La frontera de la botella

El tapón de un vino corona o simplemente tapa el esfuerzo de años: puede ser de corcho de un alcornoque o de resina plástica

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23 de julio de 2012 a las 00:00

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Por Valentín Trujillo

El año pasado le hice una entrevista al portugués Carlos De Jesús, director de comunicación corporativa de Grupo Amorim, un conglomerado de empresas de aquel país líder mundial en la producción de corchos.

Me dijo que de diez botellas que se descorchan en el mundo, unas siete usan corchos de origen portugués.

El país lusitano es el principal productor del globo y la corteza para fabricar los corchos que producen sus alcornocales se utiliza desde la época de los romanos. "Usaban nuestro corcho para tapar sus ánforas de vino", me explicaba De Jesús.

A la hora de tapar un vino, las posibilidades básicamente son tres: o corcho, o tapa rosca (o screw cap), o tapón de plástico.

Además de sus cualidades intrínsecas (como que es un producto natural no contaminante), un buen corcho es un objeto bello de ver, de tocar y de oler, con su extremo inferior manchado del vino que haya retenido dentro de la botella.

La imagen y la tradición indican que un corcho es sinónimo de calidad y distinción, pero lo cierto es que a la hora de la verdad, hay muy buenos vinos con tapón de rosca o tapón de plástico, y bastantes malos vinos que exhiben orgullosos su corcho en la boca de la botella.

Hay corcho bueno y hay corcho malo. El bueno preserva el vino del exterior y de los daños que este le pueda causar. El corcho malo (además de ser más barato) es poroso y deja pasar oxígeno dentro de la botella, con consecuencias negativas.

En el caso de los vinos blancos y de los rosados, es muy común en diferentes países (incluido Uruguay) utilizar la tapa rosca, sin que esto afecte en lo más mínimo la calidad del contenido. Es cierto que los vinos más finos, más caros y prestigiosos, invariablemente utilizan el mejor corcho para su cierre. Y también es cierto que muchos tintos de menos de $ 200 (uruguayos e importados) usan tapón de plástico.

En estos momentos se desarrolla en el mundo del vino una auténtica guerra entre el uso de corcho o materiales sintéticos para tapar las botellas. Se están realizando investigaciones en los principales países productores para conocer cuáles son los efectos de corchos y tapones de plástico en el vino, y cómo cierran las cuentas a la hora de la transacción económica.

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