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La historia detrás del cuadro robado en Argentina y que apareció en Uruguay 35 años después
La Fiscalía Especializada en Delitos Económicos y Complejo solicitó el emplazamiento y cierre de fronteras para cinco indagados por el presunto hurto de una obra de arte de un museo en Argentina en la década de 1980, que fue hallada en un allanamiento en Ciudad de la Costa practicado en las últimas horas.
El fiscal Enrique Rodríguez sumó el pedido de cierre de fronteras para una sexta persona que no se encuentra en calidad de indagado. Además, pidió la concurrencia de un perito proveniente de Argentina que certifique la autenticidad de la obra.
La obra en cuestión es una pieza del artista sevillano Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) denominada La asunción de Santa Catalina. Si se trata de la original, la pintura está valuada en 3 millones de euros.
Los hombres circulaban con la obra rumbo hacia Punta del Este y ninguno tiene relación laboral con una galería de arte; algunos de ellos, además, tiene antecedentes por narcotráfico.
Analía García, la directora del Museo de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez, fue quien recibió el dato de una posible ubicación. "Una persona en Uruguay se comunicó diciendo saber dónde estaba el cuadro", contó la funcionaria del área de asuntos legales al diario local La Capital. A partir de esa información se hizo una presentación formal desde la Municipalidad y comenzaron las tramitaciones en el Departamento de Protección del Patrimonio Cultural de Interpol. Y añadió: “La información apuntaba a que la obra se estaba por vender y había que seguir la pista sin perderla".
La pieza original fue robada el 30 de octubre de 1983 del museo de la ciudad de Rosario junto a otras cuatro obras de la colección de arte europeo de los siglos XVII y XVIII. El botín, calculado en US$ 10 millones en su momento, incluía Retrato de un joven, de El Greco; El profeta Jonás saliendo de la ballena, de José de Ribera; Retrato de Felipe II, atribuida a Alonso Sánchez Coello, y Doña María Teresa Ruiz Apodaca de Sesma, de Francisco José de Goya.
Las crónicas de la época relatan que un grupo de al menos tres delincuentes irrumpió en el museo, amordazaron a los empleados y los dejaron encerrados en la planta alta del edificio. Se tomaron el tiempo para retirar las telas de los marcos y huyeron en un automóvil que los esperaba en la puerta.
"Vamos a viajar con el marco original que tenía la pieza, eso permitirá determinar si la tela encontrada coincide con los restos que quedaron adheridos al marco donde estaba exhibida en el museo", detalló la subsecretaria Legal y Técnica.
