Juan Samuelle

La producción ovina ante una encrucijada

Persisten las dificultades para vender lanas no finas y el valor de la carne ajustó tras un largo período positivo, pero la mirada del SUL va más allá de la coyuntura

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04 de noviembre de 2022 a las 12:00

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Un comunicado de Central Lanera Uruguaya (CLU) anunciando que no inscribía más lanas que superaran las 21 micras de grosor fue el detonante de un debate intenso en la producción ovina, donde hasta ahora ha predominado la lógica del “doble propósito”, producción con razas que producen carne y lana de bastante más que 21 micras.

El comunicado llega luego de tres años de fuertes dificultades para colocar las lanas hasta ahora mayoritarias en Uruguay, que tienen de 23 a 31 micras.

Muchos productores tienen varias zafras en el galpón y los precios actuales difícilmente cubren los costos de la esquila.

Por otra parte, como en la carne vacuna, el 2021 y parte de este año fueron excelentes para la carne ovina y muchos productores tomaron a la lana como un pequeño aporte complementario del rubro carnicero.

Con menos ovinos, la producción de corderos se ha sostenido e incluso crecido en los últimos dos años.

 Tras el comunicado de CLU, el asesor Gianni Bianchi se pronunció en El Observador en el sentido de terminar con el sistema doble propósito tradicional, mantener un doble propósito de lanas finas como el Merino Dohne o ir a una especialización nítida entre la producción de carne o de lanas de menos de 21 micras.

El camino de las lanas superfinas tuvo recientes sucesos con la incorporación de las fibras a la vestimenta formal de la selección uruguaya y la premiación de la productora uruguaya Gabriela Bordabehere, que obtuvo el premio Acción Climática de los Sustainable Fashion Awards.

El otro camino es el de la carne ovina, que viene mostrando mejoras en la eficiencia que la convierten en otra vía de desarrollo de los ovinos, o al menos otra herramienta que ha permitido estabilizar el tamaño de la majada.

Faena de lanares.

Mercado del ovino.

Salir de la coyuntura

Durante dos jornadas, en el Hotel Radisson, se desarrolló el Seminario de Carne Ovina “Desafíos para el desarrollo de la cadena en Uruguay”, organizado por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).

Miguel Sanguinetti, presidente del SUL, comentó a El Observador que “había gente que preguntaba por qué en este momento se organizaba un seminario sobre carne ovina, con las dificultades que hay, a lo cual respondíamos que ojalá hubiese un momento mejor, sin seca y con una colocación más fluida de animales y carne, pero creo que hay que tratar de salir de la coyuntura, mirar a largo plazo, con esa mirada lo que se ve es que el consumo de carne ovina aumenta todos los años a nivel mundial”.

De un amplio abanico de exposiciones, hubo un experto, por ejemplo, que destacó con énfasis las virtudes de la carne ovina como alimento para el ser humano, por la bioquímica de esa carne.

Tenemos un gran producto que se suma con la lana que está en un momento especial como bien sabemos, tenemos un negocio que históricamente ha sido excelente, lógico con algunas flaquezas que aparecen y en las que hay que seguir trabajando”, opinó.

Recordó que “hasta hace muy poco, durante un año y medio estuvimos colocando carne fluidamente y a muy  buenos precios, las cosas se complicaron en el último mes y medio, pero como se complicaron para la carne vacuna, siempre hay que saber mirar para adelante”.

La carne ovina significa una oportunidad para una cantidad de productores, de todos los tamaños, así que hay que seguir trabajando para que haya más frigoríficos especializados, con mercado dinámico todo el año, ofreciendo animales durante todo el año”, afirmó.

Consultado sobre el stock de ovinos, con base en el último dato que marcó un crecimiento del 1% en la majada, Sanguinetti comentó: “Pensemos que en 2021 se faenó más de 1,3 millones de ovinos, las apuestas eran a que el stock iba a bajar fuerte y pasó lo contrario, hay mucha gente haciendo un esfuerzo enorme por mantener los ovinos, tratando de tener más corderos vivos que es una tarea compleja”.

“Está todo dado para que el sector siga de pie y hacia adelante, aportando todo lo mucho que aporta”, concluyó Sanguinetti.

La majada en Uruguay.

 

El dato

El stock ovino creció 1% con base en los datos de Dicose relevados en 2022, existiendo una majada nacional con 6.266.195 cabezas, superando las 6.230.318 del ejercicio de 2021 (fuente: MGAP).

 

Fuente: Instituto Nacional de Carnes.

Carne ovina

Como tantos otros rubros, el freno de la economía de China ha impactado en el sector las ventas de carne ovina.

