El candidato único del partido Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos aseguró que el trabajo, la seguridad y la educación de calidad —en ese orden— serán los tres pilares de su eventual gobierno. La agrupación, fundada en enero de este año, inauguró este viernes su sede partidaria, ubicada en la esquina de las calles Constituyente y Jackson, en Montevideo.
Los militantes llegaron horas antes que su líder, enfundados con la bandera de los colores artiguistas: rojo, azul y blanco. Juan Núñez, policía retirado, contó a El Observador que había ido desde Rocha junto a cuatro correligionarios que, apenas supieron de la convocatoria, comenzaron a diseñar el plan de ruta. Una de ellos era Susana Núñez, quien dijo que anhelaba que Manini Ríos se postulara a la Presidencia incluso antes de que fuera cesado por el presidente Tabaré Vázquez como comandante en jefe del Ejército, tras haber cuestionado el accionar del Poder Judicial en los casos que investigan las desapariciones y torturas durante la última dictadura cívico-militar (1973-1985). “No iba a votar en estas elecciones, iba a pagar la multa. Pero será porque fui criada en una familia militar que me inculcó los mismos valores que él promueve que me siento totalmente identificada”, expresó.
A estas personas, Manini Ríos les prometió “propuestas concretas” que quedarán plasmadas en el programa de gobierno de Cabildo Abierto.
Para el excomandante en jefe del Ejército, el escenario en el que se desarrollarán estas elecciones nacionales es el de “un barco que si se hunde, (se hunden) todos” o el de “un tobogán donde en algún momento se pasa una línea de no retorno”. Por eso, aseguró, deben unirse “el rico con pobre, el empleado con el empleador y el patrón con el obrero”.
El excomandante volvió a apropiarse del artiguismo como corriente ideológica, e incluso hizo un paralelismo entre las supuestas amenazas de desunión a las que están expuestos él y su partido y lo que le ocurrió a “nuestro más grande caudillo”. “Recordemos el momento del auge del prestigio de nuestro caudillo. En el momento en el que el general Artigas marchaba con su pueblo y acampaba en el Ayuí, vino ni más ni menos que una de las principales autoridades bonaerenses; (Manuel de) Sarratea se le instaló al lado del campamento y comenzó a conspirar contra Artigas, para lograr adeptos que le respondieran a él, debilitando así la posición de nuestro caudillo”, rememoró.
Manini Ríos además se comprometió “a hacer todas las investigaciones y llevar a la Justicia” a los que delinquen; a combatir la corrupción de manera “frontal y firme”; y a revisar los acuerdos firmados entre el actual gobierno y la empresa finlandesa UPM para —en caso de encontrar una irregularidad— hacer la denuncia correspondiente.
La alocución del candidato duró menos de 20 minutos. Los flashes de las cámaras siguieron apuntando en su dirección, con cientos de militantes que le pedían una foto. La única vez que se le borró la sonrisa fue cuando le preguntaron acerca de la causa judicial que investiga si el Poder Ejecutivo o el Ministerio de Defensa cometieron una omisión al demorarse en denunciar que el represor José Nino Gavazzo admitió ante el Tribunal de Honor del Ejército haber arrojado el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro, en 1973. “De ese tema no voy a hablar”, sentenció, y se perdió entre la multitud que aclamaba su nombre.
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