Embajador separado del cargo por “hacer política” fue a un acto de Lacalle Pou

Había pasado más de un año desde que Moerzinger pisó el despacho del canciller por última vez y el recuerdo no era bueno: en aquella ocasión Nin Novoa lo citó para decirle que le quitaría el cargo de director de Relaciones Institucionales para el cual había sido designado en febrero de 2018 por estar “haciendo política”. Moerzinger había participado de reuniones en la casa del dirigente blanco Arturo Heber junto a embajadores retirados y en actividad que culminó con la confección de un documento que Heber entregó a Luis Lacalle Pou titulado “Aportes para una estrategia de política exterior”, en el que se criticaba la conducción de la política exterior del gobierno.

En defensa de Moerzinger, el senador nacionalista aprovechó la comparecencia de Nin Novoa en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado en junio de 2018 para acusar al ministro de hacer una “persecución política” contra el embajador. Pero, a pesar del fuego cruzado, los hechos no cambiaron. Moerzinger, quien ya está en el tramo final de su carrera, se fue para su casa sin un cargo y no lo volvieron a llamar hasta este martes por motivos similares a los que había ingresado en el despacho por última vez.

El lunes de noche Moerzinger había participado del acto de presentación del programa de Luis Lacalle Pou como parte de los asesores técnicos que estaban sentados atrás del candidato. Según pudo saber El Observador, el embajador fue invitado al acto político porque contribuyó para la construcción de los lineamientos programáticos en materia de política exterior, área que lidera Diego Escuder.

Eso fue lo que Moerzinger le contestó a Nin Novoa cuando el ministro le preguntó: “¿Qué hacías ahí?” El funcionario le hizo un relato de los hechos que llevaron a que fuera invitado a trabajar con el candidato blanco. Le dijo que hacía dos años que estaba en su casa y que si el ministerio no valoraba el aporte que tenía para hacer, entonces él tenía la libertad de ir con quien le abrían las puertas para contribuir.

La conversación fue honesta y afable, relataron fuentes de la cancillería y que Nin Novoa escuchó la mayoría del tiempo las explicaciones del embajador. Moerzinger le reiteró que él no hacía política, le señaló que estar en un acto político no era sinónimo de hacer política y le dijo al ministro que estaba mal asesorado en cuanto a lo que un funcionario del Servicio Exterior podía hacer o no.

De hecho, ejemplificó con el caso del embajador en Austria, Bruno Faraone, quien militaba en redes sociales para el Frente Amplio y que no fue sancionado por ello. Nin lo contrarrestó diciendo que le habían pedido que bajara de sus redes sociales cualquier material que violara lo dispuesto en el artículo 2 del estatuto que regula la actividad de los funcionarios del servicio. Faraone –quien ya cumplió el tiempo reglamentario en el destino- recibió una prórroga de tres meses en Viena aún cuando ya hay un nuevo embajador designado para ese destino.

Consultado por El Observador, Moerzinger se excusó de dar declaraciones porque dijo que se trató de una “reunión privada”. En tanto, El Observador consultó a Nin Novoa sobre si finalmente la cancillería hará el sumario y el ministro contestó: “No es verdad”.