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Los emprendedores que enfrentan la sequía con aguas residuales tratadas
Gonzalo Cámara y Marcelo Argenzio son oriundos de Rivera y de Artigas, respectivamente, y desarrollaron un emprendimiento que permite hacerle frente a la sequía, con base en un sistema de tratamiento de aguas residuales.
El emprendimiento, que nació en el litoral (en Salto y Paysandú, donde viven actualmente) los ha llevado a recorrer el país en un contexto en el que la sequía impacta fuertemente en el campo, destacó Cámara en diálogo con El Observador.
Lo que a simple vista se ve como un cantero con plantas, es un humedal construido que funciona a modo de saneamiento en hogares e industrias y que permite volver a utilizar el agua tratada.
En épocas como la actual, en la que el agua falta en casi todo el país, un humedal de este tipo permite transformar aguas que en el entorno en el que se encuentran –sin tratar– no tienen ningún uso, indicó, pero que con este método pueden tener un destino útil.
El humedal construido es una excavación en la que se hacen diferentes capas de tratamiento de las aguas negras y grises.
Los efluentes de la casa y también de las industrias se conectan a esa excavación, en el que las aguas se depuran y descontaminan.
Recuperar el agua
El emprendimiento, denominado Río Azul, nació con la idea de impulsar la economía circular. Plantea “una solución basada en la naturaleza”, comentó. Explicó que “los humedales construidos copian los mecanismos de los humedales naturales y los compactan en la naturaleza para potenciar un sistema que recupera y depura las aguas residuales”.
En los humedales construidos se cultivan diferentes especies de plantas, como totora (juncal), achira, lirio de pantano, cala, papiro egipcio o cola de caballo. Esas plantas, detalló Cámara, “toleran la contaminación”.
Una vez que las aguas son tratadas, se pueden reutilizar para diferentes cosas, como por ejemplo riego, lavado de vehículos o recarga de cisternas.
Actualmente la sequía está afectando a los sistemas productivos, pero también al consumo doméstico. Hay varias zonas del país en las que los pozos están secos y quienes viven en el medio rural deben trasladar agua a sus hogares desde otros lugares, porque no disponen de ese recurso, para consumo, uso en los baños o en los lavaderos de ropa.
Un humedal, para una casa en la que vivan cuatro personas y tengan un consumo "estándar", según lo establecido por OSE, puede implicar una inversión de US$ 5.000, informó. El costo de la obra variará dependiendo del tamaño del humedal y también de la elección de plantas.
¿Agua potable?
Hay varias etapas de tratamiento del agua en los humedales construidos. En la primera se remueven los sólidos de las aguas residuales. El humedal hace una fitodepuración que se da de forma conjunta entre un conglomerado de bacterias y hongos que viven en la matriz de relleno del humedal y las plantas que están arriba. "Se descomponen contaminantes de formulas complejas a cosas bien simples", dijo.
Los sectores dentro del humedal y por el que pasa cada etapa, están bien definidos.
El agua tratada no se puede usar para consumo humano o animal. Cámara explicó que con tratamientos más minuciosos se podría llegar a potabilizar el agua, aunque aún no han tenido experiencias como esa.
Según comentó el emprendedor, el volumen de agua tratada no es de gran porte si se trata de un sistema doméstico, por lo que a nivel productivo, si se utilizara para riego, podría servir en pequeñas producciones, pero no en cultivos extensivos en los que la demanda es mayor.
Donde se percibe mayor beneficio en la reutilización del recurso agua es en el sector industrial, destacó.
Lo más común es que el agua se utilice para riego, pero además hay quienes la acumulan como reserva para un sistema antiincendios.
Otra etapa de mantenimiento del humedal es la remoción de los sólidos, que se suele hacer como mínimo cada dos años.
La alternativa, detalló, es tener un sistema en el que hay que llamar a la barométrica cada 20 días, como pasa habitualmente en las casas que tienen pozo negro, u otro en el que se paga para eso cada dos o tres años. "El ahorro es el principal atractivo", comentó.
