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Gobierno mantiene pauta salarial para 660 mil trabajadores, pese a baja de la inflación

El Ministerio de Economía y Finanzas prevé mantener “por el momento” las proyecciones de inflación incluidas en la Rendición de Cuentas, y con ello los porcentajes de ajuste contenidos en la pauta salarial, que son piso de la negociación en marcha para definir los aumentos de trabajadores de la actividad privada
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07 de septiembre de 2023 a las 05:02

Las últimas rondas de negociación salarial en la actividad privada han estado marcadas tradicionalmente por las dudas sobre el cumplimiento de las estimaciones de inflación futura que hace el gobierno, y que son la base de los aumentos que luego se acuerdan en los diferentes sectores.

En la jerga se dice que la pauta oficial suele quedar “corta” porque siempre la inflación observada termina siendo mayor a la estimada. Por eso, sindicatos y empresarios acostumbran incorporar uno o dos correctivos a modo de blindaje. Y hay casos en donde ya de antemano se acuerdan ajustes nominales mayores, descontando el incumplimiento de las metas.

La foto de hoy

En la actualidad la Décima Ronda de Negociación Colectiva involucra a unos 660 mil trabajadores de casi todos los grupos de actividad. En ese ámbito se están discutiendo, entre otras cosas, los ajustes salariales para el período que va entre julio de 2023 y junio de 2025. Y a diferencia de otras oportunidades la negociación transcurre en un escenario marcado por la caída de la inflación.

Los últimos datos conocidos esta semana mostraron que el Índice de Precios del Consumo (IPC) se ubicó en 4,1%. La dinámica de los últimos meses ha motivado que analistas privados corrijan sus proyecciones y ahora esperen que la inflación cierre el año en el eje de 5%. Incluso, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, dijo la semana pasada en el Parlamento que se espera inflación por debajo de 6% para este año.

¿La pauta salarial queda larga?

La pauta salarial presentada por el Poder Ejecutivo para guiar las negociaciones que están en marcha tiene como base las proyecciones de inflación que hace el gobierno, y que están incluidas en la Rendición de Cuentas 2022. Esas estimaciones son actualmente de 6,7% para 2023; de 5,8% para 2024; y de igual magnitud para 2025.

La semana pasada durante la ronda de preguntas en el almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), un ejecutivo que estaba entre el público le mencionó al presidente del Banco Central (BCU), Diego Labat, la diferencia que se plantea entre la inflación proyectada en el lineamiento del MEF, y la trayectoria futura que espera el banco para ese indicador.

En otras palabras, el ejecutivo manifestó que los ajustes propuestos por el gobierno a modo de “piso” son mayores a la inflación proyectada por el BCU para los próximos 24 meses (5,3%). En la jerga de la negociación, se dice que la pauta actual “queda larga”.

Consejo Superior Tripartito del sector privado

¿Qué dicen los analistas?

El economista José Antonio Licandro escribió días atrás en su blog que dado el escenario actual es “cada vez más relevante que se ajusten a la baja las pautas salariales”. Según afirmó, el MEF debería modificar las proyecciones de inflación “a la brevedad” y “volver” a las que había hecho en el Presupuesto de 2020.

“De no hacerlo, está tomando riesgos innecesarios. Por un lado, sigue debilitando los mensajes del BCU en materia inflacionaria, ahora más optimistas, lo que no colabora en fortalecer su menguada credibilidad, particularmente observable en materia de convergencia de expectativas”, escribió. Las expectativas de inflación de los empresarios siguen rígidas a  la baja y todavía alejadas del rango meta.

Al mismo tiempo, el economista apuntó que si el MEF mantiene sus proyecciones “impulsa pautas” en la negociación salarial que “lucen inconsistentes con las predicciones del BCU y la realidad actual inflacionaria, perdiendo también una buena oportunidad de reducir la inercia de precios”.

También afirmó que lo anterior “puede volverse en contra del cumplimiento de la regla fiscal”. Esto porque si los pronósticos del BCU se cumplieran, se estarían promoviendo aumentos de salarios nominales (y sus traslados a precios) con un correlato en los salarios reales y en las jubilaciones, “que harían subir el gasto público real más allá de lo previsto, a la vez que la recaudación real subiría menos de lo esperado”, explicó. “Si así sucediera, 2024 sería aún más complicado de lo que parece hoy cumplir con la regla de crecimiento del gasto y con el resultado Fiscal Estructural”, apuntó.

