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13 de mayo de 2016 a las 00:00

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Fueron 14 muestras de bodegas nacionales, todas de Sauvignon Blanc 2016. Una cata a ciegas de vinos sin terminar, en su mayoría, y por lo tanto algo turbios, sin filtrar ni clarificar, pero con la expresión a flor de piel. La experiencia que viví el lunes 9 en un evento de la Asociación de Enólogos del Uruguay me permitió acceder a una especie de avant premiére de ese tipo de vino que ha crecido en la consideración de los consumidores en los últimos años, y al que las bodegas le ponen mucho empeño en su elaboración.

La cata que ya lleva varias ediciones, y que siguió todas las reglas de la Organización Internacional del Vino (OIV), tuvo como protagonistas a enólogos asociados a esa gremial y a estudiantes de la Escuela Superior de Vitivinicultura, la única institución en Uruguay que forma enólogos, y que además es pública y gratuita. Pero además de la degustación y correspondiente calificación de las muestras a ciegas, tuvo un valor agregado en el debate, el intercambio de algunos productores que, estando presentes en el evento, tomaron la iniciativa de comentar cómo y por qué elaboró el vino recién degustado.

Lo interesante para el lector/consumidor en este caso es recibir una especie de adelanto de lo que nos espera en el mercado local en relación a los varietales de Sauvignon Blanc. El muestreo permitió comprobar una gran calidad de la cosecha 2016, que como fue dicho en alguna oportunidad fue similar a la estupenda zafra de 2015. Y también observar que algunos particularmente prometan.

Aunque suene injusto porque el comentario es parcial y circunstancial en relación a lo que realmente se podrá ofrecer luego en el mercado, no tengo por qué ocultar información. Por eso cuento que hay tres blancos elaborados con esa cepa que en breve (a partir del 1° de julio) estarán en góndolas a la espera de los consumidores, y que realmente valen la pena probar.

En primer lugar destaco el Sauvignon Blanc elaborado por el Establecimiento Juanicó, que saldrá a la venta bajo la línea Atlántico Sur de Familia Deicas, la marca premium de esa bodega. Hablamos de un blanco explosivo en aromas a pomelo y cítricos. Tan explosivo que hasta parece estar enchufado a 220. Y con una acidez en boca que llena e invita a terminar al botella.

Luego ubico al elaborado por bodega Marichal, que si bien despunta otro perfil dentro de la variedad, tiene un potencial interesantísimo para descubrir. También menciono al fresquísimo Sauvignon Blanc de Castillo Viejo, elaborado con uvas cosechadas muy temprano en la vendimia, que permiten al vino expresar una vibración verde exquisita.

En definitiva, cuando se liberen los vinos al mercado los consumidores estaremos en condiciones de probar y evaluar a estos vinos, pero la experiencia vale para ir haciendo boca.

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