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Las razones del homenaje de Peñarol a Morena: una gloria inmortal

La historia de Morena, el ídolo de una generación que sigue siendo venerado por jóvenes que nunca lo vieron jugar, pero saben que es el máximo goleador uruguayo y el que más goles le convirtió a Nacional: 27
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03 de octubre de 2020 a las 05:00

Su rito era incambiable: siempre era el último en entrar a la cancha, lo hacía con una pelota en la mano, se sentaba sobre ella para la foto de rigor del equipo formado y luego, se encaminaba hacia el arco de la Ámsterdam para pegarle un zurdazo suave para convertir el gol sin arquero.

Todos los partidos de Fernando Morena comenzaban así. Eran cuatro cábalas en una y todo antes de romper las redes del rival de turno. Porque se aburrió de hacerlo.

El máximo goleador histórico del fútbol uruguayo era venerado por la hinchada de Peñarol. Incluso hoy hay menores de 30 años que no lo vieron jugar y que le piden una foto porque saben lo que significó.

Gastón Guelfi, en el medio, y a su derecha, Castro Quintela, el presidente de entonces de River Plate, luego de llegar a un acuerdo para que Morena pasara a Peñarol

La idea de Juan Faccio –quien lo había tenido en River Plate y dirigía a Peñarol– tuvo eco en el presidente Gastón Guelfi, quien hizo lo indecible para poder contratarlo.

“Existía interés de Nacional, del cual él era hincha, e Independiente, pero Fernando se inclinó por Peñarol porque venía como ‘9’ y en Nacional iba como puntero izquierda”, recordó Gastón Guelfi hijo a Referí.

Tanto era el interés tricolor que su presidente de entonces, Miguel Restuccia, se reunió con su par de River, Castro Quintela. Días después, el propio Morena se reunió con Restuccia, pero algo no le gustó y no volvió.

“La negociación llevó varios días. Papá estaba obsesionado en conseguir a alguien que sustituyera a Alberto Spencer. ‘Yo le aseguro que en el medio local no baja de 20 goles’, le dijo Faccio a mi padre. Y él lo veía como el hombre capacitado para volver a poner a Peñarol en el ámbito internacional que era el gran objetivo de mi padre”, agregó Guelfi.

El 23 de enero a las 10 de la noche terminó su reunión con Castro Quintela y se llegó a un acuerdo para un préstamo, y el 24 a las 6 de la mañana, Guelfi falleció a los 54 años de un infarto masivo.

La camiseta calada especial que utilizaba Peñarol a principios de los años de 1970 y con Fernando Morena en la cancha

Consultado por Referí, Juan Faccio recuerda su llegada: “Llegué a Peñarol, hicimos un equipo competitivo y le dije a Guelfi que le faltaba un centrodelantero. A Fernando lo fui a buscar a la casa y la familia tuvo muchísimo que ver para que viniera conmigo. Para mí es como un hijo, no conozco a nadie más agradecido que Morena. Como jugador fue un fenómeno, pero más como persona”.

Y agrega: “Yo en River le decía Alfredo por Di Stéfano porque para mí iba a ser como él, un ‘9’ de toda la cancha. Jugaba de 11 mentiroso”.

Jugó los primeros cuatro clásicos y no logró convertir y el hincha de Peñarol ya lo miraba de reojo.

Pero el 2 de diciembre le hizo el primer gol a Nacional a Manga en lo que luego fue un empate 1-1, y Peñarol fue campeón cortándole la posibilidad del quinquenio a su eterno rival.

Ya estaba Hugo Bagnulo como técnico quien le encontró el puesto y los socios necesarios.

Daniel Quevedo fue sin dudas, el primero con el que se tuteó en la cancha. Eran uno para el otro. Algunos años después llegaría Ildo Maneiro.

El primer gol clásico de Morena; fue a Manga el 2 de diciembre de 1973 y sirvió para ser campeones uruguayos y cortarle al eterno rival la posibilidad del quinquenio

Su primer gran año con Peñarol fue en 1975. Tuvo que jugar hasta el día que se casó. Es que el partido ante Wanderers que se debía disputar un sábado, se postergó por lluvia dos días, para el lunes. Y ese día se casaba. Entonces, concentrado en Los Aromos, se fue al civil por la mañana, jugó por la tarde –ganaron 2-1 y obviamente, hizo un gol– y se casó en la iglesia de Las Carmelitas de noche. Fue todo un acontecimiento que transmitió canal 10 en vivo.

