La SuperLiga Americana de rugby las tuvo todas en contra. La tradición amateur de la región, la aparente falta de un mercado potente, pero fundamentalmente, el terremoto mundial del covid-19 que para un proyecto que recién estaba en pañales y aún no había aprendido a caminar, podría haber sido un golpe definitivo. Tuvo en contra hasta las elecciones de World Rugby, que hicieron cambiar el viento de los apoyos internacionales, tras cuatro años en los que América, con el argentino Agustín Pichot como vicepresidente, había estado en el centro de la escena
Pero en contra de todos los pronósticos arrancará este martes a las 16hs (ESPN en vivo) en Chile, con el partido Peñarol-Olimpia, y adaptada al mundo pandémico: una burbuja al estilo NBA, de la que participan más de 300 personas, ubicadas en el lujoso Hotel Intercontinental de Santiago. Seis equipos, de seis países, que jugarán dos fases todos contra todos, la primera en Chile y la segunda en Uruguay, que también recibirá los playoffs, hasta llegar a la final a mediados de mayo. Por ahora en Santiago hay cinco delegaciones, por el covid-19, claro: 11 casos positivos de Cobras XV de Brasil obligaron a ese equipo a postergar su viaje hasta este lunes y el partido debut ante los argentinos de Jaguares XV.
Será el arranque definitivo de la primera liga profesional del continente, luego de una edición inaugural en 2020 que apenas pudo jugar una fecha y media antes que todo se detuviera por el covid-19. Es la única región que aún no la tenía, lo que obligaba a cientos de jugadores a partir cada año a Europa para jugar en ligas de ascenso. También es el ahora o nunca para que el rugby regional dé un salto de calidad. Para Colombia y Paraguay será afianzarse como países de rugby, para Brasil y Chile llegar a un Mundial, para Uruguay meterse entre los 15 mejores del mundo. Y para Argentina volver a empezar luego que toda su estructura se cayera como un castillo de naipes con la pandemia.
“Generamos competencias de nivel, priorizamos la salud de los deportistas y le entregamos a nuestros fans contenido para que puedan mirar a través de ESPN a los mejores de la región . Este tipo de realidades son por las que le dedicamos tiempo al rugby y me siento muy feliz de que la Superliga sea una realidad”, dijo a Referí Sebastián Piñeyrúa, presidente de Sudamérica Rugby. Fue el principal impulsor de la idea, desde que era un borrador en papel y muchos la tachaban de imposible de lograr. Ganó varias pulseadas en Uruguay y la región, y finalmente logró que el torneo viera la luz, y que generara el interés de espónsores.
La apuesta es enorme: para empezar, en el presupuesto, que alcanzará en esta primera edición los US$ 3 millones de presupuesto, a partes iguales entre Sudamérica Rugby, las franquicias y el broadcast (ESPN) y el resto de los espónsores.
Para que la Superliga pudiera ser posible en épocas de pandemia era necesaria una reducción de presupuesto drástica respecto a la temporada pasada, cuando estaba previsto que cada equipo invirtiera aproximadamente US$ 1 millón. Para lograrlo se recortó la cantidad de jugadores extranjeros, ya que de una liga con más de 12 nacionalidades diferentes pertenecientes a los cinco continentes, se pasó a una sudamericana, con refuerzos argentinos en los cinco equipos que no son Jaguares. También fue necesario reducirla a dos sedes, porque, además de solucionar desde lo logístico y lo sanitario, significa enormes ahorros de traslados, que además pasan a estar centralizados por la organización.
La estructura de cada franquicia es diferente: algunas tienen un inversor privado (Peñarol y Olimpia), y las uniones locales son socias en un 50%, mientras que en otras (Jaguares XV, Selknam, Cafeteros Pro y Cobras) la responsabilidad corre por cuenta de las uniones locales.
El achique presupuestario también tiene algunas repercusiones deportivas: por ejemplo, que los partidos se jugarán cada cinco días en triples jornadas. No es lo ideal en cuanto al descanso, pero teniendo en cuenta un esquema donde van a estar encerrados en un hotel durante un mes, achica los tiempos muertos.
