Público renovado empuja al mercado de las pinturas

Los nuevos consumidores de obras de arte optan por el arte contemporáneo que representa un 70% de lo comercializado, mientras que lo clásico pierde valor

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14 de septiembre de 2019 a las 05:02

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A pesar de que el comercio de las pinturas es esencialmente de nicho y su actividad comercial no está ajena al ciclo actual de estancamiento en la economía uruguaya, el sector se muestra dinámico, con cambios de preferencias y del tipo de público.  

 Para el rematador Juan Castells, de la firma Castells Remates –que comercializa alrededor de 3.000 pinturas al año– Uruguay es uno de los mercados más activos a nivel mundial para las pinturas. El empresario considera que con la pintura en Uruguay pasa algo muy similar a lo que ocurre con el fútbol, “no se sabe bien por qué, pero Uruguay siempre ha sacado muy buenos jugadores y con la pintura tampoco se sabe bien por qué, pero el país ha sacado excepcionales pintores en todas las épocas”.  

Castells relató que cuando vienen argentinos, chilenos, paraguayos y brasileños, se asombran del dinamismo que existe en Uruguay, que no se encuentra en “superciudades”. 

El mercado de las pinturas en Uruguay –y también a nivel global– experimentó en los últimos años un cambio en los hábitos de consumo y en las preferencias de los compradores, a raíz principalmente del surgimiento de un público más joven –en torno a los 40 años– que  se inclina más por las pinturas de artistas contemporáneos o modernos, rezagando a los clásicos.  

“Hubo un cambio. Antes nuestros abuelos o padres buscaban un determinado tipo de pintura, pero todas esas personas que coleccionaban se han ido muriendo por razones naturales, volcando esos bienes al mercado, contraponiendo la cantidad de oferta que hay de los clásicos con los nuevos compradores que buscan otro tipo de cosa”, explicó Castells. 

El rematador añadió que hoy por hoy el comprador de obras de arte está “más volcado al arte moderno”, que ha experimentado un crecimiento exponencial y que fue acompasado por un aumento de los valores. “Hay gente mucho más joven comprando arte de lo que había hace 20 años, cuando era un público preferiblemente mayor a 60 años”, sostuvo Castells.    

Martín Castillo de la Galería del Sur explicó a El Observador que cuando se habla de pinturas modernas, se trata de aquellas obras que van desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1970-1980, mientras que las contemporáneas son las posteriores. En el caso de las pinturas clásicas, se trata de los “históricos y grandes maestros”.

Según Héctor Bavastro, de Bavastro e hijos, aunque el mercado de las pinturas se ha enlentencido, la particularidad que tienen los remates radica en que cuando aparece una pieza antigua importante “si no la compras en ese momento, no la conseguís más”. Además, aseguró que efectivamente el precio de las pinturas clásicas  de algunos artistas cayó hasta 50%. 

Las pinturas de Pedro Figari, graficó Castells, aunque se trata de un pintor muy respetado, “clásico y que da estatus, al aparecer mucho en el mercado no está tan fácil la venta como años atrás”. 

Por su parte, el director de Galería Sur, Martín Castillo, apuntó que las nuevas preferencias por el arte contemporáneo es un “fenómeno mundial” y abarca en el presente entre 70% y 80% del mercado. “Para el caso de las pinturas clásicas, el mercado se va restringiendo y es como un embudo porque la gente normalmente compra las cosas más bien con las que convive; conoce y consume los artistas de la época con la que siente mayor afinidad e identificación etaria”, explicó el galerista.

A su vez, Castillo agregó que el perfil del público que consume pinturas ha cambiado “completamente”, lo que ha desembocado en que artistas que fueron muy importantes en la década de 1980, pero al día de hoy ya no lo son porque “cambió el gusto”. 

“Esto ha repercutido en los precios de algunos artistas que ante la menor demanda los valores de sus obras han caído en los últimos años, aunque la particularidad del arte es que pueden aparecer piezas excepcionales que coticen fuerte”, comentó.       

En la misma linea, Castells confirmó que en el caso de la pintura clásica “no es que se haya venido a pique”, pero su comercialización efectivamente se ha vuelto más lenta. 

“La pintura clásica sí está a la baja, aunque siempre hay excepciones porque en este negocio una muy buena pintura antigua puede tener un precio muy alto. Pero la pintura media antigua sí está imposible de colocar”,  aseguró Castells. De hecho, muchas casas de ventas de antigüedades han desistido del negocio de las ventas de pinturas, a raíz de la escasa demanda. 

Turismo cultural 

Tanto para Castells como para Castillo, Uruguay es un país muy rico en artistas  y muy reconocido a nivel internacional, con nombres como el de Carlos Paez Vilaró, José Pedro Costigliolo y María Freire –los dos últimos pintores del estilo moderno que se han recuperado y revalorizado de forma importante–, entre otros, que encuentran su pico de demanda durante la temporada en Punta del Este, con un consumidor de alto poder adquisitivo y gusto por las pinturas. 

“No solo son argentinos, brasileros o estadounidenses. Lo que ha aparecido en los últimos cinco años son muchos uruguayos residentes en el exterior con una buena posición económica, que cuando vienen en verano compran pinturas. Antes no movían la aguja, pero ahora hay un grupo importante. Hay un público nuevo que tiene mucha pujanza y que está  más conectado”, argumentó Castillo.

“Lo que ha aparecido en los últimos cinco años son muchos uruguayos residentes en el exterior con una buena posición económica” 
Martín Castillo 
Propietario Galería SUR 

Añadió que hubo un corrimiento, “que pasó del interés de los clásicos por el de los modernos, mientras que en el caso de los pintores contemporáneos en el pasado no tenían presencia importante, pero en la actualidad son los más demandados”.

Por su parte, la propietaria de la Galería del Paseo en Manantiales, Silvia Arrozés, dijo que el arte contemporáneo es cada vez más demandado, con un público internacional “más abierto e interesado en otros lenguajes visuales”, más conceptuales, pero no necesariamente interesado solo en la pintura. “La pintura siempre va a seguir, su fin es un mito. La pintura contemporánea sigue muy vigente a nivel mundial”, finalizó la empresaria.

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