Diego Battiste

Marcela Bensión: “Confío en la sensatez de todas las partes” para negociar salarios

La directora de Política Económica del MEF insiste en que hoy el foco debe estar en el empleo y es optimista en que la inflación descienda rápidamente a un dígito

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09 de mayo de 2020 a las 05:03

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M arcela Bensión es una de las figuras de primera línea del equipo económico. Retornó a la función pública luego de un distanciamiento que se extendió por dos décadas. Había ingresado al área de Política Comercial del MEF en 1990 y dejó su cargo en 1999 (por incompatibilidad) cuando su padre (Alberto Bensión) asumió como ministro durante el gobierno de Jorge Batlle. La directora de Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas tiene una estrecho vínculo con la ministra Azucena Arbeleche (fueron compañeras de estudio y se recibieron juntas). Dijo que, pese a que estaba cómoda en el ámbito privado, a los “economistas macro” tarde o temprano “les tira la vocación pública” y que por ello aceptó el desafío de volver al Estado, aunque hoy pase más horas en e Colonia y Paraguay en medio de la tormenta por el coronavirus que en su casa con sus dos hijos pequeños. A continuación, un resumen de la entrevista que Bensión concedió a El Observador en su despacho este jueves. 

¿Cuánto trastocó la planificación del primer año de gobierno el covid-19? Es un año bisagra para temas claves como la elaboración del Presupuesto.
Trastocó los tiempos, pero no el foco. En principio, la idea era asumir el 2 de marzo con foco en Presupuesto, Rendición de Cuentas, regla fiscal. Y en realidad las primeras semanas, el primer mes, se fue gran parte del tiempo de mi agenda apoyando el Ministerio de Salud Pública con la compra de insumos médicos, básicamente respiradores con una licitación directa a través de la UCA (Unidad de Compras y Adquisiciones); tapabocas y el tema Defensa del Consumidor. Esto ocupó buena parte de la agenda, hasta que ahora volvimos a los temas más de Presupuesto, en que ya hace unas tres semanas estamos trabajando nuevamente y ocupando tiempo, luego de lo más urgente por el covid-19. El primer mes y medio la agenda se nos vio muy cargada. Hubo mucha coordinación con los organismos multilaterales que lanzaron líneas de créditos vinculadas al covid-19. 

¿Cuánto dinero se tomó prestado de esos organismos multilaterales?
Más o menos unos US$ 1.500 millones de líneas de créditos que ya estaba preaprobadas y otras nuevas que se gestionaron o se redireccionaron en ese momento de proyectos que estaban suspendidos o no eran tan urgentes. 

Diego Battiste

En los últimos días surgieron cuestionamientos de dirigentes de la oposición y exjerarcas del equipo económico pidiendo una profundización de la medidas por el coronavirus. ¿Qué evaluación hacen de las medidas tomadas? ¿Hay más espacio? ¿Cuánto pesan las restricciones fiscales?
Estamos manejando ese equilibro. No fue que se tomó un set de medidas en un momento específico y después no se tomaron más acciones. De hecho, fueron medidas que se fueron trabajando muy gradual y dinámicamente a medida que surgían las urgencias y las necesidades y se entendía que era oportuno tomarlas. Entendemos que están funcionando bien. La línea de crédito que se dio a través de la Agencia Nacional para el Desarrollo (ANDE) está funcionado con un dinamismo muy interesante. Entendemos que fueron las adecuadas, obviamente con las restricciones fiscales que se tienen, pero siempre pensando en lo que la ministra (Arbeleche) y el presidente (Luis Lacalle) han dicho una y otra vez, que era mantener los motores prendidos. Se procuró atender a los sectores más vulnerables de la población a través de los programas Mides, las canastas, y a las pequeñas y medianas empresas, que son las más vulnerables en estos momentos de bajón económico por un tema ajeno y externo como fue el covid-19.

