Emprendimientos sustentables de Argentina eligen a Uruguay para dar el salto

Menos logística, más agua

Agua Local nace de la inquietud de un grupo de amigos uruguayos y argentinos residentes en Chile. En sus salidas a comer a restaurantes, les sorprendía toda la logística y traslados que tenía que hacer una botella de agua para llegar a sus mesas y se preguntaban cómo se podría mejorar el proceso para ahorrar en recursos, tiempo y hasta en espacios de almacenamiento de ese producto, por lo que se pusieron a investigar.

En Chile encontraron una posible solución: una máquina —como una chopera, pero de agua— que le permitía a los restaurantes filtrar, purificar, remineralizar y enfriar el agua corriente de la canilla para ser servida en botellas de vidrio reutilizables.

“Por suerte en las ciudades de la región tenemos buen agua y haciéndole un tratamiento de filtrado y de remineralización, el agua puede embotellarse y consumirse en el lugar sin tener que pasar por toda esa cadena, que entendemos que no es eficiente”, explico a El Observador Diego Strauch cofundador de Agua Local y conuntry manager en Uruguay y Paraguay.

Con la solución encontrada decidieron unir fuerzas y abrir una empresa en Argentina que ofreciera estos equipamientos a restaurantes y hoteles. A fines de 2018 comenzaron el proyecto y a principios de 2019 instalaron los primeros equipos —importados de Italia— en Buenos Aires.

En 2020, Strauch dejó su trabajo en Chile como gerente regional de la empresa de logística Sitrans y se trasladó a Uruguay para llevar adelante Agua Local. Actualmente la marca ya lleva instalados 80 equipos en Argentina y 20 en Uruguay, pero esperan llegar a 50 en el corto plazo.

La empresa ofrece el servicio “llave en mano”, que incluye la instalación, los filtros, un stock de botellas y un servicio técnico que le hace el seguimiento a la calidad del agua. “Cobramos un mantenimiento mensual por el sistema para garantizarnos de que la calidad se mantenga. El restaurante nos arrienda el equipo, con una cuota que va muy de la mano con el consumo que tenga. A los que consumen alrededor de 300 o 400 botellas de agua al mes ya les sirve el proyecto”, dice Strauch.

Sus primeros clientes en Uruguay son restaurantes y chefs de renombre, como Lucía Soria Hugo Soca, Francis Mallmann, Café Misterio, O’Farrel y Bodega Garzón.

“Como todos estos proyectos disruptivos que achican un poco el intermediario, entendemos que en el mercado hay espacio para todos, porque no nos vamos a meter con las grandes empresas que producen y embotellan agua. La gran parte de su consumo va por el lado de supermercados y almacenes, y hay una porción chica que está en la gastronomía”, aclara Strauch.

De la ingeniería al yoga

Pilar Iribarren es argentina, ingeniera química y máster en energías renovables, pero también es practicante de yoga desde hace más de diez años y esto terminó definiendo su camino profesional.

Cuando se compró su primera colchoneta (o mat) para hacer yoga, descubrió que no había muchas opciones en el mercado local y que todo el mundo le recomendaba que se comprara una en Estados Unidos. No entendía por qué habiendo una comunidad de yoguis cada vez más grande en la región, no había colchonetas adecuadas y esa idea le quedó rondando en la cabeza.

En 2016, renunció a su trabajo como ingeniera y se embarcó junto con su marido en un viaje de dos años por el mundo. En la travesía seguía practicando yoga, se compró una colchoneta en Estados Unidos pero también descubrió que había muchas otras variedades de mats que no llegaban al Cono Sur. “Yo no quería volver a una relación de dependencia, ni volver a una multinacional a un puesto como el que tenía antes y dije: ‘voy a apostar a este proyecto de los mats’, que para mí tenía mucho potencial”, cuenta Iribarren.

Así que al regresar a Argentina comenzó a estudiar materiales para emprender su propio proyecto sustentable: Sukha, que significa felicidad para el budismo felicidad y atardecer en quechua.

Fue así que dio con las colchonetas de caucho natural, que reemplazaban a las tradicionales de PVC, duran más y tienen tecnología aplicada que mejora las prestaciones para la práctica del yoga en cuanto a amortiguación y agarre.

“Sukha nace con el propósito de poder ofrecer en el mercado local una colchoneta con las prestaciones de cualquier colchoneta internacional y con el plus de que sean sustentables”, dice su creadora.

En marzo de 2019 nace oficialmente Sukha en La Patagonia Argentina y en mayo de 2020 llega a Uruguay a través de una tienda online. El abrir en plena pandemia y hacer el desembarco a la distancia dificultó la tarea, pero la marca igual logró crecer.

Los productos son importados de Asia, ya que es el mayor productor de caucho natural, pero son diseñados por Iribarren desde su ciudad natal, General Roca.

“Nuestra principal estrategia es que sean los centros de yoga quienes tengan nuestros productos. En Montevideo estamos en OM, en Titi yoga estudio y en Punta del Este en BTU, que es un local de artículos”, apunta Iribarren y espera poder venir a Uruguay al abrirse las fronteras para poder acercar sus productos a los centros de forma presencial.

A futuro, la marca planea sumar más accesorios para la práctica del yoga en Uruguay y desembarcar en otros países de la región, como Chile y México.

Para sumar a la pata sustentable de su proyecto, Sukha se sumará en octubre al proyecto One Tree Planted, a través del que plantarán un árbol por cada producto vendido. Si bien para extraer el caucho no se tala el árbol, para su creadora era importante poder contribuir con el planeta en este sentido.