El gol que le anotó Fernando Morena a Héctor Santos de Liverpool para batirle el récord a José Pedro Young en la última fecha del Uruguayo de 1975

Peñarol ya era campeón uruguayo al llegar a la última fecha con Liverpool, la gran revelación de ese torneo y que tenía un gran equipo. Pero para ese partido, había dos atracciones: la obsesión de Bagnulo por terminar invicto, y que Morena pudiera batirle el récord de 33 goles al Tigre José Pedro Young que los había conseguido con la misma camiseta en 1933. “Morena no me va a hacer un gol”, dijo Héctor Santos, el arquero de Liverpool a los informativos en la semana. Pero Morena se lo hizo y ganó Peñarol 3-1.

Fernando Morena abrazando a José Pedro Young luego de derrotar 3-1 a Liverpool en 1975 y batirle su récord de 33 goles; allí, Morena llegó a 34 y tres años después, llegó a 36

Young entró a la cancha, se fotografió emocionado con Morena quien le dio la camiseta.

“Nosotros estábamos muy felices por su récord. Pero era tal la costumbre de sus goles, que no hicimos nada extra ese día”, explica su gran amigo y excompañero Walter “Indio” Olivera a Referí.

Ese año se había jugado el clásico 100 por el Uruguayo y de un lateral de Mario “Bombón” González, llegó una chilena de Morena que terminó con el gol para el 2-1 en la hora.

El Bombón, fallecido en noviembre pasado, había dicho a Referí en octubre de 2017 sobre Morena: “¡Era el que nos hacía cobrar, muchacho! Aparte el Potrillo tuvo unos años que tuvo una suerte bárbara. Levantabas un centro, le pegaba en la oreja y era gol. Tuvo tres años en Peñarol que fueron una fiera”. Y tanto él como Olivera concuerdan en una frase: “Con él ya entrabas ganando 1-0”.

Fernando Morena en sus inicios en Peñarol

Pero ese récord tremendo de 34 goles, él mismo se encargaría de batírselo. En 1978, llegó a los 36 en 21 partidos. Tanto era lo que le brindaba al hincha, que Gastón Guelfi hijo le puso Fernando a su tercer hijo nacido ese año.

El 16 de julio –qué fecha para el fútbol uruguayo que celebraba los 28 años de Maracaná–, Morena no iba a jugar contra Huracán Buceo. El técnico Dino Sani lo iba a cuidar porque dos días después había un partido trascendente contra Deportivo Cali –que dirigido por Carlos Bilardo, llegaría ese año a la final ante Boca– por Copa Libertadores.

Pero finalmente jugó y fue su día de gloria. Se despachó con siete goles en el triunfo 7-0 y en la hora, Ramón Alaniz, le contuvo un penal, por lo que podría haber llegado a ocho.

La tarde inolvidable: 16 de julio de 1978 y el partido ante Huracán Buceo en el que anotó siete goles

Esa tarde, le batió el récord de seis goles en un mismo partido y con la camiseta de Peñarol a Nicolás Falero quien lo había logrado en 1947 y justamente estaba en la Platea América. Cuando lo igualó, por los altoparlantes del Centenario anunciaron la igualdad del récord y nombraron a Falero que se levantó para saludar a todo el estadio.

“Como jugador, goleador para aquella época que eran otras marcas y formas de jugar, fue un fenómeno. Como persona, increíble, buena gente, servicial con todo el plantel y los muchachos que llegaban. Muy pocos goleadores vi como él”, cuenta el Indio.

Su notable nivel llevó a que Héctor “Pichón” Núñez se lo llevara para Rayo Vallecano, dejándole a Peñarol US$ 650.000 libres, lo que significaba mucho dinero para la época.

El bono colaboración para traer a Morena de regreso a Peñarol con la campaña "A Morena lo traemos todos"

Pero luego de una temporada allí y otra en Valencia, en 1981 a Washington Cataldi se le ocurrió la loca idea de traerlo y fue apoyado por José Pedro Damiani. Había que conseguir una fortuna de dinero: US$ 1.029.000 a pagar en tres cuotas. Una locura.

Y empezó la campaña. Primero comenzaron por armar un jingle con la dupla de Roberto Da Silva y Beto Triunfo, quienes ese año habían revolucionado el mundo del fútbol con “Uruguay, te queremos”, que se impuso como himno del Mundialito-Copa de Oro, ganado por la celeste que suplantó por convicción popular al instaurado por la dictadura en el momento.

“Cataldi nos contactó para hacer una canción para traer a Morena que estaba en España. Precisaban US$ 1 millón. Yo hice el jingle con Beto Triunfo, y Beto hizo unos videos en su productora para la campaña”, recuerdó Da Silva en diálogo con Referí.

