Les Luthiers
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > ENTREVISTA A CARLOS LÓPEZ PUCCIO

¿Por qué se retira Les Luthiers? Uno de sus miembros más antiguos cuenta eso y qué esperar del show en Montevideo

Carlos López Puccio, uno de los miembros más antiguos del grupo, habló sobre el retiro del conjunto humorístico y musical, que visitará Montevideo por última vez en octubre
Tiempo de lectura: -'
13 de agosto de 2023 a las 05:05

Sin mucha ceremonia ni advertencia previa, en enero de este año el grupo argentino Les Luthiers anunció su retiro de los escenarios, que se concretará una vez que termine a fines de este 2023 o a más tardar a comienzos de 2024, su actual gira internacional.

El final de esta carrera de 55 años fue decretado por Jorge Maronna, el único fundador que se ha mantenido desde el inicio, y Carlos López Puccio, que estuvo allí desde el principio pero que recién se incorporó como miembro de pleno derecho en 1971, aunque se lo toma también como uno de los Luthiers originales.

"Sentimos que, después de más de medio siglo de giras y presentaciones, hemos alcanzado nuestras metas”, decía el comunicado que anunció la noticia. Con los dos integrantes veteranos pasando los 75 años, la muerte de Daniel Rabinovich en 2015 y la de Marcos Mundstock en 2020, más el retiro de Carlos Núñez en 2017, la decisión tiene su lógica, pero no dejó de ser sorpresiva.

Sin embargo, la dupla responsable de jubilar al célebre compositor Johan Sebastian Mastropiero de una vez y para siempre, no lo dudó. Y el momento parecía ser el indicado, con un espectáculo final recibido con beneplácito de público y crítica.

El show en cuestión, Más tropiezos de Mastropiero, es el primero con material original en quince años, aunque también incluye un par de clásicos que hacía tiempo no se veían en vivo. Un show compuesto y pensado para el elenco de Les Luthiers que quedó establecido en 2019, que se completa con Roberto Antier, Horacio Turano, Martín O’Connor y Tomás Mayer-Wolf. Y un show que tiene como hilo conductor al propio Mastropiero, a través de una entrevista en la que el autor repasa su vida y su obra.

López Puccio dice que tanto él como el público de esta gira final viven los shows con una peculiar ambivalencia. Hay tristeza, por supuesto, como es normal en las despedidas, pero también alegría, por irse de buena forma y no “languideciendo lentamente con antologías”.

Esa gira los traerá en octubre a Montevideo, la primera ciudad fuera de Argentina donde se presentaron, para despedirse de los escenarios uruguayos con tres funciones en el Auditorio Adela Reta. Las dos primeras están cerca de agotarse, y las entradas para los espectáculos se consiguen en Tickantel.

En la previa a esa última visita, Carlos López Puccio habló con El Observador, y contó las razones detrás del retiro de Les Luthiers, además de analizar la herencia del grupo, y cómo vive el cierre de la etapa de “lo más importante” que ha hecho en su vida.

¿Recuerda el momento en el que se dieron cuenta que esto tenía que ser el final?

El momento preciso por supuesto que no, pero nosotros estrenamos Más tropiezos de Mastropiero el 12 de noviembre del año pasado y fue un momento particular. Es el primer espectáculo que escribimos con Jorge Maronna sin Marcos Mundstock, que era la tercera pata creativa del grupo. Y teníamos mucha zozobra, mucha expectativa, muchas dudas sobre cómo iba a tomar el público este espectáculo nuevo, en el que por primera vez no estaba el grupo clásico. Con el estreno nos dimos cuenta que era bueno, tuvimos mucho éxito y demás. Y pocos días después nos dimos cuenta de que era el gran momento para terminar, para irnos con un éxito. O por lo menos nos aliviamos mucho de que no íbamos a languidecer con otras antologías y no íbamos a ir diluyéndonos lentamente. Y a partir de ahí empezamos a madurar, cómo encarábamos este tramo final, nuestra despedida.

¿Fue una decisión que tomaron mano a mano con Jorge o incluyeron también al resto del grupo?

Fue un mano a mano con Jorge, porque éramos los que veníamos comandando el grupo desde que Marcos se enfermó. Fue un acuerdo en charlas prolongadas entre los dos. Porque por otra parte, Les Luthiers es muy complicado, es más complicado de lo que la gente ve. Es una miniempresa de veinticinco empleados. Lo gestionábamos con Lino Patelano, que era nuestro representante y nuestro socio empresario, y cuando él murió nos dijimos “no queremos ser empresarios nosotros, queremos seguir siendo humoristas”, pero no se puede sin la estructura que Les Luthiers tiene que tener.  Así que ahí nos dijimos, “bueno, ¿cuánto tiempo vamos a estar en compañía del otro? ¿Cuánto nos podemos garantizar que vamos a estar en el escenario, felices, y disfrutar del éxito de Más tropiezos de Mastropiero?" Y nos pusimos un plazo de un año, un plazo en el cual nos comprometimos a seguir vivos (risas).

