El gobierno del Reino Unido anunció que, para el año 2020, los hogares y las empresas tendrán derecho legal a acceder a una banda ancha de alta velocidad por parte de las compañías que ofrecen este servicio.
La velocidad objetivo es de 10 Mbps por ser considerada la mínima necesaria para satisfacer las necesidades de una familia promedio. Sin embargo, el gobierno asegura que esta puede aumentar a medida que cambian los requisitos.
Según el regulador de comunicaciones Ofcom, más de 1 millón de hogares en el Reino Unido no cuentan con internet lo suficientemente rápido como para ver videos de Netflix o de YouTube.
Además, el 17% de los hogares y negocios en áreas rurales no pueden acceder a una banda ancha de al menos 10 Mbps y solo el 18% de los locales rurales tienen acceso a una señal 4G.
Se espera que la legislación se apruebe a principios de 2018.
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