Alcalde de Toledo: "Los chorros saben cuando la policía se retira"

"Ha sido inmensa la cantidad de gente que viene de la capital para realizar copamientos, rapiñas y homicidios. La policía tiene que tomar algunas medidas si se sabe que los pesados están viniendo para acá; hay que hacerles seguimiento y atajarlos antes de que lleguen", pidió el acalde frenteamplista en diálogo con El Observador.

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Una comerciante fue asesinada a puñaladas durante una rapiña

Este domingo a la noche fue asesinada en Toledo una comerciante de 68 años, mientras atendía su almacén ubicado en el kilómetro 24 de la ruta 6. Recibió varias puñaladas por parte de un hombre que fue visto por varios testigos, y que la policía trabaja en identificar. Otro comerciante también asesinado a manos de la delincuencia en esta localidad fue Juan Brum, un hombre de 61 años que trató de defenderse de un asalto el 13 de octubre. Apuntó contra el delincuente y lo mató de un disparo en la cabeza, pero él también recibió un tiro en su pecho y murió tendido en su negocio.

El 18 de enero fue el último homicidio de la zona a un comerciante: la víctima era el propietario de  una ferretería ubicada en el kilómetro 1,500 de Camino Andaluz (próximo a Toledo). El hombre tenía 48 años.

Gómez reconoció que en el último tiempo el Ministerio del Interior ha destinado refuerzos policiales para intensificar el patrullaje, pero que de todas formas haría falta una "presencia policial las 24 horas", porque los funcionarios policiales "a veces dejan de estar y los chorros saben cuando la policía se retira", dijo el alcalde. "El chorro no va a venir en el momento en que está la mayor cantidad de efectivos", agregó, y se refirió luego a las cámaras de seguridad que la cartera de seguridad todavía no ha instalado, pese a lo anunciado.

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"No entiendo por qué la demora: necesitamos que las instalen, porque los delincuentes están muy dispersos y tenemos muchas vías de entrada y salida de la localidad", sostuvo Gómez.

Pobreza y delincuencia 

Semanas atrás, Gómez había asegurado que un tema de su preocupación era la proliferación de asentamientos en el departamento, especialmente los ubicados cerca de la ruta 33 a la altura del kilómetro 23. 

El alcalde sostuvo entonces a El Observador que había sido "grandísima" la llegada de gente a este lugar, donde se estima que viven unas 50 familias, y que algunos de los nuevos pobladores son expresos o familiares de estos y que la situación de inseguridad que vive la zona está relacionada con su llegada. Además, había dicho que aunque la Intendencia ha intentado desalojarlos, no han podido hacerlo ya que los dueños de los terrenos en ocasiones han actuado en complicidad con los ocupantes.

Ahora, Gómez dijo que el sistema político debería "discutir en serio" cómo solucionar la inseguridad, pero ya no desde la concepción de izquierda que concebía a la delincuencia como un problema social ligado a la pobreza y al deterioro social exclusivamente.

"Pienso que hacíamos una lectura casi mecánica. Planteábamos que eran cosas directamente relacionadas, que si bajábamos los índices de pobreza, marginalidad e indigencia y mejorábamos la educación, automáticamente la delincuencia iba a bajar", dijo el jerarca oficialista.

"Y hoy tenemos, y lo vuelvo a decir, porque es un logro de estos años, los mejores indicadores de desarrollo humano de América Latina", añadió Gómez, que lamentó que "sin embargo este tema sigue siendo complejo".

Como conclusión, Gómez admitió que "lo primero a admitir" es que "el punto de partida" que tenía la izquierda para solucionar los delitos no era correcto. "Las cosas que hemos hecho han dado muy buenos resultados en casi todo, pero no en este tema. Tenemos que discutir en dónde fallamos y por dónde vamos. Es así de sencillo. Sin complejos", sentenció.