ECUADOR

Nuevo presidente de Ecuador cumple promesas en sus primeros 100 días

Guillermo Lasso cumple el objetivo de vacunación contra Covid y logra un nuevo acuerdo con el FMI, pero aún tiene por delante varios desafíos económicos

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16 de septiembre de 2021 a las 05:04

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Por Gideon Long.

Cuando el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se comprometió a garantizar la vacunación de 9 millones de personas —la mitad de la población del país— en sus primeros 100 días de mandato, parecía una promesa populista de campaña que pronto se incumpliría.

El día que tomó posesión, el 24 de mayo, Ecuador sólo había administrado 2 millones de dosis y vacunado completamente al 3% de sus habitantes, una de las tasas más bajas de la región.

Pero tres meses después, Lasso ha cumplido su palabra. El país ha administrado ya casi 20 millones de dosis y ha vacunado completamente a más de 9 millones de personas, el 52% de la población, según la Universidad Johns Hopkins.

El país ha pasado de tener una de las tasas de vacunación más bajas de América Latina a tener la tercera más alta, sólo por detrás de Chile y Uruguay y por delante de todas las naciones más pobladas de la región.

“Es un gran logro y se debe a una combinación de factores”, dijo Sebastián Hurtado, director de la consultora de riesgo político local Prófitas.

“En primer lugar: la diplomacia de las vacunas. Lasso ha recurrido a todos, desde los chinos y los rusos hasta las compañías farmacéuticas occidentales, independientemente de su ideología. En segundo lugar: nombró a un ministro de salud pública muy competente. Tercero: ha involucrado al sector privado para que ayude con la logística, proporcionando lugares de vacunación y equipos para los médicos”.

El programa de vacunación no es el único gran logro de Lasso. El miércoles, su gobierno dijo que había asegurado un programa de préstamo revisado a nivel de personal con el

Fondo Monetario Internacional (FMI). Suponiendo que el plan sea aprobado por la junta directiva del fondo, Ecuador recibirá US$1.5 mil millones en préstamos este año y otros US$ 3 mil millones en 2022, con la intención de estabilizar sus maltrechas finanzas.

Bajo el liderazgo de Lasso, Ecuador también se ha reincorporado al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, tras 12 años de ausencia, un paso que debería fomentar la inversión extranjera.

En agosto, el presidente viajó a México para discutir un acuerdo de libre comercio, un requisito para que Ecuador se incorpore al bloque comercial de la Alianza del Pacífico, que actualmente incluye a sus dos vecinos inmediatos, Colombia y Perú, junto con Chile y México.

Los analistas dicen que Lasso mostró su disposición a echar a un lado la ideología para sentarse con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, un líder con el que tiene poco en común. “Él gobierna sin dogmas. Ha demostrado que está dispuesto a escuchar y a forjar consenso”, dijo Gabriela Larreátegui, excongresista ecuatoriana.

Es un excelente inicio para un hombre cuyo triunfo en las elecciones de abril sorprendió a muchos. Después de fracasar en sus dos intentos previos para llegar a la presidencia, este año se coló en la segunda vuelta por un estrecho margen y después obtuvo una asombrosa victoria.

Ha sido recompensado en las encuestas de opinión, que le dan un índice de aprobación de entre el 64% y el 74%. Sin embargo, algunos sugieren que su popularidad alcanzó su punto máximo en julio, posiblemente un presagio de los días más difíciles que tiene por delante.

Sus logros hasta ahora no han requerido la aprobación parlamentaria, pero en los próximos meses, el gobierno quiere impulsar proyectos de leyes de reformas fiscales y laborales en el congreso. Estos esfuerzos pueden resultar problemáticos para Lasso.

En el congreso de Ecuador, que posee 137 escaños, hay cinco partidos principales, el más pequeño de los cuales es el partido Movimiento Creando Oportunidades (CREO) de Lasso, que cuenta con apenas 12 escaños. Puede contar con una docena de independientes, pero todavía está muy lejos de la mayoría en una cámara dominada por los partidos de izquierda y el partido indígena Pachakutik. El presidente ha intentado forjar alianzas con otros partidos, pero no ha tenido mucho éxito.

“Ya se acabó la luna de miel de Lasso”, dijo Johanna Andrango, politóloga en Quito. “Su primera victoria fue la de los 9 millones de vacunas en 100 días, pero ahora la gente se pregunta qué es lo siguiente que se le va a ocurrir para resolver los problemas económicos y la delincuencia, y su mayor obstáculo, sin duda, es el congreso”.

El presidente dice que sus reformas son esenciales para reactivar una economía que se contrajo casi un 8% el año pasado. La deuda se ha disparado hasta cerca del 65% del producto interno bruto y el déficit fiscal ha aumentado. Al ser la única economía formalmente dolarizada de América del Sur, Ecuador está limitado en lo que puede hacer para arreglar sus cuentas.

Si el congreso se niega a aprobar las reformas de Lasso, el presidente dice que intentará saltarse la legislatura sometiéndolas a referéndum.

Ecuador tiene antecedentes de haber utilizado esa vía. Los dos predecesores inmediatos de Lasso, Rafael Correa y Lenín Moreno, convocaron plebiscitos en sus primeros años en el poder, aprovechando su temprana popularidad para imponer reformas.

“Si no hay aprobación de las leyes en la Asamblea Nacional (congreso), consultaremos directamente al pueblo y dejaremos que ellos decidan su futuro”, le dijo Lasso a una cadena de televisión local esta semana.

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