El fiscal de delitos Económicos, Enrique Rodríguez, pidió audiencia para acusar a dos personas vinculadas a la aparición en Uruguay de un cuadro del artista sevillano Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) que había sido robado en octubre de 1983 del museo de la ciudad de Rosario, y encontrado a principios de noviembre en un vehículo que iba con destino a Punta del Este por la Ruta Interbalnearia. Según contó una fuente de la investigación a El Observador, la fiscalía pretende imputarle los delitos de porte de arma y receptación (tener en su poder un objeto robado a sabiendas de su origen ilícito), ya que fueron encontrados con cheques declarados como hurtados.
El operativo, que estuvo a cargo de policías de la División Delitos Especiales de Crimen Organizado e Interpol, se realizó a principios de noviembre en el kilómetro 35 de la Ruta Interbalnearia, cuando detuvieron a dos vehículos en los que viajaban unas cinco personas. En uno de los autos se encontraba la pintura conocida como “La asunción de Santa Catalina”, y cuyo valor asciende a los US$ 3 millones. En el otro vehículo se incautaron armas y cheques hurtados.
En este último viajaban los hombres que ahora la fiscalía pretende llevar ante la Justicia, al tiempo que todavía se continúa investigando a quienes viajaban en el vehículo en el que se encontraba el cuadro. Estos últimos se encuentran en calidad de emplazados.
Para que las personas puedan ser imputadas, el Poder Judicial debe fijar una fecha para la audiencia de formalización con la que se inicio al proceso penal- lo que debe hacerse en un plazo de 20 días.
Asimismo, hace dos semanas la Fiscalía ordenó que el cuadro incautado retorne a Argentina.
La obra fue robada el 30 de octubre de 1983 del museo de la ciudad de Rosario junto a otras cuatro pinturas de la colección de arte europeo de los siglos XVII y XVIII. El botín, calculado en US$ 10 millones en su momento, incluía Retrato de un joven, de El Greco; El profeta Jonás saliendo de la ballena, de José de Ribera; Retrato de Felipe II, atribuida a Alonso Sánchez Coello, y Doña María Teresa Ruiz Apodaca de Sesma, de Francisco José de Goya.
Las crónicas de la época relatan que un grupo de al menos tres delincuentes irrumpió en el museo, amordazaron a los empleados y los dejaron encerrados en la planta alta del edificio. Se tomaron el tiempo para retirar las telas de los marcos y huyeron en un automóvil que los esperaba en la puerta.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá