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La Perla Negra: cómo será el homenaje a Lágrima Ríos que se estrena en el Sodre
“Vamos a cambiarte el nombre, elegí entre Armonía o Lágrima”, le dijo Alberto Mastra cuando la incorporó a una de sus agrupaciones. Lida Melba Benavídez Tabárez eligió Lágrima como un rasgo premonitorio, porque las lágrimas la acompañaron durante toda su vida, tanto en las tristezas como en las alegrías. Desde entonces se le llamó Lágrima Ríos a una de las grandes voces del Uruguay.
Este 30 de junio se estrena en el Auditorio Nacional del Sodre la ópera La Perla Negra, basada en la música de Beatriz Lockhart y los textos de Raúl “Ciruja” Montero. Un espectáculo musical que rinde homenaje a la cantante de tango, milonga y candombe que se consagró como una leyenda del Río de la Plata.
"Esta obra estaba destinada a la muerte, directamente”, dice Montero a El Observador durante el anuncio de su estreno. “Se me ocurrió resucitarla con una grabación", agregó. La obra estaba camino a estrenarse en el Teatro Solís hace diez años pero un cambio de autoridades la dejó por fuera del programa. Pasó el tiempo y, a pesar de que golpearon, las puertas no se abrían.
Finalmente, después de la muerte de la compositora, Montero llegó al sello Sondor donde grabó una selección de la obra. "Fue un sacrificio fenomenal" –recuerda– que implicó organizar las partituras, encontrar a los músicos adecuados y condensar la obra en más de dos años. Pero llegó con esa grabación al Sodre y empezó a funcionar la maquinaria.
La dirección musical de La Perla Negra ahora está en manos de Esteban Louise y contará con la presencia del conjunto musical de Música de Cámara y el Coro Nacional del Sodre.
“La música es una joyita, es una seguidilla de candombes y tangos, sumamente nuestros, escritos de una manera realmente hermosa con una instrumentación bien específica”, dijo en la conferencia de prensa de lanzamiento y aventuró que serán canciones que quedarán para el futuro a base de bandoneón, piano, contrabajo, violín y cuerda de tambores.
“Lo que es interesantísimo en la composición musical de Lockhart es ese respeto por el candombe, por nuestra música. En la partitura del director, donde aparecen todos los instrumentos marcados, ella pone tamboriles y una línea negra gruesa arriba. ¿Qué quiere decir esto? En el prefacio que ella misma escribió pone ‘siempre que aparece el tamboril y una línea gruesa arriba, es que los tambores tienen que ser su toque tradicional’. La música está en función de ese toque tradicional de los candombes”, agregó el director.
El espectáculo, estructurado en cinco cuadros, contará con la dirección escénica de Hugo Brandamuro, mientras que Agó Páez estuvo a cargo del diseño de la escenografía y el vestuario de la obra.
En el año en el que su padre, el artista plástico Carlos Páez Vilaró, cumpliría 100 años, el recuerdo de su obra y su vida vinculada al candombe en el escenario del Sodre también es parte del homenaje. “Estamos homenajeándolo a él también a través de estos dibujos, de pinturas, y qué mejor que homenajear a Lágrima Ríos que era su gran amiga, con quien se acompañaron en el conventillo Medio Mundo. Ella cantaba y papá tocaba el tambor junto a su hermano Juan Ángel Silva”, dijo Agó.
Si bien la artista plástica es la encargada, desde la muerte de su padre, del diseño y la pintura de parte del espectáculo de Cuareim 1080, la posibilidad de incorporarse a la ópera imprimió un tono especial en la propuesta, que tiene influencias africanas y un vestuario que acompaña el ascenso de la artista desde su infancia.
“Es bien diferente porque el carnaval es todo lleno de colores, brillos, hay mucho movimiento, mucha adrenalina, mucha emoción y acá tenía que ser algo más sereno. En el teatro de verano es una locura, todo el mundo grita, todo el mundo salta, y acá el Sodre te impone otro carácter”, explicó en conversación con El Observador.
El vínculo de Agó Páez con el candombe es familiar y artístico. Dos factores heredados que convirtieron la "aventura" de trabajar en este espectáculo en un desafío con un matiz muy personal. Porque Lágrima Ríos no era una extraña para Agó Páez.