Carlos López Puccio

Me imagino que hay una intención, al ser un espectáculo mayoritariamente de nuevas obras, de no quedar enganchados en la nostalgia y en las antologías, no ser una autoparodia de Les Luthiers.

Absolutamente. En 2008 hicimos Lutherapia, y ya lo sentimos como un canto de cisne, porque nos sorprendió que saliera tan bien, y fue el último escrito colectivamente. A partir de ahí había cierto consenso de no escribir espectáculos nuevos, o cierta insistencia. Con Jorge queríamos seguir escribiendo, pero el grupo de forma mayoritaria no quería, y así tuvimos nueve o diez años de antologías y no nos hacía demasiado felices. Cuando Marcos se enfermó, con Jorge debatimos entre escribir o no seguir. Si seguíamos, era escribiendo algo nuevo. No teníamos ganas de seguir en la lenta decaída con las antologías.

¿Cómo fue el proceso de creación de este espectáculo?

En este caso pasó algo muy especial. Los escritores que quedamos éramos Jorge y yo, que tenemos la larga experiencia de escribir para Les Luthiers, los que conocemos mejor el oficio. La decisión de escribir un nuevo espectáculo la tomamos en 2019, con Jorge nos vamos aportando y alimentando en base a ideas que algún día se concretarán en obras mayores. Y después sobrevino a la horrible pandemia que todos padecimos. Y ahí hubo un proceso muy raro, único, todos sabemos el encierro que significó, pero digamos que dentro de lo horrible que fue lo que sufrimos, tuvimos un pequeño beneficio –por decirlo de una forma egoísta– y es que estuvimos cada uno en su casa, con la posibilidad de no tener otra actividad posible. Nosotros vivimos del escenario y extrañábamos a la gente y los teatros, pero estar encerrados nos permitió un intercambio muy fluido donde nos aportamos mutuamente para llegar al espectáculo. Y luego lo fuimos probando ante el público.

¿Cómo fue crear para este nuevo elenco, escribir sin pensar en los compañeros de siempre, sino en las capacidades y talentos de los compañeros nuevos?

Veníamos de un año compartido con el grupo pleno, porque Marcos se enfermó en febrero de 2019, y a partir de ahí estuvimos todo un año con este elenco, que pobres, tenían que ocupar lugares que originalmente no habían sido pensados para ellos. Fuimos valorizando y tomando debida nota de un montón de posibilidades que tiene la gente del elenco actual, que es muy capaz, realmente soberbia. Y lo fuimos pensando para ellos, con las cosas nuevas que aportan, lo escribimos a consciencia tratando de que no ocuparan lugares ajenos. Creo que no ocupan ni los lugares de Daniel o Marcos ni los de Carlos Núñez, sino que hacen de sí mismos, y creo que el espectáculo es bastante novedoso también por eso. Hay algunos viejos admiradores que creen ver ecos de lo que hacían Daniel y Marcos, que eran los grandes protagonistas, por supuesto, pero realmente es para ellos este espectáculo.

¿Los números nuevos tienen la dificultad añadida de tener que “competir” con los viejos?

No sé si competencia es la palabra. Por supuesto que estábamos, sobre todo hasta el estreno, muy pendientes de cómo iba a tomar nuestro público clásico estas obras nuevas, estas irrupciones. Y la verdad es que tuvimos debida cuenta, no solo de aprovecharlos a los nuevos integrantes, sino también de incluir temáticas que son propias del ahora, de este momento, incluidas con mucho cuidado, con elegancia, como siempre. Tratando de mantener la línea ética de siempre. Y creo que eso hace la diferencia. Hay mucha gente que se asombra de que toquemos estas temáticas, que son problemáticas hoy en día para los humoristas, con la cuestión de lo políticamente correcto. Y bueno, creo que ha pasado bien la prueba. No hemos tenido ofensas o reacciones (risas). Y nos dimos el gusto de decir unas cuantas cosas.

¿Cómo fue la decisión de que el personaje de Mastropiero sea encarnado en persona y el hilo conductor de este espectáculo?

Mastropiero había aparecido antes, pero muy ocasionalmente y muy poquito personificado en escena, prácticamente nada. Y esta decisión me pareció que era linda, posiblemente porque tiene una connotación especial. Es el gran personaje nuestro. No lo pensamos en el momento de escribirlo, pero terminó siendo un buen resumen porque la aparición de Mastropiero es una aparición altamente simbólica. También tiene, por primera vez, un cierto desarrollo dramático, porque se está narrando su historia, y tiene un corolario que es que termina siendo un profundo homenaje a él y, bueno, a nosotros.

Cuando mira para atrás, a los más de cincuenta años de trayectoria con el grupo, ¿qué piensa, qué ve, qué recuerda?

