Jorge Batlle, presidente de la República entre 2000 y 2005

Economía y Empresas > 20 AÑOS DE LA CRISIS

Salir de las sombras: empresas que surgieron y resurgieron de la crisis

Pasadas dos décadas de la catástrofe financiera de 2002, expertos y empresarios uruguayos cuentan cuáles fueron los momentos más duros que atravesaron y qué lecciones se les grabaron a fuego
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01 de agosto de 2022 a las 05:05

El cataclismo se avecinaba. Corría mayo de 2002 cuando el entonces presidente de la República, Jorge Batlle, mandó a llamar a todos los parlamentarios del Partido Colorado. Las palabras del primer mandatario en la reunión fueron al hueso: “(Nunca) el Uruguay se vio enfrentado a una situación tan dramática en el sector bancario”, reconstruyó el periodista Claudio Paolillo en su libro Con los días contados. Pero para entonces la corrida bancaria ya avanzaba a pasos agigantados. 

Si bien el Efecto Tequila —como se conoce a la crisis económica desatada en México durante 1994— generó cierta preocupación, la primera alarma se encendió tras la devaluación en Brasil de 1999, debido a que perjudicó las exportaciones y la producción en Uruguay. Pero “el desencadenante fue la crisis argentina de 2001”, recordó la economista y presidenta de la Academia Nacional de Economía, María Dolores Benavente, en diálogo con Café & Negocios

En 2002, Uruguay guardaba una fuerte dependencia con Argentina por la colocación de sus exportaciones, pero “el corralito” impuesto en el país vecino a finales de 2001, que impedía que los ahorristas retiraran dólares, provocó que muchos argentinos llegaran a las sucursales de los bancos en Uruguay para retirar sus divisas. “Cuando los argentinos empezaron a sacar los depósitos que tenían acá, la crisis se trasladó al sistema financiero uruguayo, que, entonces no tenía las medidas de seguridad que hoy tiene —desarrolló Benavente—. Fue la tormenta perfecta”. 

Esta situación “afectó al corazón del sistema, que es el sector financiero”, indicó la experta. Se cortaron las cadenas de pago y se generó un efecto dominó que propició la quiebra de empresas. 

En tres meses el dólar trepó de $ 17 a $ 30

De hecho, 220 empresas entraron en concordato solo en 2002, más del doble de lo registrado por año en aquel período, expresó el gerente de Servicios Jurídicos de la Liga de Defensa Comercial (Lideco), Fernando Cabrera a Café & Negocios. “Después de aquellos años, la marca más alta de concursos que hemos registrado fue de 60 en un año”, comparó Cabrera. 

El 20 de junio de 2002, se eliminó el sistema de banda de flotación, por lo que en tres meses el dólar trepó de $ 17 a $ 30. La tasa de desempleo llegó a niveles históricos y se posicionó en 17%. Entre 1998 y 2002 se acumuló una caída del PIB de 17,5%, según datos procesados por el informe Uruguay 1998-2002: ¿quiénes ganaron y quiénes perdieron en la crisis?

Lecciones aprendidas y peligros olvidados

Cabrera explicó que debido a lo sucedido en 2002, la segunda ley de urgente consideración del gobierno de Batlle, la 17.292, creó los juzgados especializados en asuntos concursales. Gracias a esta medida “la Justicia pudo darle cobertura a la crisis”, señaló Cabrera. Este nuevo mecanismo “aceleró los procesos de acuerdo con los acreedores”, y fue determinante para paliar la situación económica, consideró.

Por otro lado, el gerente de Lideco destacó que “ser cuidadoso con la información de una entidad antes de otorgarle un crédito, ya sea comercial o financiero” fue una de las mayores enseñanzas que la crisis de 2002 le dejó a la plaza local. “Entender quién lo solicita, en qué condiciones se encuentra y qué capacidad de pago tiene” son datos fundamentales que, según Cabrera, empezaron a tomarse en cuenta además de la garantía presentada por el solicitante del respaldo económico.

En cuanto a lo macroeconómico, Benavente expresó que “lo más doloroso de esa época fue, sin dudas, la situación humana”. Al aumento exponencial de los desempleados se le sumaron las personas que quedaron por fuera del circuito formal de la economía tras el colapso de las empresas.

220 empresas se presentaron a concurso debido a la crisis, el doble respecto a un año convencional, según datos aportados por Lideco.