A su vez, comentó una anécdota del momento: “Cuando fuimos a cobrar, faltaban US$ 2.000 de lo que habíamos arreglado. Cataldi nos dio un certificado a nombre mío y de Beto, por US$ 1.000 cada uno. ‘Muchachos, lo tomamos como un aporte suyo a la campaña para traer a Fernando, ¿ok?’, nos dijo. ¡Era un fenómeno! Y mirá que Beto sí es manya, pero yo soy de Defensor. Nunca cobramos esa plata y cada vez que veíamos a Fernando le decíamos: ‘Mirá que pusimos dinero para traerte, ¿eh?’”.

Fernando Morena luego de su regreso en 1981

Su llegada a Montevideo colapsó el tránsito en un día entre semana. No se podía pasar por la calle Guayabos, la sede de la AUF, ya que había ido a pedir pase.

El 25 de noviembre de 1981 volvió a los clásicos, con un triunfo por 3-2 con dos goles en lo que se recuerda como el clásico de la agachadita del árbitro Roque Cerullo. En el primero de esos goles, los futbolistas de Nacional entendieron que el juez había hecho sonar el silbato y Morena siguió la jugada. Cerullo siempre dijo que él no había pitado y así se puso Peñarol en ventaja.

Si bien ya era otro clásico verlo celebrar colgado del alambrado, luego patentó otro festejo: el de ir a gritar los goles en el portón de la América contra la Ámsterdam. Y justamente esa imagen es la que este viernes se presentó en el Estadio Campeón del Siglo para homenajearlo.

20201002 Fernando Morena liquidando clásicos, toda una costumbre; así lo retrató el diario El Día

Morena le convirtió 27 goles a Nacional y es el futbolista aurinegro que más tantos le hizo. Es más: anotando él en un clásico, Peñarol nunca perdió. De los 49 clásicos disputados, ganó 22, empató 19 y perdió ocho.

Peñarol lo trajo para volver a ser protagonista en lo internacional. Al año siguiente, en 1982, contrató nuevamente a Hugo Bagnulo como entrenador, el que mejor lo entendía a Fernando.

La leyenda que Morena negó varias veces, su amigo el Indio Olivera dice que es verdad: “El Hugo pasaba y lo tapaba cuando dormía en la concentración. ‘Al Potrillo hay que cuidarlo’, decía. ¡Es real yo lo viví!”, dijo a Referí.

El excapitán aurinegro cuenta que los rivales “lo respetaron mucho en la cancha. Muy pocas veces hubo jugadas desleales contra él. Cuando lo fracturaron, sus compañeros de la selección se lo querían comer al venezolano. La hinchada de Nacional lo odiaba un poco, pero también lo quería, porque cuando jugaba en la selección hacía goles y no lo silbaba”.

Y así ganaron la Copa Libertadores en 1982, la cuarta del club con un gol de Morena en la hora ante Cobreloa y en Chile, ese Estadio Nacional de Santiago que tantas alegrías le trajo a Peñarol, ya que allí además consiguió las Copas de 1966 y 1987. Morena fue el goleador de esa Copa con siete tantos.

Poco tiempo después, había que jugar en Tokio ante Aston Villa por la Copa Intercontinental y Morena se llevaba todo el interés de los fotógrafos y de la transmisión televisiva internacional. Peñarol consiguió el trofeo y quedó en el recuerdo a todo el equipo formado para recibir la copa y Fernando gritándole al capitán Olivera como un niño, con una sonrisa.

“Sí, me gritaba de todo un poco para ponerme nervioso. Siempre fue muy bromista. Fue un momento hermoso para todos nosotros”, recordó Olivera.

En 1983 perdieron la final de la Libertadores ante Gremio y tras un fugaz pasaje por Boca Juniors, retornó en agosto de 1984. El 28 de diciembre ganó la Liguilla ante Bella Vista con un gol suyo que definió el encuentro por penales.

Se retiró y volvió en 1986 para jugar la Libertadores. El 17 de julio de ese año, contra Hugo Gatti de Boca, hizo su último gol, el 667.

Con 36 tantos, quedó como el segundo goleador histórico de la Copa, detrás de Alberto Spencer con 54, 48 con los aurinegros y seis con Barcelona de Guayaquil.

En marzo de 2016, Fernando Morena anotó el primer gol en la historia del Estadio Campeón del Siglo en su inauguración

“El monumento es merecido. Siempre pensé que Fernando en Peñarol se merece todo. A pesar de que Peñarol no solo fue Morena. Hubo jugadores que ya lamentablemente no están que dieron mucho. Representados en Fernando, vamos a estar todos”, dijo Olivera a Referí.

Nadie hizo más goles que él por el Campeonato Uruguayo: 235. Ganó todo con Peñarol y es el ídolo de toda una generación que lo veneró y hoy lo respeta como nunca.

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