Las altas temperaturas de verano, a pesar de lo disfrutable de esta época, pueden ser molestas para cualquier individuo. Sin embargo, las mujeres embarazadas lo padecen más, debido a que los niveles hormonales se modifican y se produce un aumento de la temperatura corporal.
Para aportar al bienestar de la futura mamá se aconseja usar ropa fresca, amplia y en lo posible de tejidos naturales, para conseguir una buena ventilación.
También se incrementa la hinchazón de piernas y pies, por lo que es recomendable usar zapatos cómodos y frescos. Lo ideal es que sean bajos o como mucho sandalias con plataforma. Es importante tratar de evitar los tacos.
Por otro lado, para tolerar las altas temperaturas es necesario estar bien hidratados. La falta de agua puede afectar tanto a la mamá como al bebé en desarrollo. Se aconseja tomar dos litros de agua por día -lo que se sugiere para todo adulto- pero los días muy calurosos sería mejor tomar medio litro más para asegurar una buena hidratación.
El otro aspecto fundamental es el cuidado del sol. La piel de la mujer embarazada aumenta su pigmentación, con lo cual hay más chances de que aparezcan manchas, no sólo en la cara sino en otras partes del cuerpo.
En ocasiones, estas manchas perduran luego del parto. Por eso, se debe utilizar protector solar no menor a factor 50. Se aconseja aplicar media hora antes de salir a la calle. Si la exposición al sol es prolongada, se debe repetir la aplicación del protector. Con el tiempo y la transpiración se va perdiendo el efecto.
Asimismo, es recomendable utilizar sombrero. No sólo para proteger la cabeza y el rostro, sino también por el pelo. Durante el embarazo el pelo suele estar más dañado. Es bueno estar más tiempo del habitual debajo de la sombrilla y no ir a la playa en las horas pico.
Muchas embarazadas se cuestionan si pueden bañarse en el agua de la playa. Es natural que la embarazada desee meterse en el mar, ya que es la forma de refrescarse. Además, se siente menos el peso de la panza y hace muy bien para la molestia de sus piernas y para el dolor de espalda.
De todas formas, hay que estar atento a que el mar esté calmo. No es positivo estar haciendo movimientos muy forzados o que una ola rompa con fuerza sobre la panza. Por otra parte, se aconseja que la embarazada no se quede con el traje de baño húmedo por un tiempo prolongado, ya que aumenta la posibilidad de que se generen hongos vaginales. Estos son una problemática frecuente en momentos de gestación, por eso es importante reducir los riesgos.
Los cuidados en la piscina son similares. Aunque también se le agrega que debe orinar antes de entrar y tener cuidado con la higiene, ya que muchos no cumplen las reglas. Las embarazadas deben evitar las infecciones urinarias.
Una vez afuera de la piscina, se aconseja quitarse la malla y volver a orinar. El objetivo es que si se tuvo contacto con alguna bacteria, no se llegue a formar una infección.
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