LUC: el “optimismo mesurado” y las claves conceptuales de las campañas

Todos los actores coinciden en que será una instancia clave. Si triunfa la derogación será una cachetada para el oficialismo y el Frente Amplio (FA) se verá fortalecido luego de varios meses donde le costó encontrar su lugar como oposición. Pero si gana el No, el espaldarazo será para el gobierno y en particular para el presidente Luis Lacalle Pou.

Lo que los comandos también comparten es la prudencia rodeada de expectativa al proyectar un resultado para cuando las urnas se abran el 27 de marzo. Integrantes de la Comisión por el Sí y dirigentes del oficialismo ponderan diferentes aspectos para pronosticar sus chances.

Fuentes de los sectores que pregonan la derogación parcial de la norma estrella del gobierno señalaron a El Observador que en la interna creen que están “en una situación muy auspiciosa” aunque reconocen que en la campaña están “luchando de atrás”. Uno de los dirigentes aseguró que en el comando rosado no saben si podrán ganar el referéndum, pero creen en las posibilidades de que en el oficialismo se lleven “un buen susto”.

En los partidos socios de la coalición de gobierno se ven con posibilidades, pero descartan “el exitismo” de creer que el resultado del referéndum está zanjado de antemano.

Dentro del oficialismo destacan la estructura de la militancia frentista y sindical, en particular al PIT-CNT, como uno de los principales elementos que hay que considerar para mantener la cautela hacia el referéndum de la LUC. “Ellos tienen un grado de militancia que alcanza determinados lugares en los que nosotros tendremos que trabajar más”, reconoció una fuente.

Otro dirigente admitió que “el terreno del mano a mano es el del FA” y que en la oposición “no se da voto por perdido”. Desde que comenzó la campaña, la Comisión por el Sí activó recorridas barriales encabezadas por figuras políticas y militantes de a pie donde se propusieron explicar a los vecinos, cara a cara, porque la LUC representa “un retroceso para el país”, según publicó el comando en redes sociales.

"En defensa propia"

En la última semana, y luego de la polémica designación de Esteban Valenti al frente de la estrategia comunicacional del Sí, tomó fuerza la consigna de que votar a favor de la derogación es hacerlo “en defensa propia”. El publicista, consultado por El Observador, declinó hablar sobre el plan de la campaña porque estas “se hacen” y “no se comentan”, pero aseguró que se promoverá el resguardo de “muchas cosas”, entre ellas la educación, la justicia, el progreso y el “no retroceder”.

El experto en comunicación política, Federico Irazábal, dijo a El Observador que la idea de “defenderse” va en la línea de “activar determinadas emociones” y explicó que “una de las cosas que más movilizan al electorado es el miedo”. La campaña por el No ha utilizado la misma idea fuerza y el sociólogo hizo, en este sentido, la misma valoración.

Irazábal agregó que probablemente lo que buscan desde el Sí es promover un “juego de contrastes” en donde la campaña del referéndum estará enfocada en mostrar lo que se hizo en los 15 años previos al 1° de marzo de 2020, cuando gobernó el FA.

Además, la politóloga especialista en comunicación estratégica Victoria Gadea indicó que si bien “es prematuro” hacer análisis, todavía no tiene claro si el latiguillo de la “defensa propia” será el eje discursivo de la campaña del Sí. A su vez, dijo que el FA y las organizaciones sociales aún “no han terminado de arraigar” una idea que nuclee el camino hacia el referéndum: “Por ahora se han posicionado desde mostrar algo regresivo, con cosas que no necesariamente tienen que ver con la ley de urgencia”, dijo Gadea.

Lo que sí es claro para los expertos es que el primer eslogan de los que impulsaban la derogación, que afirmaba que “la LUC no es Uruguay”, no funcionó. “Fue una campaña de ocurrencia”, consideró Irazábal y explicó que “no había motivos para atar la identidad nacional en un tema tan amplio”. 

