Denis Dutra

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El séptimo día > política

Lo político, lo jurídico y el chamuyo. ¿Y lo económico?

Mujica juega con fuego al demorar una resolución sobre el pedido de UPM de aumentar su producción para no romper su relación carnal con la populista CFK
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08 de septiembre de 2013 a las 00:00

En abril del año 2005 en un Uruguay había un presidente, un jefe de Estado con todas las letras. Ese señor, el médico oncólogo Tabaré Vázquez tuvo entre manos una decisión difícil de tomar: refrendar o revocar la autorización que su predecesor Jorge Batlle había otorgado para que comenzara a construirse la fábrica de celulosa de capitales finlandéses Botnia en Fray Bentos en la rivera del Río Uruguay. Era la mayor inversión en la historia del país (US$ 1200 millones) y se sabía que su autorización violaba el estatuto de esa corriente de agua compartida. Pero Vázquez asumió el riesgo, la obra se echó a andar y en noviembre del 2007 comenzó su producción provocando un efecto dinamizador de la economía del país como pocas veces antes había ocurrido.


La inversión debía hacer crecer en 1,6% el Producto Bruto Interno(PBI) del país , es decir, el tamaño de toda la economía, permitiendo la creación de hasta 8.000 empleos directos e indirectos, según Botnia.
La materia prima procede en un 60% de las plantaciones de su filial uruguaya, Compañía Forestal Oriental (FOSA).
En mayo de 2006 Argentina demandó a Uruguay en la Corte Internacional de La Haya que recién en abril del 2010 dictaminó que Botnia (hoy UPM) no contamina y que Uruguay violó el estatuto del Río Uruguay.

Envanentolados por el ex presidente argentino Néstor Kirchner piqueteros mantuvieron cortado el puente binacional de San Martín durante tres años y medio. Vázquez se opuso con mano firme y en octubre del 2007 decidió prohibir que manifestasen en Fray Bentos e incluso antes le pidió al entonces presidente de Estados Unidos George Bush apoyo ante un posible conflicto bélico con Argentina.


El presidente josé Mujica, en cambio, optó por el camino del diálogo con lo que logró poner fin al corte de rutas a la altura de Tres Árboles. Eso fue, claro está, mientras el romance con su similar Cristina Fernández de Kirchner estaba en un su mejor momento porque la dama que se cree Eva Perón no estaba en campaña electoral.

Una vez más, la estrategia del gobierno uruguayo es resguardar el vínculo político con Argentina y no hacer olas que perjudiquen esa relación. Pero el problema es que esta vez esa estrategia dejará sin trabajo a 6.000 personas por dos meses y dará una señal muy mala a los inversores extranjeros. Mujica reclama silencio ante el pedido de la empresa UPM de aumentar su producción en 200 mil toneladas de celulosa porque dice que hablar del tema puede perjudicar el turismo.
El mandatario dijo el miércoles que ya tiene el tema “resuelto” en su “cabeza” y mencionó que se debe actuar con “prudencia”. “Los vecinos que tenemos no se mudan y nosotros tampoco, así que tenemos que tener la habilidad de convivir”, dijo Mujica. “No le voy a contestar nada porque ustedes dicen cualquier pelotazo después, no entienden y allá repican los pelotazos y se enloquecen en Gualeguaychú”, afirmó ante los periodistas a los que obviamente resulta mas fácil culpar que admitir su relación casi carnal con la mandataria argentina.

Es que aún está fresco en la memoria el corte del puente general San Martín durante tres años desde 2006, por parte de manifestantes argentinos, y su impacto negativo en la llegada de ciudadanos de ese país en verano.
La situación planteada con UPM es motivo de discusión en el Poder Ejecutivo e involucra a varios ministerios. Relaciones Exteriores busca cuidar a toda costa la relación con Argentina y pide no autorizar a UPM. Industria , Trabajo y Economía pretenden habilitarlo y Vivienda dijo que es posible hacerlo desde el punto de vista ambiental.
El martes Mujica recibió en su despacho de la Torre Ejecutiva al embajador en Buenos Aires, Guillermo Pomi.


El ministro Roberto Kreimerman (Industria), señaló que al Poder Ejecutivo le preocupan los 6.000 empleos que pueden verse afectados si UPM decide extender a noviembre la parada técnica que hará la planta desde el 14 de setiembre.


Esta semana que termina una influyente asesora de inversiones en el sector forestal me dijo una frase que me dejó meditando: Los tiempos de los políticos no son los de los inversores y lo más triste es que lo pagan los trabajadores que más necesitan.


El gobierno, en particular el presidente Mujica, tiene la oportunidad de demostrar al país y a los inversores que miran a Uruguay si es capaz de sopesar en sus decisiones tanto los aspectos políticos, económicos y jurídicos como el chamuyo.

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