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Líderes se buscan

En Europa solo Angela Merkel asoma con un liderazgo convincente; Estados Unidos ha seguido un curso errático

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19 de abril de 2020 a las 05:00

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Así como el filósofo Diógenes de Sinope en el siglo iv AC, caminaba de día por las calles de Atenas con una lámpara encendida diciendo que “buscaba hombres” (honestos), la humanidad busca hoy líderes, en medio de una pandemia que ha puesto al mundo patas para arriba, tanto en términos sanitarios como económicos (estamos experimentando la caída de la producción más fuerte desde la Gran Depresión de 1929) y, por tanto, sociales por la pérdida de empleos y las consecuencias del confinamiento cuasi global que, con mayor o menor limitación han puesto los gobiernos a la circulación de personas.

No sé cuántos hombres honestos encontró Diógenes en su búsqueda diaria. Diógenes, discípulo de Antístenes, el más antiguo pupilo de Sócrates, vivía en una tinaja y hacía de la pobreza material una gran virtud que practicaba personalmente. Pero sí estoy seguro de que la humanidad busca hoy líderes que la guíen a través de una tormenta, sin duda pasajera, pero de extrema violencia, y los ayuden a llegar a puerto más pronto que tarde, y no los encuentra.

No los encuentra a nivel nacional y tampoco a nivel internacional. Estados Unidos, la máxima potencia occidental, ha seguido un curso errático. Tuvo tiempo para prepararse y no lo hizo adecuadamente. Ante el primer caso, el 22 de enero el presidente Trump dijo “es solo una persona que vino de China y lo tenemos bajo control”. Luego dijo que era un “virus extranjero”. Luego que pensaba reabrir Estados Unidos para Pascua. Pero tuvo que rendirse a la realidad y a los consejos de Anthony Fauci, el infectólogo más prestigioso de Estados Unidos y asesor de la Casa Blanca. Fauci tuvo incluso el coraje de decir el pasado domingo en la CNN que si se hubiera actuado antes se habría evitado contagios y muertes. Se salvo de la destitución por muy poco.

En Europa las cosas no fueron mejor. Italia y España son un ejemplo de mal manejo político, social y sanitario. No hay liderazgo allí tampoco, ni hacia adentro ni hacia afuera. En el Reino Unido, Boris Johnson intentó ignorar la gravedad de la pandemia hasta que él mismo, por su falta de cuidado, resultó contagiado y estuvo internado en cuidados intensivos. Apenas la reina Isabel II tuvo fuerzas para enviar un mensaje firme, un mensaje de quien vivió la segunda guerra mundial con todos sus dramas, de solidaridad y esperanza. Se dirá que a la reina no le falta nada, pero su voz no pasó inadvertida ni en el Reino Unido ni el mundo.

En Europa, solo Angela Merkel asoma con un liderazgo convincente. Se podrá estar o no de acuerdo con muchas de sus decisiones pero tiene la capacidad de liderar en la Unión Europea. El interrogante es si tendrá en quién apoyarse para tomar las duras medidas que habrá que adoptar en el futuro.

STEFFEN KUGLER / BUNDESREGIERUNG / AFP
Angela Merkel asoma con un liderazgo convincente y tiene la capacidad de liderar en la Unión Europea

En Asia, salvo en China que se guía con otros cánones, los que le permite su régimen político autoritario, se ha manejado bien la crisis. Japón, Corea del Sur y Singapur han sido ejemplo pero no surgen liderazgos.

América Latina tiene malos ejemplos. En México, López Obrador incentivaba a la gente a ir a los restaurantes. En Brasil, Jair Bolsonaro, después de decir que esto es “apenas una pequeña gripe” comienza a verse desbordado y, luego de disputas en el gabinete, despidió a su ministro de Salud que proponía orden y concierto para frenar la epidemia.

No estamos mejor del otro lado del río. Si bien Alberto Fernández impuso una cuarentena rigurosa, la economía se le ha ido a pique. No consideró en ningún momento que es una falsa opción la de contraponer la salud y la economía. Pero allí mandan los conceptos ideológicos y seguramente los caprichos de la Sra. de Kirchner que, además de violar la cuarentena con sus viajes a Cuba, ahora quiere poner un impuesto a los ricos y se niega a rebajar los privilegios de los políticos.

YAMIL LAGE / AFP
Cristina Kirchner además de violar la cuarentena con sus viajes a Cuba quiere poner un impuesto a los ricos y se niega a rebajar los privilegios de los políticos

Por parte de los organismos internacionales, no se ven señales de liderazgo. De la ONU ni noticias. Y la OMS es severamente cuestionada por sus idas y venidas.

Hoy nos corre la incertidumbre de cómo será el día después, que lo habrá, aunque quizá no sea “día”, sino “meses” por lo menos. Por ahora cada uno corre por su lado sin mirar al vecino. Pero todos vivimos en una aldea global y no podemos desentendernos de los demás, incluso hasta por una razón de conveniencia propia, dado el grado de globalización.

Por eso no es nada descabellado pensar que será necesario armar o rearmar una institucionalidad similar de algún modo a la surgida después de la posguerra con los acuerdos de Bretton Woods y la creación de la ONU, para ayudar a los países más desfavorecidos o más desprotegidos y para estabilizar la economía mundial.

Y eso es responsabilidad de las grandes potencias de Oriente y Occidente, que son quienes tienen los mayores recursos.
El drama es que faltan ideas y líderes que las lleven a la práctica. Los seguiremos buscando como Diógenes a los “hombre honestos”.

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