La Justicia procesó con prisión a un profesor de filosofía del liceo N° 4 de Melo, Cerro Largo, por acosar y enviar mensajes con contenido erótico a dos de sus alumnas, de 16 y 17 años. Les ofrecía plata para que le mandaran fotos desnudas, las invitaba a su casa, les prometía regalos para que se acostaran con él. Se contactó con ambas a través de Facebook, y los mensajes los enviaba a través del chat de esa red social.
El hombre comenzó la comunicación con una de las víctimas a mediados de 2016. Le envió solicitud de amistad y en cuanto ella aceptó comenzó a escribirle, relató la menor ante la jueza Andrea Pereyra.
"Primeramente me habló de una foto que yo había subido, preguntándome dónde yo escondía esa hermosura en clase, que era muy bonita, (y) otro día me invitó a ir a su casa, que en un recreo del liceo me explicaba la dirección", denunció una de las estudiantes -la de 16-, según recoge el fallo al que tuvo acceso El Observador. La adolescente nunca concretó el encuentro y eso enojaba al agresor, quien le insistía que tendría como recompensa "tarjetas de créditos" y ropa. "Que no me iba a faltar nada -contó la víctima-, que solo quería noches de pasión, a lo cual siempre le seguí la corriente".
Otro día, el docente le propuso que ella fuera a su casa junto con otra estudiante, y seguía insistiéndole que se sacara fotos "en el baño" y se las mandara, y que a cambio él haría lo mismo. "En tanguita -pedía el delincuente-. Y yo le mando una; nuestro secretito. O si va al baño... lleve el celu' y se saca de ese cuerpito divino".
Finalmente, como la menor no le hacía caso, dijo que vería "a quién hacerle regalos".
Mientras tanto, también le escribía a la otra estudiante, de 17: le ofreció pagarle $ 500. "Para probar que yo no estaba jugando me pidió que le enviara una foto en ropa interior, lo cual accedí enviándole dos fotos en ropa interior", narró la víctima, quien sin embargo se negó a tener un encuentro con él.
El profesor lo admitió todo, pero dijo en su defensa que él no lo hacía en serio y que en uno de los casos había sido engañado. Consultado por la versión de la primera víctima, el imputado sostuvo que "administrativamente estuvo mal" y que decidió abandonar su cargo por eso. "Es más, yo renuncié. Lo asumo. Pero renuncio en ese momento", dijo ante la magistrada, a quien también le contó que le pidió a la adolescente que borrara los mensajes que habían intercambiado "porque esos diálogos en otros contextos no iban a ser bien interpretados". Respecto a lo que declaró la segunda adolescente, alegó que él creía que dialogaba "con un perfil" y que por esa razón "no sabía con quién se trataba". "La foto correspondía a una persona árabe", sostuvo.
La jueza Pereyra lo procesó con prisión como presunto autor de reiterados delitos de promesa de retribución a personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo. Ese delito está establecido en la ley 17.815 que castiga a quien "pagare o prometiere pagar o dar a cambio una ventaja económica o de otra naturaleza a persona menor de edad o incapaz de cualquier sexo, para que ejecute actos sexuales o eróticos de cualquier tipo" con una pena que va de dos a 12 años de penitenciaría.
La directora del centro educativo, Marylu Machado, fue quien radicó la denuncia en la policía en junio de 2016, y entre otros argumentos, la defensa alegó que Machado "nunca conversó" con el profesor sobre la denuncia y tampoco aportó su testimonio en el caso.
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