“Aca primó lo económico en un montón de decisiones. Por ejemplo el plantel: para un torneo de 10 partidos lo ideal es planteles de 34 jugadores y no 30. Tampoco jugar cada cinco días es lo ideal, pero con una rotación adecuada se puede dar descanso a todos los jugadores”, explicó a El Observador Daniel Hourcade, exDT de Los Pumas y gerente de Alto Rendimiento de Sudamérica Rugby, el cerebro detrás de todos los aspectos deportivos. “La única manera de poder hacer este torneo era juntarnos todos, económicamente. A cada franquicia le está saliendo 3 o 4 veces menos que el año pasado. Los equipos sufrieron pérdidas significativas y era imposible hacer un desembolso igual. Entonces hubo un cambio de estrategia para centralizar y que fuera sustentable. Era la realidad contra lo ideal”.
El salto de una temporada a la otra no fue un proceso fácil para algunos equipos. En Argentina, por ejemplo, fue traumático: Ceibos, una iniciativa 50% privada, quedó por el camino, y el socio inversor amenaza con juicios por incumplimientos de contratos. Cobras dejó de ser Corinthians, luego que no hubiera acuerdo de cesión de marca. El otro extremo es Cafeteros, que se adelantó en un proceso que en un principio se esperaba más lento, y en el primer año completo del torneo será un animador más. Eso sí, al igual que los paraguayos, tendrá casi 50% de argentinos en el plantel, de manera de ayudar a los locales a subir un escalón.
En cambio para Peñarol fue un proceso natural: la inversión estaba a cargo de un grupo de empresarios muy cercanos al club y a la vez fanáticos del rugby, encabezados por Evaristo González, actual dirigente, y Gustavo Guerra, que quedó como presidente de la división rugby. Quedaron con la sangre en el ojo por la suspensión anterior, por lo que rápidamente ratificaron su continuidad, que se selló formalmente con la nueva directiva encabezada por Ignacio Ruglio. Y con una estructura técnica casi idéntica a la del año pasado, con el argentino Pablo Bouza como entrenador y el dt de Los Teros Esteban Meneses como integrante del cuerpo técnico.
Será una experiencia novedosa para decenas de jugadores que deberán pasarse dos meses en un hotel, sin poder salir más que a entrenar o jugar. Es un desafío, pero también la única forma de poder hacer realidad su chance de jugar profesionalmente. “Hace un año que nadie juega,y todos están desesperados”, destaca Hourcade. “De todos modos, al día siguiente de cada partido van a tener algo recreativo en el club donde entrenan. Es la única salida que podemos darles. Tenemos que respetar a rajatabla la burbuja y minimizar riesgos”, agrega el argentino, que recuerda la experiencia de Pampas XV, que en 2010 estuvieron recluidos tres meses en una pequeña localidad cercana a Stellembosch para jugar la Vodacom Cup, que ganaron. ”No teníamos nada cerca y no podíamos salir solos porque era peligroso. Salimos una vez por semana a un shopping que estaba a 50 kilómetros. Pasamos tres meses encerrados y nos rebuscábamos: hacíamos un día la cocina Pampa, otro día el cine Pampa. Y el día que nos fuimos lloramos todos. Capaz que alguno tiene ganas de dar una vuelta, y no lo van a poder hacer, pero van a poder jugar al mejor nivel posible en la región. Creo que compensa cualquier esfuerzo”.
“Es un desafio, pero vamos a estar en un hotel lindo haciendo lo que nos gusta”, opina Bouza. “Son 25 días y no hay tanto entrenamiento porque jugamos cada cinco días. Ayuda, si lo manejas bien, para que los jugadores no estén sobrepasados, para que puedan tener su tiempo libre y distenderse. No porque estén en el hotel los vamos a tener todo el día mirando y hablando de rugby, agrega el argentino, que ya sabe de convivencia: desde febrero vive en un apartamento de Ciudad de la Costa con el DT de Los Teros Esteban Meneses.
Jaguares XV parte como el gran favorito. A los argentinos la pandemia les obligó a retroceder varios casilleros en su plan de alto rendimiento, casi hasta el cero. Es que el Super Rugby naufragó como tal, y con él murió la estrategia centrada en la franquicia de Jaguares. Más de 20 jugadores se fueron a jugar al exterior, del equipo principal y del de desarrollo, Ceibos, con lo que Jaguares XV se quedó con los que no salieron al exterior., Tiene nombres Pumas y juveniles de mucha proyección.
Detrás aparece Peñarol, que tiene un plantel conformado por varios integrantes de Los Teros que no se fueron al exterior, lo mejor de las últimas generaciones juveniles y cinco refuerzos argentinos, que han pasado por el sistema de alto rendimiento de la UAR y que querrán mostrarse para volver a ser citados. Chile, con la base de la selección chilena, será otro animador, mientras que atrás parecen venir Olimpia y Cobras, y la incógnita de qué mostrará Cafeteros.
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