Mi vida en Les Luthiers data de cincuenta y cinco años a esta altura. Así que miro para atrás y la verdad es que me da orgullo, alegría. Fue, seguramente, la cosa más importante que hice en mi vida, y creo que fue muy buena. Yo me siento feliz de haberlo hecho, de haber ayudado a construirlo, de haber aportado bastante. Creo que estoy en una edad de mirar para atrás y decir “qué bueno fue esto, que lindo, hermoso, a cuánta gente hicimos feliz por un rato o por mucho tiempo”. Para mí este cierre es un cierre feliz, en ese sentido.

¿Son conscientes de la felicidad que han generado?

Bueno, uno es consciente de lo que puede (risas). No sé cómo se mide esa felicidad. Estoy seguro que a mucha gente le hemos alegrado a la vida y le hemos dado este producto que vale mucho porque es escaso, que es el humor, y un humor además mezclado con música, donde las dos cosas están indisolublemente ligadas. Así que creo que hemos dado mucha alegría. No sé cuanta, pero recibimos mucho cariño por eso que hemos hecho.

La actual alineación de Les Luthies

El material de Les Luthiers está disponible en YouTube, con números y espectáculos completos publicados por ustedes mismos. Eso no permite únicamente sumar público nuevo, sino que también tiene una lógica de archivo. ¿Lo pensaron desde ese lado?

Somos muy viejos, entonces hemos pasado por distintas etapas. En una época cuando la reproducción de lo nuestro era muy difícil, cuando por ejemplo no existía el DVD o poder filmar un espectáculo era una cosa de un nivel altamente profesional, ahí teníamos cierto celo, ¿qué pasa si esto se difunde o se difunden públicamente las cosas? Ahí empezamos a hacer discos. Era solamente audio, pero fueron nuestros primeros productos. Teníamos que hacer una cierta adaptación para grabar discos de lo que en realidad estaba pensado para teatro. Y esos discos fueron nuestros embajadores. Cuando empezamos a girar por el exterior de Argentina, había grupos que se pasaban las grabaciones y conocían. Porque es bastante difícil atraer al público a ver algo que era bastante indescriptible, una mezcla de estilos, de géneros y de cosas que solamente se podían explicar conociéndolo. Nos ayudó, sobre todo en países más lejanos, porque entre Uruguay y Argentina hay mucho intercambio, entonces cuando fuimos por primera vez, al Teatro Stella que además era la primera vez que salíamos de Argentina, ya había mucha gente que sabía de nosotros. Pero al ir a Venezuela o México los discos ayudaron. Entonces las grabaciones siempre fueron útiles, después ya vinieron los VHS, los DVD, y ahora YouTube y las redes. La verdad es que nunca pensamos en eso como negocio, las grabaciones o las filmaciones nunca nos han dado dinero. Nosotros no éramos artistas. Por dar un ejemplo terrible, cuando empezamos los Beatles producían ya solamente discos, ni tocaban en vivo, y ganaban mucho dinero con eso. Nuestra producción era ínfima, pero sirvió para difusión, para poder entrar en países que tenían menos contacto con nosotros.

En estos más de 50 años, ¿qué es lo más raro que les ha pasado?

En el escenario nos han pasado muchísimas cosas, pero lo más raro fue por fuera, cuando nos dieron el premio Princesa de Asturias. Fue un momento muy revelador porque de pronto un jurado internacional nos decía que merecíamos ese premio y nosotros éramos humoristas, queríamos que la gente disfrutara, no queríamos pasar ningún mensaje en especial, salvo hacerla puntualmente feliz en esas dos horas de espectáculo. Y de pronto ese jurado nos daba un premio que habían recibido Woody Allen, Francis Ford Coppola, una lista interminable de gente que lo había merecido, y en ese momento nos decían que estábamos a ese nivel, que teníamos un valor grande. Para nosotros nos estaban dando algo superior a nuestra pretensión.

Más allá de los individuos, de alguna forma Les Luthiers es algo que los trasciende. ¿Cómo se lleva con esa idea de ser parte, pero al mismo tiempo de que en la calle lo reconozcan como “Les Luthiers” y no como Carlos?

Estoy acostumbrado. Sobre todo yo que, digamos, que en la versión más conocida de Les Luthiers, que fue el quinteto, que estuvo varias décadas, yo me sentía muy autor y muy productor, y lo sabía, pero siempre las caras reconocidas eran Daniel y Marcos, que estaban al frente. Pero es cierto que el público ocasional que uno se encontraba por la calle no sabía los nombres. Entonces siempre me sentí una pieza, un engranaje de ese nombre, de Les Luthiers. Orgulloso engranaje, porque creo que hice mucho porque ese engranaje tuviera valor. Pero nunca fui un protagonista con nombre y apellido como lo eran ellos, por ejemplo. Pero no me hiere esa idea.

¿Sabe qué va a hacer con el smoking de la última función? ¿Lo van a guardar, a encuadrarlo?

La verdad es que no sé. Por ahora no tenemos ningún plan (risas).

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...