“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”, escribió el profesor británico JRR Tolkien en una hoja en blanco con la que se topó mientras corregía exámenes. Ese rapto de inspiración, se dio cuenta, podía cuajar en el universo fantástico que ya estaba desarrollando de a poco –con sus mapas, lenguajes y mitología– desde hacía dos décadas.
Ese fue el catalizador final para la creación de lo que se llama el Legendarium de Tolkien, que incluye como piezas más célebres a las novelas El Hobbit (1937) y El Señor de los Anillos (lanzada en tres partes entre 1954 y 1955), pero que también incluye otra decena de volúmenes entre algunos libros de poesía que publicó en vida, y otros compilados, editados y completados por su hijo Christopher luego de su muerte en 1983, la mayor parte de esta saga.
Después de décadas de propuestas fallidas, como el intento de los Beatles de llevar la historia a la pantalla grande, y una versión animada psicodélica de la primera parte de El Señor de los Anillos, en 2001 la obra magna de Tolkien dio el salto al cine con la trilogía del neozelandés Peter Jackson, que arrasó con la taquilla, los Oscar y metió a hobbits, elfos y orcos en la cultura popular. Después vino la trilogía de El Hobbit, con la que Jackson borró con el codo parte de lo que escribió con la mano, pero hay esperpentos que es mejor no traer a colación.
Ahora la Tierra Media vuelve a la pantalla, pero no al cine, sino a su televisor, computadora, tablet o celular. Porque Jeff Bezos necesitaba que Amazon Prime Video diera un golpe en el tablero de juego del streaming, que cada vez tiene más jugadores y menos casillas; necesitaba algo para pelearle mano a mano al titán Game of Thrones, que hace un par de semanas retornó con la precuela La casa del dragón, y necesitaba que los clientes nuevos llegaran a la plataforma por sus contenidos y no porque les servía el paquete para tener envíos más rápidos.
Entonces abrió la billetera, sacó US$ 250 millones y compró los derechos de El Señor de los Anillos y El Hobbit, que estaban en venta después de un conflicto judicial entre los herederos de Tolkien y Warner Bros, el estudio que hizo las películas de Jackson. Y después sacó US$ 1000 millones más para financiar cinco temporadas, lo que le vale a Los anillos de poder, que se va a estrenar este viernes, ser la serie más cara de la historia.
¿Qué será Los anillos de poder? Esta producción tendrá, en principio, cinco temporadas. La segunda ya se está por filmar, aún antes de que se estrene la primera, tal es la confianza en el proyecto por parte de la compañía de Bezos.
En esas cinco entregas, la serie tendrá que navegar con cuidado al momento de contar su historia, ambientada miles de años antes de los sucesos de El Señor de los Anillos, pero vinculada directamente a esos eventos por las joyas en cuestión. En este proyecto nos vamos a enterar como fueron forjadas, como parte de un plan siniestro del malvado Sauron, que aquí no es un ojo en llamas sino una figura de carne y hueso (bueno, en realidad es una suerte de ángel, pero es tangible y corpóreo) al que veremos pasar de secretario de un villano anterior a gran enemigo de las buenas gentes de la Tierra Media.
El conocedor de la obra de Tolkien podrá asumir que si la serie cuenta esos hechos, está basada en El Silmarillion, uno de los volúmenes póstumos de su Legendarium que básicamente ejerce como el Antiguo Testamento para el Nuevo que representan El Hobbit y El Señor de los Anillos. Pues no. Porque lo que Amazon compró fueron los derechos para esos dos últimos libros. Es más, no pueden hacer referencia a lo que se cuenta en El Silmarillion. ¿Cómo hicieron, entonces? Apelaron al esquemático repaso que Tolkien hizo de los milenios previos de la Tierra Media en los apéndices de El señor de los Anillos, a las contadas referencias a esa época que aparecen en las novelas, y a mucha imaginación.
Habrá personajes conocidos en versiones juveniles, como los elfos Galadriel y Elrond (las ventajas de ser inmortal), otros inventados de cero, y un poco más de diversidad que la que imaginó Tolkien. La serie empezará con una Tierra Media en paz, y terminará presuntamente con la primera derrota de Sauron, que ya fue mostrada en los momentos iniciales de El Señor de los Anillos, y que se logra con una alianza improbable entre los humanos y los elfos, un mensaje de unidad en las diferencias apto para un mundo dividido como el actual.
También conoceremos nuevos rincones de la Tierra Media, como la isla de Númenor, un poderoso reino humano que es el equivalente de este universo ficticio a la mítica Atlántida griega, los reinos de los enanos en su época de esplendor, y Valinor, un territorio élfico que está descrito con minucioso detalle justo en el libro que no pueden adaptar.
El pragmatismo de esta adaptación lo resumió JD Payne, uno de los creadores de Los Anillos de Poder, que dijo que “armonizaron” su material con las descripciones de El Silmarillion, sin adaptar ni contradecir lo que dice ese libro. Payne le dijo al sitio Vulture “tuvimos que hacer una danza muy delicada”. Este viernes 2 se podrán ver en Amazon Prime Video los primeros dos de los ocho episodios de la temporada que empezará ese baile.
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