Leonardo Carreño

La estafa millonaria a corredores de bolsa y la compleja investigación que reunirá a técnicos de la Secretaría Antilavado, BCU, BPS y DGI

Técnicos de la Secretaría Antilavado, el Banco Central, DGI y BPS colaborarán con el fiscal Gilberto Rodríguez para desentrañar la maniobra

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15 de febrero de 2022 a las 05:02

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Todavía no está estimado el monto total de la estafa. Para algunos clientes era solo una pequeña inversión, para otros, los ahorros de toda su vida. El fiscal de Delitos Económicos y Complejos Gilberto Rodríguez intenta dilucidar quién (o quiénes) se llevó entre US$ 3 millones y US$ 10 millones de una empresa de corredores de bolsa. La empresa denunció que se trata de una empleada infiel que hacía diferentes artimañas para ir retirando dinero de las cuentas de los clientes. Para desandar este camino, el fiscal Rodríguez solicitó convocar a un equipo interdisciplinario de trabajo, informaron a El Observador fuentes del caso.

El grupo estará formado por dos oficiales del caso de Delitos Financieros (uno de ellos sigue la línea del delito común y otro la línea del lavado de activos que implica conocer qué delito se cometió antes porque el lavado debe tener delito precedente) e integrantes de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft), Banco de Previsión Social (BPS), Dirección General Impositiva (DGI), la misma Fiscalía. 

Mientras tanto, la unidad de Crimen Organizado e Interpol se encuentran interrogando a testigos e indagados de acuerdo con lo solicitado por la Fiscalía. Según dijeron las fuentes, aún quedan damnificados —son más de 20— por prestar declaración. 

En la carpeta de la investigación se suman denuncias contra la presunta empleada infiel, la empresa de corredores de bolsa, contra familiares de la empleada y contra un cambio que la habría ayudado a mantener el negocio. Según la denuncia que realizaron los abogados Leonardo Costa y Jorge Díaz —patrocinantes de la empresa— que divulgó en diciembre El País, la trabajadora se quedaba con dinero de los inversionistas de diferentes formas. Hacía 16 años que trabajaba junto a ellos. Los letrados argumentaron que ella retiraba dinero (en efectivo o cheques) sin que los inversionistas se lo pidieran y tampoco presentaba comprobantes. También se quedaba con cheques y letras de cambio que los clientes le daban para que los depositara en la cuenta de la empresa. Por otro lado, sostuvieron, llevaba cheques de la empresa que debían depositarse en el exterior pero los depositaba en cuentas de clientes uruguayos para saldar deudas y pagar ganancias que tenía de retiros anteriores. 

Además, depositaba directamente dinero a la cuenta del cambio investigado en vez de a la cuenta de los corredores de bolsa, incluso algunas desde el Banco Central del Uruguay (BCU). 

A los ojos de los inversores, todo estaba bien. Accedían a sus ganancias y cada vez que solicitaban retirar dinero, ella misma se las devolvía como parte de la "calesita" que presuntamente hacía con el dinero. Le sacaba a uno para devolverle a otro. 

La firma Baeremaecker y Perera Corredor de Bolsa SA  hizo público un comunicado en enero en el que sostuvo que la maniobra realizada fue por US$ 2,7 millones. El comunicado firmado por Carlos de Baeremaecker y Carlos Perera —expresidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios- afirma que la empresa fue “víctima de una maniobra de estafa por parte de una persona que referenciaba clientes” a la organización. “Esa persona también ha engañado a terceros haciéndoles creer que les abría cuentas en nuestra firma”.

“La maniobra delictiva realizada por esta persona se circunscribe sólo a individuos relacionados con ella. El resto de los clientes de nuestra firma no se ha visto afectado. Se está realizando una auditoría externa por el estudio Pignatta y Usal y no se han constatado otras personas afectadas fuera del círculo de esta persona”, aseguró el comunicado. 

Si bien la empresa presentó la denuncia, muchos de los damnificados decidieron denunciar tanto a la empleada como a la compañía. Consultados por El Observador, varios de ellos señalaron que ven prácticamente imposible que esta empleada ejecutara todas estas maniobras sin siquiera una leve sospecha de los dueños. 

La versión de la “empleada infiel”

El abogado Carlos Balbi —patrocinante de la empleada a la que la empresa acusa de infiel— dijo a El Observador que su defendida era empleada dependiente de la empresa y no una bróker externa (agente que acerca clientes a los corredores de bolsa) como expusieron en su demanda. "Cobraba sueldo, salario vacacional, marcaba horario, todos los días iba a trabajar a la oficina. Estaba sometida a órdenes y directivas (...) Como ella era jubilada bancaria, estaba en negro", señaló. 

En un comunicado emitido por la empresa de corredores de bolsa se la describía como "una persona que referenciaba clientes" a la organización.

Además, su versión es que nunca manejó dinero, sino que le daba la orden al Departamento Contable y eran ellos quienes lo manejaban. El abogado destacó que la empresa estaba sometida a arqueos y auditorías.

Un esquema que se repite (cada vez menos)

"El común denominador de los fraudes (...) son confianza con falta de controles", concluyó la consultora Bárbara Mainzer en su análisis de un mes atrás sobre este caso en El Observador. El esquema, señaló, se repite: un ejecutivo “de confianza” que es la única persona a la que el cliente ve y es quien les envía directamente los estados de cuenta. Estados de cuenta que fueron “dibujados” (falsificados) para esconder la realidad de las inversiones.

Por eso, Mainzer exhortó a los clientes a preguntar y a obtener sus estados de cuenta a través de una fuente oficial, saber dónde están sus activos, qué seguridad tienen y las calificaciones de los funcionarios que asesoran. 

Además, resaltó que la mayoría de los fraudes no tienen como objetivo apropiarse del dinero de los clientes, sino ocultar pérdidas. "Se originan cuando asesores 'prometen' retornos que son irrealistas, o que no se cumplen. Y ocultan las pérdidas a través de estados de cuenta falsos, esperando que un 'golpe de suerte' los vuelva al camino anhelado. Retirando dinero de la cuenta de un cliente para resarcir a otro cliente. Y lo hacen durante años, mientras crece la bola de nieve de pérdidas", describió. 

De todas formas, expuso que la mayor digitalización, el acceso directo a los estados de cuenta y las mejoras en las regulaciones sobre la transparencia han reducido este tipo de maniobras. 

 

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