La reducción de la jornada laboral a 6 horas: ¿es viable avanzar hoy en Uruguay?

“Es una reducción para fomentar haya mejor calidad de vida. Hay estudios que demuestran que la gente se concentra más en 6 horas de trabajo, y no tanto en 8 horas. Hay un montón de certificaciones médicas y se deben a esa cantidad de horas. Porque no son solamente las 8 horas de la carga horaria, sino también lo que viene después: las tareas no remuneradas, que suponen mucha carga horaria”, argumentó la debutante legisladora de Ciudadanos (Ernesto Talvi) a La Diaria.

Esta iniciativa ha sido planteada en varias ocasiones por el PIT-CNT, aunque se tiene en claro que son varias las aristas a tener en cuenta a la hora de hablar de reducir la jornada laboral, así como son varias las formas en que se puede hacer.

Consultado por Montevideo Portal, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, sostuvo que la propuesta tiene puntos "interesantísimos" y consideró que "la revolución científica-tecnológica" puso sobre la mesa procesos de trabajo que generan mayor productividad a las empresas. "Más allá o más acá en el tiempo, eso va a llevar a la reducción de la jornada laboral. Aspiro a que sea a través de la negociación colectiva y por rama de actividad, porque es verdad que la reducción de 8 a 6 horas suena bien, pero no es aplicable a la totalidad de los sectores", dijo. 

Precisamente, el designado subsecretario del Ministerio de Trabajo y asesor en política laboral del presidente electo, Mario Arizti, dijo a El Observador que si bien este tema está arriba de la mesa y es una reivindicación histórica de los sindicatos, "no se tiene en carpeta" como bandera de su futura gestión. Añadió que en Uruguay, como todo tema laboral, no se puede tratar de manera generalizada sino que depende del rubro. 

"Algunos sindicatos lo han planteado. Como todo tema laboral, siempre es bueno que se discuta, (pero) no se puede tratar de manera generalizada", acotó. 

En tanto, el director del Instituto Cuesta Duarte, Milton Castellano, dijo que desde la central sindical ya hace algunos años se ha venido planteando la posibilidad, pero sin embargo, explicó que una rebaja no solo implica que sea de 8 a 6 horas: "hay muchas formas".

“Puede ser también en los descansos o con medidas contra cíclicas en zafra. No solo se han planteado una serie de posibilidades, sino que también se está negociando en muchos Consejos de Salarios. Es un tema de la negociación colectiva y sería muy importante que Uruguay fuera adecuando su jornada de trabajo, con una tendencia a la reducción. Puede tener algún marco legal general, pero un aspecto central nos parece es la negociación y depende de los estudios que se puedan hacer en cada una de las cadenas de valor de los sectores”, comentó.

Castellano consideró que, por ejemplo en el caso de la tecnología, no solo tiene incidencia en lo productivo, sino también con la organización del trabajo. “Si organizo el trabajo de forma más eficiente puedo tener mejoras en la productividad simplemente por un tema organizativo, más allá de la automatización o la robotización. A diferencia de lo que ocurrió hace un siglo atrás, no alcanza con una ley que diga: ‘voy a bajar por día tanto’”, explicó.

En este sentido, uno de los sectores más notorios que logró reducir la jornada laboral a 6 horas fue el de la bebida, particularmente la cerveza.

El histórico dirigente sindical de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), Richard Read, apuntó en radio Sarandí que en el caso del envasado de la cerveza, los trabajadores pasaron a tener cuatro turnos de 6 horas, pero siguieron cobrando por las 8 horas. 

Otros sectores que llegaron en Uruguay a este tipo de convenios fueron el de la construcción, el de la metalúrgica y también el de la madera.

Read contó que en una discusión que duró meses se intentó argumentar la conveniencia para las dos partes y fue “clave demostrarle a la fábrica que mejoraba la productividad con ese régimen de trabajo”.

“El esfuerzo y la dedicación era otra con una reducción de la carga horaria. Se comenzó con una prueba de 90 días, que ya lleva implementada 13 años. Funcionó y lo hizo muy bien porque los índices de productividad mejoraron”, explicó Read.

De todas formas, el sindicalista aclaró que en la propia Fábrica Nacional de Cervezas no es aplicable para todos los sectores, dado que la clave para poder bajar la carga horaria es considerar la mejora en el rendimiento.

“Ahí se sostuvo el valor económico o lo que en definitiva le podía significar a la empresa pagar un sobrecargo del 25% en el valor hora. Lo importante radica en que la empresa mida con parámetricas adecuadas sus grados de eficiencia y localizar los problemas en las cadenas productivas, pero a su vez, el sindicato debe garantizar la confidencialidad”, apuntó el sindicalista basado en su experiencia. .

Además, aclaró que productividad no es tener mayor producción, sino que es un tema de eficiencia: “Con los mismos insumos y recursos lograr mayores resultados a menores costos. Se puede tener mayor producción con menos productividad y mejor productividad con menos producción”.

Por su parte, Castellano en la misma línea que Roselló sostuvo que está comprobado que el trabajador “después de la quinta o sexta hora ya no rinde lo mismo”.  

Además, agregó, el objetivo es que la rebaja sea para el disfrute del trabajador y no que facilite el doble o triple empleo como por ejemplo ocurrió en la salud.   

“No es que hoy alguien descubrió la pólvora y dijo que hay que bajar. El proceso de los cambios ya se viene dando, pero lo que se puede hacer es acelerar y seguir avanzando. Si a la industria, el comercio y los servicios les pongo las comparó con las jornadas de trabajo de hace 20 años, es indudable que ha habido cambios y en general son de reducción. La tendencia es a la baja porque es parte de la revolución tecnológica, de la industria 4.0”, resumió.  

¿Trabajar menos?

El profesor grado 5 de Derecho del Trabajo de la Universidad de la República, Juan Raso, dijo en diálogo con El Observador que la reducción en el horario laboral ya está contemplado en algunos rubros insalubres o estresantes, como en la salud o en los call center.

Advirtió que también hay que analizar que achicar el horario de trabajo también puede tener efectos contrarios a los buscados, como multiplicar el pluriempleo, que “es un riesgo que de alguna manera hay que examinar”.

El académico indicó que está el factor económico, o sea, el determinado tiempo que lleva producir un determinado producto. Explicó que para empresas medianas o pequeñas que compiten con países como México o China, en donde se trabaja 12 horas, una “reducción de la jornada tiene que ir acompañada inexorablemente con una mayor productividad o va a significar en definitiva un mayor costo en lo laboral y empresarial”.

“Hay que estudiarlo, negociarlo y también gobernarlo para que pueda ser útil para el empleador y el trabajador, a los efectos de conciliar la vida del trabajo y la familiar. Hablamos mucho de reducir las jornadas de trabajo cuando en realidad con las nuevas tecnologías estamos prácticamente todo el tiempo conectados al trabajo. Capaz que hoy en día hablamos de menos trabajo, pero la realidad es que estamos trabajando mucho más”, resumió Raso.