TIMOTHY A. CLARY / AFP

Otra tormenta para mirar de reojo

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16 de junio de 2022 a las 18:39

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Hay un temor que está sobrevalorando a los mercados bursátiles globales y que dos por tres (y con más insistencia) despierta la advertencia de distintos analistas locales e internacionales: un fenómeno de estanflación ¿Qué significa esto? Que la economía mundial se estanque y que el ritmo de suba de los precios no ceda. Pero también ya hay voces que van un paso más y manejan la recesión como un escenario más que factible. Esto es un combo adverso por donde se lo mire y la economía uruguaya no tendrá cómo escapar si el mundo camina por ese pretil. De esto te escribiré en esta entrega de Rincón y Misiones. 

Qué momento para los números de la Rendición

La economía uruguaya mostró un desempeño más que positivo durante el primer trimestre como los mostraron los datos que divulgó este jueves el Banco Central del Uruguay (BCU). En enero-marzo, el PIB creció 0,6% frente al trimestre octubre-diciembre y 8,3% en la comparación interanual.

Sin embargo, estar en los zapatos de técnicos del Ministerio de Economía y Finanzas a menos de 14 días de presentar la próxima Rendición de Cuentas no parece una tarea sencilla. Si durante el escenario de la pandemia era complejo arrimarse a qué podía pasar con las principales variables que afectan el desempeño económico, en junio de 2022 el componente de incertidumbre está al orden del día como pocas veces. La Fed, el banco central de la economía más relevante del mundo, subió la tasa de interés esta semana en 0,75 puntos para darle combate a la escalada de los precios en EEUU (la inflación está en su mayor nivel en 40 años). El mundillo bursátil reaccionó con pesimismo a esa decisión (pese a que venía siendo asimilada en lo previo) y las acciones se desplomaron en todo el mundo este jueves.

“Nuestra principal conclusión de la Fed es agresiva, lo que significa que la Fed aceptará el riesgo de recesión para lograr un crecimiento económico por debajo de la tendencia",  dijo, el fundador de 22V Research, Dennis DeBusschere, a Bloomberg.

Según JPMorgan, el S&P 500 ahora implica un 85% de probabilidad de recesión estadounidense en medio de temores de un error de política por parte de la Fed. Como si fuera poco, la guerra entre Rusia y Ucrania no muestra señales de avances y la economía china (el principal comprador de bienes de Uruguay) ya no crecerá al 6% que se había proyectado y ahora se maneja un número más cercano al 3%.

El endurecimiento de la política monetaria en EEUU puede favorecer una trayectoria al alza del tipo de cambio en Uruguay, algo que puede calmar el nerviosismo y preocupación que han expresado públicamente los exportadores, pero también puede dejar de ser un aliado para que el BCU pueda anclar las expectativas inflacionarias a su rango meta (3% a 6%).

Que aumente el costo de los dólares también le pega a las cuentas por intereses de deuda que paga el Estado uruguayo. La exposición de la deuda pública a esa moneda no es menor: 44% del total. Por tanto, habrá que destinar más pesos uruguayos para amortizar los vencimientos de deuda y pagar intereses a quienes nos prestaron su capital en su momento y lo seguirán haciendo en el futuro.

Etapa de definiciones

Por estas horas se suceden reuniones políticas al más alto nivel entre los integrantes del Poder Ejecutivo de Lacalle Pou con sus ministros y con la coalición de gobierno para afinar el lápiz y definir cuántos recursos adicionales se destinarán en la próxima ley de Rendición de Cuentas que deberá ingresar al Parlamento antes del 30 de junio.

Las autoridades del Ministerio de Economía han defendido a capa y espada una regla fiscal que de alguna manera le pone un tope al incremento real del gasto atado al crecimiento potencial de la economía (2,1%). Si bien todo indica que este año el crecimiento del PIB seguramente se ubique más cerca del 5% como están proyectando la mayoría de los analistas —que del 3,8% que manejó el MEF en febrero—, si el gobierno se apega a su discurso los recursos adicionales y las expectativas que tienen distintos actores políticos y sociales deberían aplacarse. Igual habrá que esperar hasta último momento cómo se desarrolla esa negociación política por los recursos en la interna del gabinete y la coalición multicolor.

Otro detalle que también te mencioné en mi entrega anterior de Rincón y Misiones es que el gobierno ya se comprometió a que en 2023 reducirá la carga del IRPF y el IASS si la economía crece de acuerdo a lo proyectado este año. Así, el gobierno se enfrenta a un panorama complejo e incierto para que la economía uruguaya pueda sostener un ritmo de crecimiento del eje del 3% tanto para el próximo año como en 2024 (el último de su gestión), tal cual lo definió en los supuestos que manejó el MEF en la Rendición de Cuentas del año anterior. Ya sin el pistón de UPM y el Ferrocarril Central, la economía uruguaya tendrá un 2023 desafiante para captar inversiones si el capital (hoy todavía abundante) comienza a mirar más al norte en busca de refugio y seguridad como ocurre en cada tormenta.

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