Si se compara el escenario actual con el de hace 20 años, “en lo financiero estamos mejor, sin dudas; la supervisión se ha profesionalizado muchísimo, estamos más resguardados hoy respecto a lo que vive Argentina”, señaló Benavente y argumentó que Uruguay se desacopló de la región.

Sin embargo, “en lo fiscal, en la inserción internacional y en las regulaciones, estamos peor”, aseveró la experta.

En este sentido, explicó que si bien antes de la crisis había déficit, “en la actualidad este déficit reposa sobre más cantidad de funcionarios públicos porque el aparato estatal engordó muchísimo”. 

Para la economista, además, la concreción de acuerdos comerciales con otros países o bloques es prioritario. “Ahora se abre una ventana interesante con el pedido de incorporación al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), las tratativas para un tratado de libre comercio con China y eventualmente con otros países”, explicó Benavente en este orden. 

Por último, la economista expresó: “todavía seguimos arrastrando ineficiencias, burocracia, conflictividad en el mercado de trabajo; la carencia de inversión no ha cambiado o, en algunos casos, está peor”.

“No tenemos que esperar a verle la cara a Dios para hacer los cambios”, expresó María Dolores Benavente, presidenta de la Academia Nacional de Economía

Si bien Benavente ponderó la salida de la crisis de 2002 y la catalogó de “ejemplar”, consideró que, pese a que pasaron 20 años, “los problemas más gordos están allí y nos siguen mirando”.

Empresas que surgieron y resurgieron de la crisis de 2002

Nicolás Ganz, director de Casa Fessta

Casa Fessta: comenzaron en plena crisis, casi desisten, pero hoy manejan una marca con franquiciado propio

Poco antes de que el dólar se disparara en 2022, los hermanos Nicolás y Alex Ganz, de 20 y 22 años, le pidieron un préstamo a su padre —un empresario del rubro comercial— para iniciar una empresa propia. Con el capital inicial viajaron a China y adquirieron productos de cotillón para crear una mayorista en Montevideo. “De un día para otro el dólar se disparó y se nos hizo imposible continuar”, recordó Nicolás Ganz en diálogo con Café & Negocios 20 años después de aquel tropezón.

¿Pensaron en desistir? “Sí. No solo pensamos en devolverle a mi padre el dinero que nos prestó, sino en dejar el país”, narró.

Sin embargo, los empresarios decidieron quedarse. “Desde unos meses después de que comenzamos, en 2002, hasta 2004 recorríamos diferentes remates para intentar rescatar algún peso”, agregó Ganz. Una vez que volvieron a recuperar cierto capital, los hermanos decidieron reinvertir, en vez de devolver el dinero. Esta vez, la suerte fue otra. Desde ese entonces, la empresa mayorista comenzó a prosperar y en 2018 los Ganz decidieron apostar también por la venta al por menor. De este modo, nació Casa Fessta.

En la actualidad, cuentan con nueve locales, distribuidos en Montevideo y el interior, y también incorporaron nuevas líneas de productos, como bazar y decoración. De hecho, en la próxima semana abrirán un nuevo punto de venta en Nueva Helvecia (Colonia), según expresó Ganz.

En gran parte, la expansión de Casa Fessta se debe a un sistema de franquiciado en alianza con una empresa argentina. 

Myrbox: Empezaron vendiendo cajas en un apartamento y hoy tienen una planta de producción propia

Gerardo Longo y Myriam Ferrari, fundadores de Myrbox

“Hay que darle para adelante siempre; con responsabilidad y un poquito de suerte las cosas salen”, asegura Gerardo Longo a Café & Negocios, al mirar en perspectiva los últimos 20 años en que Myrbox, su empresa, no ha parado de crecer. 

En 2001, la esposa de Longo, Myriam Ferrari, se quedó sin empleo. Tiempo después, en abril de 2002, el matrimonio se lanzó al agua con una empresa de ventas de cajas de cartón. De hecho, el nombre de la compañía se debe al de su fundadora.

“Somos hijos de la crisis”, expresó Longo.

Los socios comenzaron con una partida de cajas en un departamento desde donde tomaban pedidos de diferentes empresas. 

Para 2004, Myrbox ya había adquirido su primer local. Al año siguiente, la pareja importó una troqueladora y una convertidora de dos tintas. Pero fue en 2008 cuando la compañía despegó al traer al país maquinaria europea para lograr la autonomía definitiva de la producción.