Un dato que se conoció esta semana y que sorprendió por su magnitud fue una inflación de 2% en abril, que llegó el registro anualizado orillando el 11% y con un fuerte incremento en el rubro alimentos. ¿Cómo están monitoreando esa variable?
A todos nos preocupa la suba de precios. En mi casa soy yo la que hace las compras y voy al supermercado y noto que los precios han subido. La suba de precios en cualquier país tiene múltiples factores. En algunos pega mucho el dólar, en otros las materias primas, en fin. Es un tema multicausal que hay que analizar bien y hacer un análisis en profundidad. Nosotros (por el MEF) empezamos a ver subas de precios desmedidas, que nos preocuparon mucho cuando empezó este tema del covid-19, con lo que uno podía llamar la “canasta sanitaria”; en lo que tiene que ver con tapabocas, alcohol en gel, que subieron muy fuertemente. Comenzamos a poner en funcionamiento un sistema de comparativo de precios con datos que tenemos de Aduanas para efectivamente determinar si la suba de precios de estos productos –muchos de los cuales venían del exterior– se debía a que las importaciones habían subido en esa magnitud o porque estaba habiendo subas locales. Vimos que había de las dos cosas, pero eso lleva una análisis exhaustivo y profundo. En esto también hemos ocupado parte de la agenda estos días. Tuvimos que depurar información de qué tipo de tapabocas se vende, de dos capas, de tres capas, de cuál era el que se vendía. Ha sido un trabajo arduo y micro que nos motivaba por la suba de precios, tanto por el covid-19 como también para alimentarse. De hecho, cuando se confirmó la entrada del covid-19 mantuvimos una reunión con empresarios y también estos días las estamos teniendo porque nos preocupa y queremos contener los precios en la medida de lo posible. Entender cuál es esa dinámica de los precios y hacer esfuerzos por todos lados. Desde Defensa del Consumidor empezamos a publicar un mes una canasta de precios para que la población tuviera una referencia de una canasta alimenticia y productos de limpieza como forma de que la sociedad se autorregule en cuáles son los precios de referencia. Es un tema que preocupa y estamos tomando medidas para contener la suba de precios. Obviamente tenemos un precio en particular que subió bastante, que fue el dólar, por la situación externa que se generó. Nuestra preocupación es que subas puntuales del dólar no se vayan a precios instantáneamente, porque, como vemos en estos procesos, muchas veces hay una sensación de crisis afuera –como se generó con el covid-19– y el dólar sube y después baja, como efectivamente ocurrió. Tenemos que ser muy responsables de que algunas subas puntuales del dólar no se trasladen a precios y eso genere una cadena interminable. 

¿Es factible que se vuelva rápido a un dígito?
Eso va a depender de varios factores, de la evolución del dólar y de cómo se manejen los precios en los diferentes sectores económicos. A priori, así como vimos que el dólar subió y bajó, creemos que la inflación de dos dígitos perfectamente puede volver a uno en los próximos meses. Estamos en un pico de precios motivado por el dólar y el covid-19, que generó estas volatilidades tan fuertes en algunos productos, como en el caso de los precios de los tapabocas. Nuestra expectativa es que la tendencia se suavice y volvamos a nivel de un dígito. 

Esta aceleración de la inflación coincide con el vencimiento de convenios salariales. Empresarios y sindicatos están esperando qué lineamientos ofrece el gobierno para extender los acuerdos vigentes. Seguramente en muchos convenios haya correctivos por inflación pasada. ¿Hay algún avance en la propuesta que llevarán con el Ministerio de Trabajo al Consejo Superior Tripartito?
Somos muy respetuosos de las negociaciones. En algunos casos ya hubo negociaciones de los convenios que vencieron en diciembre pasado y venían de la sexta ronda. A esta altura no podemos adelantar demasiado, va a ser un proceso que negociar y donde por supuesto el Poder Ejecutivo llevará su postura, como ocurre siempre. Habrá que ver, obviamente hay sectores que están más afectados que otros y tendrán que escucharse los planteos de uno y otro lado.

Diego Battiste

El presidente de la Cámara de Industrias dijo que muchas empresas hoy no pueden hacer frente a lo que ya está vigente. Por otro lado, el PIT-CNT ha expresado su voluntad de que se extienda por un año lo que está acordado. 
La situación del covid-19 y todas las crisis tienen que sacar lo mejor de cada uno. Tenemos que ser todos muy maduros: empresarios, trabajadores y Poder Ejecutivo en buscar la mejor solución para la sociedad en conjunto. En particular, el tema que nos preocupa y nos desvela y en el que estamos enfocados es el empleo. Confío en que en esa negociación haya sensatez de todas las partes para poner sobre la mesa el tema que hoy es más urgente y acuciante, que es mantener el empleo y retomar a aquellos trabajadores que ya habían perdido su fuente laboral en los últimos cinco años, antes de la crisis del covid-19, en la que se agudizaron los pedidos de seguro de desempleo. Esa gente perdió el 100% de sus ingresos. No hay que olvidarse de eso. Esas personas no tienen una voz con el Poder Ejecutivo, con los empresarios o los trabajadores. 

Está clara la preocupación y el foco por el empleo. ¿Eso coyunturalmente podría llevar a la pérdida de salario real por unos meses para darle una mayor empuje a esta variable? El PIT-CNT ha plantado bandera en no perder poder adquisitivo. 
Insisto, creo que esa negociación se va a dar en cada mesa y sector, según sean sus condiciones en particular. A priori, no te podría adelantar qué es lo que el PIT-CNT va a priorizar. Sería un atrevimiento de mi parte. A nosotros (por el gobierno) nos preocupa muchísimo el empleo, por supuesto. Es una negociación que recién arranca y no está para nada laudada.
 
