Juguetes sustentables: una tendencia que empujan los emprendedores

Hay un nicho dentro del rubro pero aún falta dar una vuelta de tuerca para competir con las grandes empresas

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05 de agosto de 2020 a las 05:02

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El próximo 16 de agosto será el día del niño, según lo definió la Cámara de Comercio de Uruguay. Ante este tipo de fechas, siempre aparece la interrogante de qué comprar porque los niños suelen tener de todo un poco, y no es fácil encontrar un regalo diferente.

Sin embargo, en esa búsqueda, los juguetes sustentables aparecen como una opción distinta. Esta es una tendencia de consumo que ha ido en ascenso entre los padres uruguayos, y encuentra un nicho de compradores bien definido, a pesar de que aún falta mucho por conquistar dado que es difícil competir con los grandes jugadores de la industria.

“Hay clientes que se fidelizan con la marca en la medida que comienzan a conocer los juguetes”, contó a El Observador Clarisse Pereira, creadora de Mamon, una empresa que hace foco en lo sustentable y en la alta durabilidad de los productos.

Pereira agregó que el 80% de las personas que le compraron por primera vez, volvieron a preferirlos, algo que demuestra la necesidad de este tipo de productos dentro del mercado uruguayo. “Es un nicho particular que cada vez es más grande y engloba más de un rubro, por ejemplo la gastronomía. Claramente, detrás hay una filosofía”, dijo.

Los juguetes que crea la emprendedora están pensados para que duren toda la infancia y luego puedan ser usados por otros niños. Agregó que esa dinámica de uso permite que el objeto tenga varias funciones, ya que la mayoría son hechos de madera y tela, por lo que se adaptan fácilmente. “Para la fabricación de los productos, no usamos materiales que sean contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente”, agregó Pereira.

Este mismo proceso de elaboración y lo que hay detrás son las razones principales por la que este tipo de productos son elegidos. Según contó la creadora de Mamon, en este punto la transparencia resulta fundamental para mostrar cómo se hacen cada uno de los juguetes. “Una persona que compra uno de nuestros juguetes, ya sabe por las manos y el tipo de elaboración por la que pasa”, contó la emprendedora.

Otra diferencial es el contacto directo con los creadores de los juguetes. Esto permite que, en caso de fallas o roturas, se pueda encontrar una solución a medida.

Buena recepción

La recepción por parte de los clientes ha sido muy positiva, según dijo Pereira. Comenzaron vendiendo solamente un tipo de producto y hoy tienen 15 en oferta.

Lo mismo sucede con Pika Regalos Sustentables, un emprendimiento que crearon Lucila Castellanos, Magdalena Crisci y Candelaria French. La empresa nació porque las tres son madres y no encontraban juguetes sustentables para sus hijos. “Decidimos meternos en este camino y creo que hay una tendencia mundial que va cada vez más a lo sustentable”, afirmó French a El Observador.

Aseguró que la transparencia es fundamental para mostrar cómo se dan los procesos de elaboración. Lo mismo sucede con los proveedores, ya que deben de estar en sintonía con la filosofía que predica la empresa. “Nosotros tercerizamos la producción y buscamos que cada uno de los actores de la cadena estén en la misma línea de la sustentabilidad”, explicó.  

No obstante, para la creadora de Mamon una de las grandes dificultades del rubro radica en transmitir todos los atributos de los productos. En el caso de su marca, Pereira, pone la mira en la filosofía con la que se hacen los negocios y se venden los juguetes al público. A modo de ejemplo cada uno de los productos tiene una historia por eso, cuando se venden, se añade un folleto que cuenta cómo se fabricó y el porqué.

Más allá de esto,  para las emprendedoras, el boca a boca resulta fundamental para que más personas conozcan sus marcas. También las redes son uno de los motores que hacen que el negocio crezca: “El boca a boca está en las redes, allí las personas comparten y comentan por eso el fenómeno va creciendo cada vez más”, dijo Pereira.

En el caso de Pika, las redes son un punto clave, porque a través de ellas se contestan preguntas y se aspira una transparencia total. “Intentamos mostrar todo por las redes”, dijo French.

Por otra parte, las tres emprendedores que llevan adelante la empresa, entienden que dentro del rubro se deben ver las distintas actividades de manera integral. Por eso, cada vez que realizan algún otro tipo de movidas dentro de lo sustentable, lo muestran en sus redes sociales. “Si vamos a limpiar una playa, por ejemplo, lo mostramos”, aseguró French.

Caros de producir

Para French, este tipo de productos son más caros a la venta porque implican un proceso de producción más elaborado y costoso. Sin embargo, ratificó que la durabilidad y el cuidado del medioambiente compensan el precio un tanto elevado. “Son súper resistentes, porque alguno de los juguetes llevan más de un año de prueba para ver si aplican en cuanto a la calidad que buscamos”, señaló la empresaria.

En la misma línea afirmó Giselle Della Mea, presidenta y cofundadora de Sistema B, y agregó que hace falta más educación para que este tipo de productos se vendan de manera masiva en Uruguay. “Si no educamos a los más pequeños, siempre van a preferir otro tipo de juguetes porque están bombardeados”, explicó.

Para Della Mea, las funcionalidades de los productos sustentables es vital porque los más chicos no están acostumbrados a jugar con algo que no tiene muchas funciones. “Hoy en día, apretando botones, los juguetes funcionan solos por eso resulta más difícil también competir”, agregó.

En esta línea, para la directiva, las empresas locales del rubro deben mejorar los diseños de modo de que sean más atractivo a la vista. “Para mí hay que mejorar la fase del diseño, para ello es necesario encauzar a la academia y poner fondos para que los productores locales puedan ser parte”, dijo Della Mea.

Educar al adulto
En el último tiempo, Mamon dio un giro en la usabilidad de los productos y decidió poner al adulto dentro de la escena. Si bien los niños pueden jugar como quieran, en cada uno de los juguetes hay una pequeña guía para que los más grandes sepan cómo se usan. “Es una forma de enseñar y despertar al niño que llevamos dentro. También funciona a modo de educar para que luego se los enseñen a los niños”, explicó Pereira.
Este tipo de enseñanzas también son llevadas al plano publicitario, y en las distintas páginas de Mamon se imparte contenido educativo que luego decanta en los productos.
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