“Por igual razón, en el sector privado se promoverían aumentos de salarios reales difíciles de acompañar por la productividad, lo que podría constituir un freno para el crecimiento del empleo durante 2024”, añadió Licandro.

Productividad y salarios reales

Por otra parte, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), afirmó esta semana que hoy existen fundamentos para que la inflación permanezca en el rango meta la mayor parte de 2024, y “Uruguay pueda alejarse de la mediocridad del 8%”.

En esa línea, planteó que la inflación esperada por el gobierno para 12 meses a diciembre de 2023 y junio de 2024 es de 6,7% y 7,2% respectivamente, “la cual podría verse sobrestimada a la luz de los desarrollos recientes”, según una columna publicada en El País.

El CED consideró que las pautas salariales quedaron “largas”, y que esa situación “debería abrir la posibilidad de una eventual redefinición”, o “al menos imponer que las mismas operen necesariamente como techo”.

En ese sentido, el CED planteó que esto debería aplicar tanto para el sector privado como público. También señaló que esa redefinición no pone en riesgo el compromiso de recuperación salarial “que más que se cumplirá al final del período". Por último remarcó que la redefinición debería tener como fin último “evitar desalineamientos entre productividad y salarios reales como los ocurridos entre 2015 y 2019”.

La respuesta del MEF

La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche afirmó días atrás en el Parlamento que se espera inflación por debajo de 6% para 2023, cuando lo que se presentó en la exposición de motivos que acompaña la ley de Rendición de Cuentas 2022, fue estimación de 6,7 %. “A la luz de las últimas cifras estamos revisando esta estimación”, dijo la ministra ante la Comisión de Hacienda integrada con Presupuesto, pero sin dar más detalles.
Ante la consulta de El Observador, fuentes del MEF dijeron que “por el momento, no se está pensando en hacer modificaciones a las estimaciones entregadas en la Rendición de Cuentas”.
“De la misma forma, tampoco se está pensando, por el momento, en hacer cambios en las pautas de la décima ronda”, añadieron.

El “problema es la pérdida de competitividad”

El vicepresidente de la Cámara de Industrias, Gabriel Murara, dijo a El Observador que “el problema de fondo” es la pérdida de competitividad de los productos nacionales que ya se arrastraba de antes, y que se “ha pronunciado” en el último año y medio”; y “no que los salarios se ajusten de repente 1% más porque la inflación va a ser más baja”.

“Va a generar más costos en las empresas, pero ese efecto se iría corrigiendo. El problema de fondo sigue siendo la competitividad de los valores transables en Uruguay. Seguimos con un tipo de cambio muy bajo. Eso y la baja de precios internacionales (commodities y fletes) ha permitido una baja pronunciada de la inflación”, dijo.

Murara mencionó las “altas” tasas de interés para colocaciones en pesos y el endeudamiento del Gobierno Central para cubrir el déficit fiscal como algunos de los factores que intervienen para que el tipo de cambio “no pueda subir”.

"Poco viable"

Por otro lado, una fuente sindical consultada por El Observador dijo que sería “poco viable” querer instrumentar cambios. Esto tomando en cuenta que la negociación que abarca a alrededor de 160 mesas comenzó hace casi dos meses e implicaría “cambiar reglas de juego sobre la marcha”. Incluso ya hay acuerdos firmados, como el de la industria de la Construcción, por ejemplo.

La claves de la pauta salarial

El esquema propuesto toma como referencia la firma de acuerdos a dos años de plazo (entre julio 2023 y junio 2025) con ajuste cada seis meses.

* De acuerdo con esto, el próximo ajuste de salarios, una vez negociados los nuevos convenios tendría un piso de 2,8% (inflación proyectada semestral) retroactivo al 1° de julio.

* En 2024 correspondería hacer dos ajustes salariales. Como la inflación proyectada para ese año es actualmente de 5,8%, la pauta propone dos correcciones salariales, de 4,4% en enero, y de 1,3% en julio.

* Para 2025 la inflación esperada es también de 5,8%. En enero de ese año correspondería el cuarto y último ajuste que se sitúa en 2,9% que es la inflación proyectada para ese semestre.

La pauta que da el Poder Ejecutivo es solo un piso para la negociación. Empleadores y trabajadores tienen libertad para apartarse de ella si se ponen de acuerdo para hacerlo.

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