AFP

Policía mató cuatro delincuentes en 10 días: los cambios que explican la reacción policial

En el Ministerio del Interior creen que hay una capacidad de reacción más rápida de los efectivos ante ataques de delincuentes

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19 de febrero de 2019 a las 11:48

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Primero fueron dos delincuentes que intentaron asaltar un supermercado en Las Piedras (Canelones). Dos días después fue otro que quiso asaltar una agencia de quinielas en Suárez (también Canelones). Y el caso más reciente fue el de un hombre que junto con otros intentó cometer un asalto en el barrio montevideano La Comercial. Con 10 días de diferencia, los cuatro murieron a manos de la policía en medio de persecuciones cuando estaban por consumar rapiñas o fueron heridos, pero murieron en un hospital a las pocas horas.

Si bien para el Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo se trata de “situaciones que se dieron” –según dijo la dirigente Patricia Rodríguez a El Observador– y consideran que no hay un motivo específico de por qué desde el 9 al 19 de febrero murieron cuatro delincuentes por disparos de la policía, en el Ministerio del Interior creen que sí hay ciertos factores que lo explican.

En primer lugar, los policías comenzaron a aplicar más el trabajo encubierto ante casos que se están investigando, indicó a El Observador una fuente de la cartera. Eso genera una reacción más violenta por parte de los delincuentes, que tienden a disparar y desatan un tiroteo con la policía, que según entienden en el Ministerio del Interior, también está reaccionando más rápido ante posibles ataques.

Cuatro delincuentes, dos policías y un imputado 

El 9 de febrero, un grupo de asaltantes llegó a un supermercado de Las Piedras sobre la hora 20.30 y comenzó de inmediato un intercambio de disparos, ya que en el comercio se encontraba un funcionario policial. Según información de la Jefatura de Policía de Canelones, uno tenía 23 años, antecedentes penales y se había escapado de la cárcel, y el otro 20 años. Ambos murieron por los disparos del policía, aunque el segundo murió tiempo después, cuando sus propios compañeros –que se fugaron– lo dejaron en el hospital.  

A los dos días, un grupo de delincuentes quisieron asaltar una agencia de quinielas en Suárez y se enfrentaron con la policía. El resultado fue uno muerto, otro herido, otro detenido y dos más fugados.

Por último, este lunes murió otro delincuente en una persecución en La Comercial. Uno de ellos ingresó a una casa y la policía logró sacar a la familia para que no estuviera en peligro. Finalmente, se entregó y de los cuatro que integran el grupo uno murió y tres fueron detenidos, uno de ellos herido.

En las últimas semanas también hubo dos policías muertos. Sin embargo, en ninguno de los casos tuvo que ver con la función que desempeñan.

El primero fue un hombre que a fines de enero estaba andando en su bicicleta y dos hombres lo balearon para robársela y llevarse también su mochila.

A los pocos días, otro policía fue ejecutado en la puerta de su casa en La Blanqueada en lo que terminó siendo una venganza de su hermano, que le pagó a un sicario para que lo asesinara.

Por otro lado, a principios de febrero un policía fue imputado por el asesinato de la enfermera Rosa Rodríguez, quien murió de un disparo en la cabeza el pasado 4 de agosto en Paso de la Arena, luego de que se produjera un intercambio de disparos entre el efectivo y delincuentes que habían asaltado un puesto de feria.  

La ley de procedimiento policial establece que la policía hará uso de la fuerza –lo que incluye las armas de fuego– cuando “no sea posible proteger por otros medios los derechos de los habitantes”, cuando “se ejerza contra el personal policial o terceras personas violencia o amenazas de una persona armada, lo que pone en riesgo su integridad física” y cuando una persona se resiste, por ejemplo, a un allanamiento, entre otros casos.

También pueden disparar cuando un vehículo al que le ordenaron detenerse no lo hace. Esa orden puede ser dada por un policía uniformado o uno que no tiene puesto el uniforme pero se identificó como tal. Eso sucedió este lunes cuando un grupo de delincuentes quiso realizar un asalto en el barrio La Comercial.

La policía logró detener al auto en el que viajaban cuando, luego de varios disparos que rompieron vidrios del vehículo, pinchó algunas de sus ruedas.

Ese caso sirve de ejemplo de otro punto que para el Ministerio del Interior también explica por qué en los últimos días hubo delincuentes muertos: el uso de la tecnología para persecuciones. En La Comercial, algunos efectivos perseguían a los delincuentes en un helicóptero y otros mirando por cámaras que mostraban en vivo sus movimientos.

El verse rodeados de esa manera también genera que los delincuentes quieran huir y disparen para poder lograr su objetivo. Con los disparos de quienes son perseguidos, la policía puede también disparar.

Diego Battiste

En el Ministerio del Interior también creen que existe una mejor capacitación a policías sobre el uso de los implementos para reprimir el delito y que hay una mayor presencia de efectivos en las calles, que genera que se puedan desencadenar más persecuciones en caso de que un delincuente que intentó ser reprimido reaccione de manera violenta.

¿Qué pasa cuando un policía usa un arma?

La normativa por la que se rigen los policías indica que el empleo de armas es “una medida extrema”. Por eso, antes del uso de la fuerza –sea con arma de fuego u otros medios– la ley establece que tiene que “agotar los medios disuasivos que estén a su alcance, como el diálogo y la negociación con los involucrados”.

Cuando el uso de armas se vuelve inevitable, hay una serie de reglas que el policía debe seguir.

Diego Battiste

En primer lugar, tiene que actuar “con moderación y en proporción a la gravedad de la agresión o la conducta ilícita que se trate de reprimir”. A su vez, está obligado a reducir al mínimo los daños y lesiones que pudieran causar al agresor. 

En tercer lugar, debe garantizar “que se preste de inmediato asistencia y servicio médico a las personas heridas o afectadas” y procurar que los familiares de los heridos se enteren lo más rápido posible. Por último, el policía está obligado a informar de inmediato a su superior, por escrito.

Propuesta de legítima defensa policial

Hace casi tres años que el senador y precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou insiste con un proyecto de ley que habilite la legítima defensa presunta para los policías. Ese proyecto propone que los policías puedan usar el arma ante ataques y que la primera hipótesis sea que la usaron para defenderse.

El artículo 26 del Código Penal establece que cualquier persona, incluso los policías, deben probar que actuaron en legítima defensa cuando hubieren lesionado o matado a una persona, siempre y cuando se cumplan tres requisitos: que la agresión sufrida haya sido ilegítima, necesidad racional del medio empleado para repelerla o impedir el daño y falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.

En el proyecto de ley que presentó en octubre del 2016, el senador pretendió que se agregue a ese artículo que "se entenderá que concurren estas tres circunstancias respecto del funcionario policial que, en el ejercicio de sus tareas, empleando la fuerza causa un resultado legal o provoque lesiones personales, graves o gravísimas". Además, que esa presunción para el policía admitirá prueba en contrario, "toda vez que el funcionario se aparte de los principios legales que rigen la actuación policial". 

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