Desde el comando rosado admitieron que la campaña comunicacional proderogación estaba en un “letargo” y valoraron el “dinamismo” que se le dio a partir de los últimos días luego de la designación de Valenti. Sin embargo, Irazábal subrayó que el publicista “ha tenido un par de tropiezos”, en alusión a unos tuits que se viralizaron donde el exdirigente comunista calificaba el impulso del referéndum como un “grave error”.

La alusión a la libertad

El oficialismo, mientras tanto, lanzará su campaña la próxima semana en una conferencia de prensa conjunta y luego cada partido desplegará su propia estrategia –aunque coordinada con los socios– con “desembarcos” en el interior y una fuerte presencia en Montevideo y Canelones, convencidos de “explicar la ley” porque ella, según entienden desde el No, “se defiende sola”.

Fuentes del oficialismo dijeron a El Observador que la estrategia hacia el 27 de marzo será mostrar los “resultados” de la LUC y aludieron especialmente a las cifras de seguridad pública como uno de los activos con los que darán batalla para defender la ley. “El No tiene que estar vinculado más al futuro que al pasado”, dijo un dirigente que agregó que si el rosado triunfa se interpretará que “el ánimo de cambios quedó paralizado”.

Con todo, los primeros signos publicitarios también de los promotores de mantener la ley han girado en torno al “defendé tu libertad” como concepto más repetido, algo que no causa demasiada sorpresa teniendo en cuenta que la alusión a la “libertad” ha sido una de las claves filosóficas de Lacalle Pou desde que asumió como presidente.

Irazábal aludió, en este sentido, al concepto que en ciencia política se denomina como “mito de gobierno” y explicó que esto tiene que ver con una “idea rectora” en la comunicación. “El gobierno de Lacalle Pou tiene el objetivo de ser distinguido como la presidencia de la libertad”, consideró el sociólogo, y dijo que esa es una de las principales lecturas que se pueden hacer de la estrategia publicitaria. Sin embargo, el sociólogo advirtió que se trata de una idea “amplísima” donde bajo un mismo paraguas se pueden aludir desde la portabilidad numérica a la seguridad pública. 

Gadea, en tanto, consideró que el gobierno se ha parado en la idea de “mayores libertades en términos individuales” como uno de los “ejes discursivos” de su gestión, por lo que “es lógico” que se apoye en esas expresiones. “El oficialismo está muy parado en que es una elección de medio término”, agregó la politóloga en diálogo con El Observador.

Irazábal opinó que en las próximas semanas no se apelará a designios emotivos, quizás como sí se dio en otras instancias electorales donde la estrategia publicitaria estuvo abocada en esa dirección. “Nadie te va a decir que recuerdes si podés llenar o no la heladera”, consideró el experto.

Lacalle, encuestas e indecisos

Uno de los principales activos a los que aluden en el oficialismo como factor alentador con mira al referéndum es la alta popularidad que tiene el presidente de la República. Por eso entienden que la gestión del gobierno es un punto a favor para que la ley se mantenga.

“Queremos un buen resultado que nos catapulte para reafirmarnos en el futuro”, subrayó una fuente nacionalista luego de enumerar algunas materias como la seguridad, el manejo de la pandemia y la economía como casos que muestran, a su entender, el buen rumbo de la administración.

Sin embargo, en la Comisión por el Sí sostienen que la aprobación de Lacalle Pou “no tiene nada que ver” porque la discusión del referéndum estará enfocada en el proyecto de país que la gente quiere reivindicar.

En lo que hay coincidencias es en el papel que jugarán los indecisos en resultado de la elección. Desde el comando rosado dijeron a El Observador que la intención será “poner de pie” al millón de votantes que votaron por Daniel Martínez y Graciela Villar en las elecciones de 2019, para luego “rodearse” de los que aún no decidieron qué votar el 27 de marzo. “Cuanto las personas conozcan más gente decididas por el Sí, mejor”, señalaron.

La lectura de quienes están a favor de la derogación es que la recolección de firmas fue una buena base y fundamentan su optimismo en lo que, en aquel momento, fue considerado una “hazaña”. Pero en el oficialismo contrarrestan: “Ahí había un solo jugador en la cancha y no se salió a controvertir”.