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Poha Biocosméticos: cosmética "limpia" con un modelo de economía circular
Poha Biocosméticos entró al mercado a fines de 2019, aunque el desarrollo de los productos venía de varios meses antes porque cada cosmético que el emprendimiento pone a la venta tiene un respaldo de investigación científica.
Tania Castro es cosmetóloga médica con más de 15 años de experiencia en el rubro, pero hasta hace dos años seguía buscando soluciones naturales y efectivas para los requerimientos de las pieles de sus pacientes. Decidió trabajar junto a la bioquímica Josefina Louge para conseguir su objetivo. Crearon una línea propia de cosméticos, con una sección dedicada al cuidado cotidiano básico y otra para el segmento de personas con patologías en la piel.
"Potenciamos nuestras capacidades y creamos un producto con el que nos sentimos identificadas", dijo Louge a El Observador. Querían emprender en un producto que se acoplara con sus caminos de vida, incentivando una producción y un consumo que fuera responsable para el medio ambiente.
Desde el lado de la producción, Poha Biocosméticos trabaja de forma tal que su manufactura no genere descartes: "compostamos el 100% de los desechos sólidos y filtramos el agua, reutilizándola para riego en el predio", contó Louge. El proceso de producción es en Kiyú. Además, utiliza materia prima orgánica de origen local, lo que promueve el cultivo. También usa frascos de vidrio, con una política de reincorporación cuando se termina el producto.
"A través de la sinergia de materia prima proponemos productos multifuncionales; que el uso de uno o dos cosméticos sea suficiente para solucionar las necesidades", explicó la bioquímica. Esto permite que las rutinas de cuidado cotidiano de la piel sean sencillas, efectivas y, al mismo tiempo, responsables con el medio ambiente.
Poha ofrece una opción completamente sustentable de un producto muy utilizado en la vida cotidiana: "En más del 95% de los hogares del mundo se usan cosméticos y eso tiene un impacto grande", aseguró Louge.
Salud y bienestar
El sistema de gestión del emprendimiento está alineado con varios de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU para 2030, principalmente la promoción de salud y bienestar.
El 64,5% de las personas del mundo padecen patologías de la piel. En Uruguay, el 10% de las personas tienen rosácea y 70 mil jóvenes padecen acné. Estas patologías no solo afectan en forma física, sino que influyen directamente en la calidad de vida. Poha Biocosméticos busca mejorar esta situación desde el consumo de cosmética sustentable.
"Los productos han tenido muy buena recepción porque tienen muy buenos resultados", sostuvo Louge. Según una medición del emprendimiento, el 99% de las personas que probó los productos repetiría la experiencia. Además, Castro y Louge recibieron "buen feedback" de sus consumidores, con quienes promueven un vínculo de cercanía.
Desde su ingreso al mercado, Poha ha ido creciendo tanto en público como en fórmulas.
Apoyos fundamentales
El Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de la Universidad ORT fue un pilar para Poha Biocosméticos. Allí se desarrolló el emprendimiento en materia técnica y corporativa; las fundadoras aprendieron sobre finanzas y marketing para poder dar a conocer su propuesta; un emprendimiento enmarcado en la economía circular, desde el primer hasta el último paso.
También trabajaron seis meses con un grupo de estudiantes y docentes de gestión ambiental de la misma universidad que ayudaron a desarrollar herramientas para medir la huella de carbono y la huella hídrica. Con ellas pueden detectar puntos en los que invertir para gestionar los residuos y mejorar.
Además, este año recibieron el capital semilla de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) que va a ayudar a que crezca "desde varios aspectos".
"En este camino que hemos ido transitando, la ayuda que recibimos fue fundamental", concluyó Louge.
