Los robots sembradores uruguayos para el agro y la biotecnología

La idea fue diseñar, producir, instalar y realizar el mantenimiento de dispositivos de robótica para productores de la industria del agro y para laboratorios de investigación y desarrollo de semillas.

Se ofrece dispositivos modulares y automatización de alta precisión para sembrar semillas en bandejas, de manera desatendida y con precisión.

¿Qué hace el robot exactamente? Dosifica el sustrato (la tierra) en cada celda de la bandeja de sembrado, lo compacta a la profundidad requerida, coloca semillas con alta precisión, dosifica múltiples fluidos (agua, enraizantes, fertilizantes), tapa las semillas con sustrato, funciona como una impresora para material biológico. El proceso se pude chequear remotamente, mediante una pantalla para minimizar errores.

El otro robot, creado para los laboratorios de biotecnología, se utiliza para experimentar con precisión en semillas de diversos tipos, así como fluidos que deben ser dosificados con precisión.

Recientemente, los emprendedores lograron un acuerdo con BBVA, que financia sus productos, y participaron con un stand en el Pabellón de España de la Rural del Prado, espacio facilitado por el banco.

A continuación un resumen de la charla de Nicolás Franco con El Observador

¿Cómo surgió el interés por el sector agroindustrial?

En realidad nuestro interés fue desarrollar una tecnología que respondiera a alguna necesidad del mercado, pero es cierto que mi abuelo fue productor lechero toda su vida. De niños, mi hermano y yo íbamos todo el tiempo a su tambo en San Ramón.

¿Cómo fue el proceso de  Seedorina?

Nació hace algo más de un año y medio. Primero consultamos con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII),  para ver qué instrumentos tenían para apoyar a los emprendedores y nos sugirieron que recurriéramos a la incubadora Rabbit, por estar especializada en proyectos de hardware.

En Rabbit nos dieron know-how y nos ayudaron a hacer la validación técnica y comercial de nuestro proyecto. También visitamos a muchos productores del área rural de Montevideo. Esa validación nos permitió acceder al capital semilla de ANII, de $ 900.000 en total, de distintos períodos.

¿A qué conclusiones llegaron con las visitas rurales que hicieron?

Vimos que los productores estaban invirtiendo en el final de la cadena productiva (por ejemplo, en el cortado, lavado y empaquetado de las hortalizas), pero los trabajos del comienzo del proceso se están haciendo mucho a mano, como ser el llenado de las bandejas y la plantación.

En base a esa necesidad, diseñamos nuestros primeros prototipos.

¿Cuál es la situación de los laboratorios de desarrollo de semillas y fluidos?

Lo que vimos en los laboratorios es que hay profesionales y técnicos altamente capacitados realizando muchas tareas manuales, o sin demasiado valor agregado. Por ejemplo, algunos Grado 3 realizan tareas de regado. Detectamos que existe necesidad de poner tecnificar más a los laboratorios.

¿El desarrollo de los robots de Seedorina es propio?

Sí, diseñamos y hacemos nuestras propias placas para hacer funcionar los robots. Hechas e impresas 100% en Uruguay.  Los materiales también son nacionales.

¿Dónde trabajan?

Tenemos una tornería donde trabajamos los gabinetes de chapa. La parte  de tecnología y el fresado los hacemos en Rabbit.

Pero la tecnología que ofrecen existe en otros mercados, ¿verdad?

Es cierto, no estamos inventando la rueda.  Pero este tipo de equipos de robótica traídos de Europa cuestan unos 50 mil euros (US$ 54.937), más los gastos logísticos y de importación. Nosotros los ofrecemos, por ejemplo, entre US$ 15.000 y US$ 18.000 y, con el BBVA, los productores pueden financiar la compra a 24 meses a tasa cero. Eso equivale al costo de un arrendamiento de una máquina para un productor.

¿Cómo llegaron al BBVA?

El BBVA apoya mucho a los emprendimientos y tiene un vínculo estrecho con Rabbit. Nos pidió una presentación y les enviamos un video de nuestros robots, mostrando cómo trabajan. Tuvimos una serie de reuniones, llegamos a un acuerdo y también nos dieron la oportunidad de tener un stand en la Rural del Prado para hacer demostraciones.

¿Cómo les fue en la Rural del Prado?

Fue una experiencia muy enriquecedora. Se trató de nuestra primera Expo Prado y tuvimos contacto con muchos productores, no solo de la parte hortifrutícola, sino también ganaderos y forestales. Mostraron interés por la forma de plantar de nuestros robots.

La Rural del Prado nos ha abierto muchas puertas y fue muy importante que el banco nos ayudara para tener presencia allí.

¿Ya tienen clientes?

Estamos trabajando a pedido. Tendremos capacidad de comenzar a entregar robots a partir de enero de 2020.

La Facultad de Ciencias está interesada en su tecnología, ¿es así?

Sí, contamos con el apoyo de la Facultad de Ciencias y también nos firmaron una carta de intención que, en su momento, presentamos en ANNI.

De cara al futuro, ¿cuáles son los planes de Seedorina?

Planificamos convertirnos en una empresa sustentable, que exporte tecnología made en Uruguay para el año 2021. En la región, hay más de 185 laboratorios que realizan análisis y desarrollo de semillas, es una red que muy interconectada en distintos países. Hay mucho por hacer en lo que respecta a tecnología.

¿A qué mercados apuntan principalmente?  

En principio, apuntamos a los países del Mercosur, en especial Argentina y Brasil. También estamos avanzando con un posible distribuidor en Colombia. Luego queremos llegar al resto de Sudamérica.