Gobierno sondeará postura del FA antes de enviar proyecto de reforma jubilatoria

Ese espíritu ganó más terreno a la luz del estrecho resultado del referéndum por la Ley de Urgente Consideración (LUC) y tanto integrantes de primera línea del gobierno como legisladores oficialistas coinciden en que los partidos que hoy están en el poder no deben ser los únicos en pagar el costo político de una reforma cuya necesidad ha sido admitida también por la actual oposición.

Mientras el Poder Ejecutivo trabaja en la redacción del proyecto en base a las recomendaciones elaboradas por la Comisión de Expertos –que no contó con los votos de los representantes de la izquierda–, en el oficialismo tienen decidido "sondear" la postura del Frente Amplio incluso antes de mandar el texto al Parlamento, según contaron a El Observador diversas fuentes políticas.

La idea, de acuerdo a lo expresado por distintos legisladores de la coalición, es indagar cuáles son las chances reales de llegar a un acuerdo de todo el sistema político, algo que a priori luce desafiante teniendo en cuenta que el Frente Amplio no respaldó ni siquiera el documento diagnóstico discutido y elaborado en la comisión de expertos liderada por Rodolfo Saldain.

Este miércoles, durante la reunión de senadores nacionalistas en la que se discutieron las prioridades legislativas, la reforma de la seguridad social estuvo arriba de la mesa y hubo consenso en que se deben hacer los "máximos esfuerzos" para llegar a un gran acuerdo político. Varios senadores plantearon allí que se trata de una reforma para "las próximas generaciones" y que, atendiendo a pasadas declaraciones de líderes frenteamplistas –entre ellos el expresidente José Mujica y el exministro de Economía Danilo Astori– a favor de la reforma, no puede "permitirse" al Frente Amplio quedar exento de esa responsabilidad política. 

Si bien lo que se conversó en la reunión fue que una vez pronto el anteproyecto deberá convocarse al Frente Amplio, fuentes nacionalistas dijeron que su intención es tener una noción de la postura de la izquierda antes de oficializar el texto. 

"Queremos ver si hay agua en la piscina", ilustró uno de los dirigentes consultados, que en todos los casos evitaron pronunciarse explícitamente sobre si el Poder Ejecutivo debería enviar el proyecto al Parlamento en caso de conocer de antemano la resistencia de la oposición. En lo que sí hay acuerdo es en afinar la propuesta para "dejar claro" el "esfuerzo y la voluntad" del gobierno en que la reforma salga adelante. 

No ser "el gil"

La postura de no permitir al Frente Amplio "ahorrarse" el costo político de la reforma fue explicitada en las últimas semanas por referentes de la bancada nacionalista como Jorge Gandini y Gustavo Penadés.

Este jueves se sumó también la opinión del ministro de Trabajo y Seguridad Social y líder del Partido Independiente, Pablo Mieres. 

Entrevistado por el programa Quién es Quién, Mieres fue consultado sobre la postura

"Es que una reforma de este tipo, que obliga a corregir parámetros que nunca son agradables, obviamente tiene un costo. Entiendo lo que dice gandini. No quiere decir que estemos en la misma línea, pero lo entiendo perfectamente. Él dice: 'pará, yo hago los mandados, por eso pierdo (las elecciones), y estos que se sentaron a esperar además tienen el tema arreglado. Es casi el premio del gil'. Es lo que entiendo que dice Gandini. Yo digo que lo entiendo (...) Tengo una responsabilidad de gobierno que me obliga a decir: hay que hacer una reforma de seguridad social. Tengo que seguir insistiendo", afirmó. 

Ante la insistencia del periodista sobre si compartía el planteo, Mieres respondió: "Yo no me creo un gil".

El ministro dijo que "desde fines de año pasado hay un grupo que está convirtiendo las recomendaciones en normativa" y que "pronto, en estos meses", va a estar listo el anteproyecto. "La pregunta es si va primero al Parlamento o se busca nuevamente un diálogo en el intento de alcanzar niveles de consenso. No la comisión nuevamente, sino seguramente un ámbito político, por lo menos dentro de la coalición sin duda, y en mi opinión debería estar el Frente Amplio", añadió. 

Según Mieres, recién después de sortear esa instancia debería ir al Parlamento. 

Sobre el escenario en caso de que el Frente Amplio no acompañe de entrada, el ministro pidió "no adelantarse" y cuestionó un eventual rechazo por parte de la coalición de izquierda. "Yo creo que el consenso es muy importante en estas cosas. Me preocupa enormemente que un partido como es el Frente Amplio, que aspira legítimamente a ganar las próximas elecciones no sea capaz de hacer una propuesta alternativa. Lo que han hecho en la comisión de expertos es oponerse. Yo no leí un solo documento que diga: esta es la reforma de la seguridad del Frente Amplio. Un Frente Amplio que cree que hay que hacer una reforma, porque lo ha dicho. Yo recuerdo a Astori en 2017 decir que el gran tema del próximo gobierno iba a ser la reforma de la seguridad social". 

"Yo creo que lo mejor que le puede pasar al país es que haya un acuerdo político. No nos adelantemos: nosotros vamos a cumplir con tener unun anteproyecto de ley, porque hasta que no va al parlamento no es proyecto", señaló Mieres. 

Pasado el referéndum, el senador Gandini fue el primero en advertir, a través de distintas entrevistas, que la reforma de la seguridad social saldría únicamente en caso de haber acuerdo.

"Cualquier reforma en la seguridad social tiene resultado mucho después. Supongamos que aprobamos una en el 2022. Lo vamos a ver en el gobierno que viene. Por lo tanto, tiene que haber un acuerdo con los que gobiernan y los que aspiran a gobernar. Los que gobiernan hoy tal vez van a tener un costo político importante en el debate público, pero estamos asegurando una continuidad de futuro. O hay madurez en el sistema político y nos entendemos que tenemos que hacer algunas reformas o la forma, a mi juicio, no sale. Yo no estoy dispuesto a avanzar en una reforma con voto puro y duro, sin acuerdo político. Si nos basamos en resultados electorales puramente es muy difícil llegar a un acuerdo", dijo a fines de marzo en Desayunos Informales.

El sábado pasado, entrevistado por El Observador, Penadés dijo que "una de las lecciones" que el Partido Nacional aprendió del pasado fue que aprobó "muchas leyes que fueron fuertemente criticadas por la izquierda, que después se aprovechó de ellas en sus administraciones y las llegó a reconocer como muy positivas, pero que en su momento se negó a acompañar".

"Hay una realidad: acá todos nos tenemos que hacer cargo de un problema que todos sabemos que existe. Lo que no puede pasar es que, ante ese problema, algunos le saquen la cola a la jeringa. En esto, todos tenemos que asumir la responsabilidad patriótica de que la reforma es impostergable. Terminó la fase técnica del trabajo. Ahora empieza la fase política. En el gobierno vamos a intentar alcanzar siempre los máximos consensos. Pero si no existiera ese acuerdo, creo que deberíamos replantearnos si este proyecto de reforma debe ser aprobado en este período. Y que cada uno después se haga cargo de las consecuencias que esto tendrá. Porque tendrá consecuencias", añadió.