Agro > MERCADO LANERO
Metas del ovino: afinar lanas y consolidar el valor de exportación de carne
Al impacto de la pandemia en la industria textil en 2020, que frenó el comercio internacional de lanas, se sumó en 2021 la distorsión logística y los problemas energéticos en Europa y China.
En ese contexto negativo “hubo una demanda por las lanas uruguayas finas, debajo de las 20 micras, donde los lotes que presentaban mayor fluidez para la comercialización fueron aquellos con certificación orgánica y de bienestar animal, nichos de mercado que crecen y que no hay mucha lana en el mundo para satisfacer esa demanda”, analizó el gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Romeo Volonté.
En 2022 “se va a seguir consolidando la demanda por lanas finas y súper finas”, anticipó, mientras persiste la incertidumbre en las lanas medias y gruesas por la situación de China, principal destino. Cuando este mercado las necesite “saldrá a comprarlas” y “ya conoce a Uruguay”, indicó.
En las últimas semanas, dijo el gerente del SUL, hubo más interés por lanas Corriedale desde China, “al menos para fijar precios, si bien no conforman”.
El desafío de Uruguay el próximo año será seguir avanzando en el afinamiento de la lana, mejorar su presentación, certificar sus procesos: “Eso los productores lo han aprendido con la experiencia y la pandemia consolidó esos procesos, que no son reversibles”.
La exportación de carne ovina a buenos valores –US$ 4.269 la tonelada en la última semana– fue un alivio para los productores este año. Además de aspirar a que se consoliden esos precios, “lo que tiene que hacer Uruguay es dar evidencia de los sistemas productivos que tiene, que es lo que demanda ese consumidor de nicho: bienestar animal, responsabilidad social; para la carne ovina hoy hay menos demanda de ese tipo, pero ya hay iniciativas que Uruguay tiene que atender”.
