos comentarios  se colaron los de dirigentes políticos y, por ende, el caso se politizó. 

Dos ejemplos concretos resumen lo ocurrido. Por un lado, el senador frenteamplista Marcos Otheguy vinculó el caso a la campaña Vivir sin miedo, impulsada por el precandidato nacionalista Jorge Larrañaga. El legislador escribió en Twitter  que “el asesinato del artista callejero Felipe Cabral provoca dolor e indignación” y agregó “las campañas promotoras de barbarie como las de Vivir sin miedo se saben cómo empiezan pero nunca como terminan”.

Por el otro, el precandidato frenteamplista Mario Bergara tuiteó:  “Ante el crimen de Felipe Cabral, reafirmamos nuestra visión que vivir sin miedo es poder pintar un grafiti en mitad de la tarde y que no te maten. Menos violencia y menos sufrimiento requiere menos armas de fuego”.

Este viernes, sin referirse específicamente a esos dos ejemplos pero consciente de que el Frente Amplio debía condenar comentarios de ese tipo, el presidente del partido de gobierno, Javier Miranda, rechazó la “politización” del crimen y afirmó que “hay que cuidar el tono de la campaña política y que este tema se haya politizado, es un fuera de tono en la campaña”. “No se puede procurar, por parte de ningún actor, capitalizar políticamente en términos de tres o cuatro votos situaciones de este tipo. No es adecuado”, dijo en rueda de prensa. 

Javier Miranda, presidente del Frente Amplio

El rezongo de Miranda tiene un trasfondo que ha sido alertado por algunos analistas en comunicación política: las redes sociales transformaron no solo la comunicación entre las personas sino a la política y esa transformación tiene el potencial de ser negativa. Así lo considera el experto en comunicación política Julián Kanarek, para quien los políticos deben tener especial cuidado con sus opiniones en redes porque cuando escriben un tuit o un posteo en Facebook no hacen otra cosa que darles argumentos “a seguidores y detractores para que las discusiones se vuelvan más virulentas”. “Hay que utilizar las redes sociales con un valor ético porque tenemos que tender a buscar ámbitos de discusiones sanas”, dijo a El Observador

Para Kanarek, las redes deberían haber llegado para ofrecer una mayor democratización en la comunicación pero en la política eso no terminó ocurriendo. “Hay una manipulación de la información y se crearon mecanismos para que los ciudadanos escuchen (vieran o leyeran) solo lo que les interesa”, afirmó.

Algunos candidatos, que estudian a sus audiencias, usan las redes sociales para mandar mensaje específicos que entienden que pueden resonar en sus seguidores. Por ejemplo, la precandidata Verónica Alonso tiene un equipo especialmente dedicado a responder mensajes por Facebook, analizar audiencias y así poder compartir contenidos de acuerdo a los intereses de sus seguidores. 

Parte del equipo que trabaja con Verónica Alonso en su sede

También es común que a personas de determinada edad y nivel socioeconómico le aparezcan publicidades en Instagram del Partido de la Gente, liderado por Edgardo Novick. 
Durante la XIV  Cumbre Mundial de Comunicación Política en la Escuela de Posgrados de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, Kanrek afirmó que la comunicación política debe replantear el vínculo que tiene con los ciudadanos porque se puede caer en la manipulación. “La escucha no puede ser el alimento de una estrategia de segmentación para que todos los públicos tengan un mensaje a su gusto, sino para generar un diálogo real donde el político escucha y argumenta y no solo dice lo que tiene rédito electoral”, afirmó. 

Cuidar la cantidad

En tiempos de atomización en las publicaciones, los políticos deben saber cuándo poner el freno. Según la publicación “Gobernautas y ciudadanos: Los gobernantes latinoamericanos y la gestión de las redes sociales”, publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo en 2016 y coordinada por Mario Riorida y Pablo Valenti, “más volumen de comunicación en redes no redunda necesariamente en más calidad de comunicación y más interacciones no significan necesariamente más diálogo”. Para los investigadores, las redes sociales deben ser una herramienta de participación ciudadana que los políticos usen como canales de comunicación directa con sus posibles votantes, si aspiran a integrar un gobierno, o con los ciudadanos, si ya están en el gobierno. 

Pero en el mundo de las fake news a esto se le suma que los políticos pueden pisar en falso cuando se trata de las redes sociales.  Así le sucedió a la precandidata oficialista Carolina Cosse cuando felicitó a una mujer que, se decía en Twitter, era una talentosa científica uruguaya pero en realidad no existía y la foto que compartió sin saberlo era de una actriz porno estadounidense. 

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