La división acecha a los blancos

Los recientes desencuentros entre dirigentes nacionalistas por asuntos vinculados con la ética evocan, de alguna forma, uno de los principales enfrentamientos ocurridos en esa colectividad en la década de 1990 cuando Juan Andrés Ramírez inició una cruzada moral que tuvo como principal objetivo al expresidente herrerista Luis Alberto Lacalle Herrera al que acusó de haber participado en diversos hechos de corrupción.

Ahora es Luis Lacalle Pou, el hijo de Lacalle Herrera, quien salió a cuestionar con dureza a alguien dentro del Partido Nacional, en un rol más cercano al que aquella vez cumplió Ramírez cuando la emprendió contra su progenitor.

Las palabras que terminaron por rasgar la unidad blanca fueron pronunciadas por Lacalle Pou el sábado 30 en la puerta de la Casa de los Lamas, en donde participó en un acto sobre asuntos éticos sabiendo que en la puerta lo esperaban los periodistas para preguntarle por el caso que involucra al intendente de Soriano, Agustín Bascou.

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Bascou es acusado de haber comprado nafta para la intendencia a una estación de servicio de su propiedad, y su proceder es evaluado por la comisión de ética del Partido Nacional. El jefe comunal fue defendido férreamente por parte de su líder Jorge Larrañaga, y con un poco menos de fervor por el intendente Sergio Botana (Cerro Largo). En cambio, la intendenta de Lavalleja, Adriana Peña, y la senador Verónica Alonso –quien aspira a una precandidatura presidencial– opinaron que Bascou debería renunciar.

Pero faltaba la opinión de Lacalle Pou, nada menos, quien andaba de viaje por el extranjero. Cuando este sábado los periodistas le preguntaron si Bascou debería alejarse de su puesto, el líder de Todos no se fue por la ramas. "Yo me apartaría del cargo", dijo sabiendo que sus palabras no eran inocuas.

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Pocas horas después, el senador larrañaguista y antecesor de Bascou, Guillermo Besozzi, reaccionó con furia. En declaraciones al diario digital sorianense Agesor, el parlamentarió avisó que renunciará al directorio blanco y que pedirá la disolución de la comisión de ética nacionalista. "Es una falta de respeto a los propios integrantes a los que les depositamos la confianza para que actúen (...). Resulta que ahora todos andan con el parámetro de la ética bajo el brazo", afirmó. Y dijo que Lacalle Pou faltó a la verdad cuando, antes de hacer sus declaraciones públicas, lo llamó para decirle que no iba a opinar del asunto.

Por su parte, Larrañaga dijo este domingo a El Observador que se siente "apenado" por las palabras de Lacalle Pou. "No ayudan a la unidad y a la institucionalidad del partido. No fue prudente. Con esas declaraciones se le quita fuerza al directorio y a la comisión de ética. Son declaraciones hechas por el dirigente de un sector mayoritario y no se puede pretender que no tengan repercusión", dijo Larrañaga. "Lo siento mucho, lamento enormemente esta situación porque nosotros hemos contribuido como nadie a la unidad del partido y sabemos de sacrificios personales. Nadie pretende ninguna complicidad; queremos que se respete el debido proceso", agregó el líder de Juntos.

Allegados a Larrañaga recuerdan que tanto en las elecciones de 2009 como en las de 2014, cuando Lacalle padre y Lacalle hijo necesitaron sellar la unidad del partido, allí estuvo Larrañaga para acompañarlos en la fórmula presidencial. Por eso, a esta actitud de Lacalle Pou que consideran menos injusta que apresurada y perfilista, la sienten como a una traición.

Además, el caso Bascou puede desequilibrar la correlación de fuerzas en la bancada de intendentes nacionalistas. Tras las diferencias que azotaron al grupo liderado por Larrañaga, varios de sus jefes comunales tomaron un camino propio y operan en forma conjunta o con independencia de su líder. Ellos son Sergio Botana (Cerro Largo), Enrique Antía (Maldonado), Adriana Peña (Lavalleja) y Eber Da Rosa (Tacuarembó).

Los jefes comunales que respaldan a Luis Lacalle Pou son Carmelo Vidalín (Durazno), José Luis Falero (San José), Fernando Echevarría (Flores) y Carlos Enciso (Florida). En tanto, los leales a Larrañaga son Carlos Moreira (Colonia), Pablo Caram (Artigas), Dardo Sánchez (Treinta y Tres) y Bascou (Soriano).

Pero si Bascou renuncia, asumirá su suplente, Carlos Aunchayna, quien responde a Lacalle Pou. En este caso, el líder de Todos se quedará con el tercio más grande en la bancada de intendentes nacionales.

No obstante, para complicar más las cosas, los dirigentes locales que responden a Aunchayna respaldan a Bascou en esta emergencia.