Esta ahí en el medio. Agachado entre los instrumentos. Mira a los músicos y los dirige con gestos cortos, miradas y ademanes: la mano arriba, los dedos aproximados o una mano que se mueve en el aire para dar comienzo a un juego entre la guitarra y el teclado. Sonríe. A Facundo Balta lo envuelve la música ante un público que está siendo testigo privilegiado de la obra de un alquimista.
Un espectáculo en el que repasó gran parte de los tres álbumes que sacó en los últimos dos años: Baltástico Full Time, ... Y después no hablamos más y Cuando me mires. Una oportunidad para tocar por primera vez esas canciones que empezó a compartir en 2021 como quería tocarlas, en vivo y con una banda de amigos que dejó el escenario de La Trastienda de Montevideo encendido.
Simple!, María, Chikití. Balta empezó arriba un show por el que paseó al público por toda su personalidad musical, desde el jazz, funk, afrobeat, candombe, R&B, bossa nova. El cantante uruguayo de 22 años desplegó su inquietud y el talento de un productor musical que está experimentando y creando un camino particular en el ambiente musical. Un toque de raíces afro con la influencia de una formación musical a la vez clásica y popular. La transmutación de un estilo.
El movimiento empezaba en los pies y subía a las caderas, los hombros, los brazos y las manos terminaban moviéndose sobre la cabeza. La sala completa no tuvo más remedio que ponerse a bailar cuando la música les hizo temblar los pies.
Felipe Sánchez
Facundo Balta en La Trastienda
Balta se presentó en vivo con una banda de nueve músicos y algunos invitados que fue presentando a lo largo de la noche. Un banda integrada por Imanol Vázquez en la batería, Santiago Wainstein en el saxofón, Lucas Bargas en el trombón, Gleisis Estrada en la trompeta, Lucian Echeverría en la guitarra, Federico Noll en el teclado, Andrés Cúneo en el bajo y Joaquín Bergamino en la percusión. Con cortes instrumentales en los que los músicos-amigos desplegaron su talento entre halos de luces y silencios atrapantes.
Por momentos el músico se hace a un costado y deja que la banda tenga protagonismo, los mira tocar, los escucha desde un lado del escenario en el que a penas lo baña la luz. Aprecia los colores, las formas y las texturas de sus canciones. "¡Qué nenes, eh!".
Para Rita contó con la participación de Matías Rada en la guitarra y entrada la segunda parte del show la voz de Luana "La Princesita" Persíncula hizo una entrada perfecta para acompañarlo en una versión de Nena!.
Felipe Sánchez
Facundo Balta en La Trastienda
Pero a los momentos de fiesta y energía se le mezclaron momentos suaves, místicos y casi melancólicos. La interpretación de Lágrima, el homenaje que Balta le hace a su madre en su último disco fue una de los pasajes más bellos de la noche. Mientras tocaba el teclado, entró el chello de Adrián Borgarelli y luego el tambor piano de Joaquín Bergamino para lograr una atmósfera de inflexión hacia la segunda mitad del show.
"Mamá me ayudo mucho a nivel creativo. Me ponía música instrumental y me decía 'cerrá los ojos -le hacía caso porque es mi madre- e imagínate lo primero que venga a la cabeza con esto que escuchamos'. Cuando no sonaba Maluma sonaba un rock hevy o Tchaikovsky. Intenté que aparecieran cosas. Sé que mi madre tiene mucho que ver conmigo, porque mi madre es mi bastión pero también porque me impulso siempre a crear. No había más nada que la imaginación en ese momento, y yo igual hacía porque ella me lo enseñó", contó Balta sobre el escenario después de saludarla en la platea.
Veneno (cuando me mires), Entre comillas, Como al principio, Bailar en la cuerda floja, Ojos de café, Ruidos.de.ti, M U V I (no me mientas más), Antes de que sea tarde. La sensualidad de algunas de sus canciones marcó el camino hacia el final. Mientras el músico se encargaba también de interactuar con el público, haciéndolo parte del espectáculo en melodías y acompañamientos.
Felipe Sánchez
La versatilidad del cantante, compositor, productor y multi-instrumentista es evidente. Pero no es solo el talento musical, que es mucho, sino también la expresión sobre el escenario, el estilo, el sentido estético y la forma de andar. La cadencia con la que se mueve sobre el escenario y el humor con el que sortea los momentos incómodos. La presencia escénica y la conexión con los demás (arriba y abajo del escenario).
Las luces se encienden y el público descubre a quienes tenía a su lado. El que bailó toda noche, la que cantó cada palabra, y el que llegó sin demasiadas referencias a escuchar a un "pibe que hace música" y se va con "una revelación". Todos han sido testigos: Facundo Balta es un alquimista.