En octubre las exportaciones de carne a China fueron menos de la mitad que en octubre de 2021. Los precios han ajustado violentamente desde los US$ 5 por kilo que se pagaron al cierre del primer semestre a los US$ 3,20 por kilo de esta semana.

La salida de China y la incertidumbre respecto a Brasil no son positivas. Hasta ahora ha sido un año muy estable en la producción de carne ovina, con una faena muy similar a la de 2021, pero con un redireccionamiento de las exportaciones ante las menores compras de China.

Por el lado de la producción venía dándose un crecimiento fuerte, que tendrá que pasar el examen de la actual baja de precios cuando llega el momento del año de mayor oferta.

En lo que va del año se faenaron 504 mil corderos, un 1% más que el año pasado, pero 52% mayor a la de 2021.

Los productores dieron un salto y hasta hace dos meses los precios justificaban la apuesta.

Ese aumento en la producción se da con una majada estable, con menor población que en años anteriores, pero que dada la buena performance reproductiva se mantiene estable algo arriba de 6,5 millones de cabezas.

No se ven signos de liquidación de las majadas hasta ahora. La faena de ovejas en lo que va del año está por debajo de 2021, no hay un desprendimiento de vientres hasta el momento.

El precio de exportación se ubica sobre los US$ 4.900 por tonelada para las ventas de las últimas cuatro semanas. Un nivel similar al de la carne vacuna y –como sucede en las relaciones con el novillo– la baja de precios que recibe el productor es por ahora mucho mayor al que expresan los datos de ventas externas.

La salida de China ha sido parcialmente sustituida por mayores ventas a Brasil, Estados Unidos y Canadá.

Mercado del ovino.

China, un problema a dos puntas

El súbito freno de la economía de China está golpeando en toda la línea al sector ovino. Por la carne, pero también por la lana, incluso las finas.

En un principio los mercados tradicionales han sido Brasil para carne con hueso y la Unión Europea. En la pandemia apareció China, empezó a demandar carne ovina en toda su cartera de productos, desde cordero pesado, cordero liviano, adulto pesado, adulto liviano y llegamos a un 60 o 70% de colocación en el mercado chino.

Ahora lo que sucede es similar al mercado vacuno, lo vemos como algo coyuntural, pero vemos dificultoso colocar producto en China, no solo en precios sino en la propia colocación, explicó el gerente del frigorífico San Jacinto, Rodrigo Santos.

Se han ido cerrando algunos negocios, reactivando un poco Brasil, tratando de colocar sin hueso en la Unión Europea, explicó, como estrategias para afrontar el aumento en la oferta que sucede tras las esquilas en el último trimestre del año.

Por otra parte, un industrial lanero explicó que “todo se trancó antes del covid (cuando el conflicto comercial entre Estados Unidos y China), luego empezaba a repuntar y vino el covid y “China se hizo pedazos y con el cero covid no le dieron apoyo a las industrias tradicionales”.

China está mal económicamente, la industria textil es muy sensible y no se ve todavía un repunte, una presentación de un nuevo producto, algo que brinde señales de reactivación.

“Si mirás cuatro años para atrás, las lanas medias están en un muy mal momento, no lo hubiera visto hace 5 años, cómo va a estar en cuatro años imposible saberlo. No podría decir a alguien deje de producir lanas gruesas. No es posible hacer pronósticos en lana”, resumió ese industrial.

Desde el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), el gerente, Romeo Volonté, opinó que eso no quita que hay una preocupación importante por un mercado que no se termina de recuperar y que el productor eso lo sufre.

Por otro lado, ese mismo sector el año pasado tuvo un excelente ejercicio por el lado de la carne.

“Entendemos que las perspectivas son mejores, diferentes a la coyuntura, pero luego cada uno toma sus decisiones”, concluyó Volonté.

 

Especializarse y esperar que la demanda se recupere

Los sistemas ovinos parecen tener tres caminos: las lanas superfinas, los sistemas intensivos de producción de carne y aquellos donde por ser zonas pedregosas o superficiales tienen complementariedad con los vacunos y que no son estrictamente adecuados ni para los dos caminos anteriores, pero que igual tienen un bajo costo y generan un ingreso interesante.
Pero mientras en el mundo no haya paz, estabilidad y crecimiento, las lanas gruesas parecen complicadas y es una adversidad que al prolongarse parece empujar a los productores a tomar nuevos rumbos de especialización, o sin lana o con lanas de menos de 21 micras podría ser un objetivo que quede planteado con más fuerza que antes.

 

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