En la última semana se conoció un informe de Fitch que mencionaba que el covid-19 puede generar una presión extra sobre la trayectoria de la deuda pública y que por eso el gobierno de Lacalle no debería descartar de plano (como lo ha hecho hasta ahora) recurrir a una suba de impuestos si pretendía mantener a raya esa variable.
Mantenemos lo dicho en la campaña y luego de asumir el gobierno. La agenda en materia fiscal es lograr una mayor transparencia y sustentabilidad de las finanzas públicas. Claramente en los últimos años hubo una pérdida de credibilidad fiscal, no se cumplieron las metas que el gobierno anterior se había establecido. Eso llevó a un déficit del 5% del PIB a febrero, que fue el que tomó este gobierno. Y que incluso podría ser 5,3% si uno le agrega el efecto de canje de deuda, que hubo y este año se elimina. Nuestro compromiso fue lograr una regla fiscal, lo que está incluido en el proyecto de urgente consideración. Implementar una regla fiscal para que se logre ver esa sustentabilidad de la deuda que preguntás, pero con una perspectiva más amplia que el ciclo actual. Seguramente este año tengamos un deterioro del déficit global del equivalente al 6,5% del PIB. Y eso obviamente tiene su correlato en la deuda pública. Ahora, el ratio de deuda depende del PIB que uno le ponga en el denominador y eso, a la vez, tiene que ver con el crecimiento potencial de la economía uruguaya y un crecimiento observado o puntual según la etapa del ciclo en la que uno esté. Nuestro objetivo con esta regla fiscal es transparentar las cuentas públicas qué son efectos extraordinarios o permanentes y ajustar por el ciclo económico por el cual se está, para llegar a un déficit fiscal que sea consistente con una trayectoria de deuda sostenible en el tiempo. Esas cifras las estamos terminando de pulir y cerrar y son parte de la regla fiscal que vamos a implementar. Es claro que se deteriorará el número fiscal, que va a venir casi en su totalidad por el efecto covid-19, ya sea por las medidas de gasto que debieron implementarse por la pandemia o por la baja de recaudación que generó este bajón en el segundo trimestre del año. Pero cuando miremos este número, que será transitorio, no se repetirá en 2021 y se ajuste por el ciclo, vamos a llegar a un número inferior al 6,5%. Nuestra apuesta es a mostrar los números fiscales en su justa medida, depurados por efectos extraordinarios, como puede ser el efecto covid-19 o cincuentones. 

¿Ya tienen la meta de déficit para el final del período? 
Todavía no está porque aún no hemos terminado de cerrar los números del impacto de las medidas por el covid-19 y sobre todo no hemos cerrado los números con punto y coma de qué va a pasar con esta pandemia. Todavía no se fue la pandemia; sí creemos que está con una curva relativamente razonable. Esto es muy dinámico. No podemos decir hoy ya cerramos la meta. En los próximos meses vamos a tener más información sobre los costos, como de las afectaciones a nivel de actividad. Hoy nuestro número de caída del PIB para este año es del entorno del 3%. Los números de deuda los estamos corrigiendo en virtud del impacto de estos efectos extraordinarios. 

¿En materia de inversión podemos esperar nuevos estímulos para darle mayor dinamismo?
Se están tomando medidas para, de alguna manera, promover esa inversión que venía tan afectada negativamente en los últimos cinco años. Ahí ya se instrumentaron una serie de medidas, como flexibilizar los tiempos e indicadores, para que los proyectos caigan dentro la ley de Promoción de Inversores, ahora se bajó el umbral para considerar los megaproyectos que reciben exoneraciones tributarias, y se han tomado medidas para promover la construcción de vivienda social (hoy Vivienda Promovida) con el tema de los topes a los alquileres y los precios de venta, que creemos van a ser muy efectivos. 

La función de su cargo

La nueva Dirección de Política Económica tiene como rol coordinar y supervisar las unidades que hacen a la política económica y ser una interlocutora con la ministra. Bajo su égida están la Asesoría Macroeconómica, la Unidad de Gestión de Deuda, la Asesoría Comercial y también el Área de Defensa del Consumidor. 

Créditos con multilaterales

La directora de Política Económica también tiene dentro de sus roles manejar las líneas de créditos con organismos multilaterales. Por el efecto covid-19, se tomaron unos US$ 1.500 millones en las últimas semanas y coordinó con el MSP la compra de insumos médicos para hacer frente a la pandemia. 

 

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