Pidieron a Estados Unidos que restituya el sistema generalizado de preferencias

El último SGP, que el Congreso estadounidense renueva anualmente, expiró a finales de diciembre de 2020, durante la presidencia de Donald Trump, y desde entonces las empresas exportadores que colocan sus productos y servicios en el país deben pagar las tarifas arancelarias, lo que les resta competitividad de cara a las firmas locales y de terceros países.

La convocatoria, organizada por la embajada argentina en Washington, contó con la adhesión de Ucrania, Pakistán, Túnez, Yemen, Indonesia, Filipinas, Líbano, Argelia, Tailandia, Birmania, Nepal, Camboya, Georgia, Kirguistán, Macedonia, Moldavia, Serbia, Sri Lanka, Mongolia y Fiyi; además de Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay.

"Le estamos pidiendo a los legisladores de los Estados Unidos que le asignen la mayor prioridad posible al proceso de restablecimiento del SGP, ya que detrás de las cifras de exportaciones y de los aranceles, hay familias que trabajan y que hoy no pueden comercializar su producción", afirmó el representante argentino ante Washington, José Argüello.

Durante el encuentro desarrollado en la sede diplomática, los representantes de los países firmantes analizaron "las consecuencias derivadas de la pérdida de mercado tras la interrupción del programa", como el desempleo, según el comunicado consensuado entre las delegaciones y difundido por la representación diplomática argentina.

De la reunión también participó el director ejecutivo de la Coalición por el SGP, Dan Anthony, en representación de más de 350 empresas estadounidenses interesadas en continuar comprando productos a sus proveedores internacionales bajo el régimen preferencial.

Al igual que su contraparte exportadora, Anthony expresó que el restablecimiento mejoraría el abastecimiento del mercado estadounidense, en un contexto marcado por la inflación y las interrupciones en la cadena de suministro.

Según los analistas, y pese a la creciente política proteccionista articulada por Washington al calor de su disputa comercial con China, el SGP tarde o temprano será restituido. Sin embargo, destacan que mientras no suceda, muchas empresas que exportan con márgenes mínimos de ganancias se enfrentarán a la exclusión del mercado estadounidense.

La cuestión, además, atraviesa la política interna de Estados Unidos. La razón: en la actualidad, algunas iniciativas surgidas en la Cámara de Representantes apuntan a subir el techo de la deuda y la inversión en infraestructura, proyectos que chocan contra una baja de aranceles. En contraste, el Senado impulsa una ley de competitividad, en la que sí estarían contemplado el SGP.

En lo que respecta a los países de América latina, la discusión en el Congreso estadounidense se en momentos en que las proyecciones indican que China representará hacia 2025 el 25% del comercio exterior de la región, unos US$ 700.000 millones, el doble que en 2020, un factor que jugaría a favor de la restauración del SGP.

Además del comercio, las compañías chinas han invertido en América Latina en los últimos años más de US$ 160.000 millones, al mismo tiempo que el Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Banco de Exportación e Importación de China (ExImBank) han hecho préstamos por valor de US$ 136.000 millones.