“No es una cosa ajena, esto es algo que yo lo viví, incluso compartimos muchas cosas juntas. La recuerdo perfecto porque mi padre la llevaba mucho a Casa Pueblo, en los espectáculos y cada vez que veníamos a la llamada la encontrábamos a ella y a Rosa Luna, dos personajes de los que mi padre más quería. El día que murió fuimos a despedirla y ayudé a papá a pintar un mural de Lágrima Ríos en la Ciudad Vieja. Es algo que vive en mí también”.
Lágrima murió a los 82 años, el 25 de diciembre de 2006.
El recuerdo de Lágrima Ríos y una artista de proyección
“Una señora con todas las letras”. Peinado impecable como recién salido de peluquería y uñas largas, rojas, elegantes. Cantando en cualquier escenario con una producción vocal amplia y maravillosa. Así la recuerda Ángela Álves, la cantante que será la encargada de interpretar a Lágrima Ríos sobre las tablas del Auditorio Nacional del Sodre.
“Me parece una mujer con un tremendo valor. Si bien la conocí supe de todas su proezas artísticas hasta después de que ella murió. Siempre me quedó en la mente qué grande fue esa mujer. Lágrima lo fue. Así que para mí es un profundo orgullo ser parte de este elenco”, recordó.
Álves explicó a El Observador que el proceso de preparación para el espectáculo fue muy personal, especialmente porque implicó estudiar y entrenar específicamente para una ópera. “Para los desafíos soy mandada a hacer, así que cuando me hablaron de la posibilidad de hacer la ópera yo inmediatamente dije sí, primero por Lágrima y en segundo lugar por el desafío que representaba hacer todo esto”.
Si bien la conoció, la oportunidad de interpretarla sobre el escenario trajo consigo una investigación sobre su vida y su historia que le dieron una comprensión cabal del lado más humano de la artista. “Lo complejo del tema es ver qué cosas vive el artista en su camino y darte cuenta que las cosas que ella vive son parecidas a las que te han tocado vivir. Ahí está su sesgo humano, el rasgo de humanidad que quita al artista de ese lugar de la estrella rutilante para enmarcarlo en lo humano. A ti también te pasó, a mí me pasa y seguimos adelante”.
“Son las cosas que nos pasan en general porque el que no vive racismo –porque racismo solo lo vivimos los que tenemos un color de piel distinto al predominante, que no es tan predominante pero de algún modo la cultura lo hizo predominar– puede vivir discriminación por el tema que sea. Seguir adelante en tu camino, con tu carrera, con tus cosas, con tu lucha, eso lo hacemos todos también”, sostuvo Álves.
El ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, destacó que la presentación del espectáculo se trata de un acontecimiento social: "Un homenaje a una comunidad y una tradición que forma parte esencial de la sociedad que somos".
"También es una fusión, una integración, entre la cultura llamada a veces culta y la cultura popular. Que esté presente en la ópera, la comedia musical, el Coro y el Conjunto de Cámara del Sodre que asociamos habitualmente al repertorio más clásico, los tambores y el candombe, que haya música, que haya danza, que haya artes plásticas", señaló el ministro en rueda de prensa.
Ángela Álvez estará al frente de una ópera en el Auditorio Nacional del Sodre. Y será, además, un homenaje a una de las grandes artistas uruguayas abocada a la promoción de los derechos de las personas afrodescendientes desde la presidencia de la organización Mundo Afro.
“Para mí significa muchísimo. Yo siempre fui también una militante de las cuestiones afro, una gran defensora y realmente para mí es un orgullo. Y es un gran orgullo también poder generar una proyección para otras mujeres afro. Seguir como hay como tantos nombres de otras mujeres que estamos haciendo camino en el arte, en la música y en todos los estilos", sostiene Álves.
Pero además hace una precisión: “Si bien es un homenaje, como bien decían, para toda la comunidad afro, también incluye al resto de la sociedad porque nosotros somos parte de una sociedad y en ella, hacemos, somos, construimos”.
En una entrevista con Página/12, a sus 76 años, Lágrima habló de la importancia del arte sobre la discriminación que vivió desde su infancia. “Me volví retraída, tremendamente tímida, prefería irme a un rincón, sola. Sólo de noche, cuando me subía a un escenario, le perdía el miedo a todo”. El próximo 30 de junio su historia y su recuerdo volverán a subir a uno de los escenarios con más prestigio del país.
