Faltan mimos al consumidor

La industria debería ofrecer más opciones para beber vino con facilidad

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11 de junio de 2014 a las 00:00

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Por Martín Viggiano

Hace pocos días el Poder Ejecutivo declaró al vino como bebida nacional. Ello, además de ser algo declarativo y justo, implica establecer por decreto algunas obligaciones al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI), un organismo público que tiene 25 años y que se mueve en la escena local con aciertos y errores. La distinción viene a darle a esta bebida un lugar que merecía desde siempre, aunque en las preferencias de los uruguayos el vino no tenga hoy en día el primer lugar.

¿Es el vino la bebida nacional? Tengo dudas. Sí creo que merece una valoración especial por lo que representa. Como dice el decreto firmado por el presidente, el vino es un alimento que, consumido en su justa medida, forma parte de una dieta saludable. El vino, además, es cultura, trabajo y tradición familiar. Por ello no es solo una bebida alcohólica como tantas otras.

En realidad lo que le falta al vino para recuperar el terreno perdido entre los consumidores es imaginación. La industria debería ofrecer más opciones para poder beberlo con facilidad. Ojo, no se trata de “tomarlo como quieras”, como decía una patética campaña publicitaria de INAVI. Se trata de darle más posibilidades de acceso a quien disfruta de una copa de vino.

Para ello, por ejemplo, ayudaría tener más presentaciones individuales. Botellas chicas, para una copa o dos, que permitan probar y degustar sin tener que recurrir a una de tres cuartos como mínimo. Es una cuestión de economía y escala.

En Italia se consiguen vinos de buena calidad en pequeñas botellas de cuarto litro, a un euro. O vinos de mesa en envases Tetra Brick con el mismo tamaño. ¿Eso soluciona la oferta? No necesariamente, pero sí contribuye a que el consumidor de vino tenga más opciones para elegirlo. En Uruguay hay escasos ejemplos de bodegas y empresas que ponen a la venta vino en envases chicos. Faltan mimos al consumidor.

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