“Hoy hacemos todo el proceso, importamos el papel, hacemos el cartón y, luego, los derivados (cajas, planchas, tubos, esquineros); además el grupo tiene una empresa que hace trabajos combinados con gráfica”, detalló Longo.

Además, la empresa uruguaya posee más de 1.000 clientes en el país y exporta a Argentina, Chile y Paraguay. Myrbox cuenta con 110 empleados en su propia planta, que procesa 400 toneladas de papel al mes. 

Cutcsa: “Entre el 2002 y el 2003 registramos la peor marca en cuanto a venta de boletos urbanos”

Juan Salgado, presidente de Cutcsa

En 1999 bajó la venta de boletos de todo el sistema urbano por primera vez y, desde entonces, la tendencia no mejoraría hasta 2004. “Fue allí cuando se empezó a sentir la recesión que el país atravesaba”, recordó el presidente de la Cámara de Transporte y de Cutcsa, Juan Salgado, en diálogo con Café & Negocios.

Las ventas pasaron de 313 millones en 1998 a 296 millones en 1999. Para el año 2000, la pérdida volvió a ser de alrededor del 5%, y esta baja se reiteró en 2001.

Sin embargo, en seis meses correspondientes a 2002 la baja de boletos respecto al año anterior fue de casi 11% y se vendieron 239 millones de boletos. En 2003, con casi 226 millones de boletos vendidos, “tocábamos piso y se registró la peor situación de nuestro rubro en la historia moderna del sistema de transporte”, recordó Salgado.

La imperiosa necesidad de producir reformas para enfrentar la situación económica que afrontaba el país llevó a la compañía de transporte, por ejemplo, a decidir no reponer los puestos de los guardas una vez que se jubilaban e instaurar el sistema de conductor cobrador. “El objetivo mayor fue no despedir a nadie y por suerte pudimos cumplirlo”, indicó el ejecutivo. 

“Periódicamente recibíamos la llamada del entonces presidente Batlle para saber cuál era la situación y para darnos ánimos de mejora —recordó el ejecutivo—. Por suerte las cuatro patas funcionaron bien: la empresa, los trabajadores, el gobierno nacional y el departamental; eso nos permitió salir adelante más fácilmente”. 

Los 20 años de la crisis del 2002 encuentran a Cutcsa afrontando una nueva situación empantanada, debido a la pandemia y el confinamiento que también hicieron mella en el negocio. 

“Aún no nos recuperamos totalmente de la situación sanitaria e, incluso, creo que el nuevo 100% de demanda del transporte urbano es el 82% de la actividad que se registraba durante los años de prepandemia”, concluyó Salgado.

Zonamerica: “Fuimos una especie de salvavidas para la economía uruguaya de ese momento”

Orlando Dovat, fundador de Zonamerica

Para el año 2002, la zona franca Zonamerica ya era una empresa consolidada en el rubro con 12 años de vida. Cuando comenzó la recesión, “registramos años de mucha inversión en infraestructura, como desarrollo de edificios, la infraestructura de calles y la ampliación del predio de 53 hectáreas a 93”, recordó el presidente de esa compañía, Orlando Dovat en diálogo con Café & Negocios.

Debido a las características de la empresa, Zonamerica no sintió los efectos inmediatos de la crisis financiera del 2002, ya que mantenía sus cuentas en dólares. “No sufrimos una reacción inmediata, más allá de pequeños efectos colaterales”, producto de la situación generalizada, expresó el empresario.

“Sabemos que fue una situación especial, pero empresas como Zonamerica fueron una especie de salvavidas”, indicó. Dovat también reconoció que el hecho de no tener vínculo con los bancos afectados durante la crisis fue un factor determinante para que Zonamerica no se viera comprometida. 

“Aunque parezca mentira, las crisis también son oportunidades”, expresó Dovat.

En este sentido, el empresario, que también es socio fundador de la zona franca, explicó que a raíz de la considerable baja del empleo y del salario, junto con la suba del dólar, nuevas empresas y actores entraron a jugar en el país —como Sabre Holding, una empresa de 1.000 empleados—. Esto hizo que el mercado nacional se volviera “más competitivo”. En consecuencia, “el país pudo lograr una fortaleza a partir de esa crisis, de la que se aprendió mucho”, concluyó el empresario.

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