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Rusia estudia modificar su doctrina de seguridad y desarrollará armas más potentes y precisas

Lo afirmó el número dos del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, en el marco de la carrera que mantienen Moscú y Washington por el desarrollo de misiles hipersónicos capaces de eludir las defensas de un potencial enemigo
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12 de diciembre de 2022 a las 05:04

La carrera armamentística entre Estados Unidos y Rusia no se detiene. Tampoco la adopción de doctrinas cada vez más agresivas. Lo dejó en claro el ex presidente, ex primer ministro y actual números dos del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Dmitri Medvedev, al afirmar que Moscú está desarrollando "medios de destrucción más potentes" y analizando la introducción de "nuevos principios"; entre ellos, la posibilidad de lanzar “ataques preventivos” y “ataques de desarme” como los que suele realizar Estados Unidos.

"Nuestro enemigo no sólo se atrincheró en el gobierno de Kiev. También está en Europa, América del Norte, Japón, Australia, Nueva Zelanda y en lugares que juraron lealtad a los nazis", agregó el funcionario, quien afirmó que los ataques preventivos podrían tener como objetivo “los países que dan armas a Ucrania”.

Lo dicho por Medvedev refuerza lo señalado por el presidente Vladimir Putin en la Cumbre Económica Euroasiática en Biskek, la capital de Kirguistán, cuando preguntado por periodistas respondió que su país podría “valorar en lo inmediato adoptar" la estrategia de seguridad de Washington, que contempla tanto los ataques preventivos como los denominados ataques de desarme.

El jefe del Kremlin había agregado en esa ocasión en un mensaje grabado a los ministros de Defensa de los países de la Organización de Cooperación de Shanghái y de la Comunidad de Estados Independientes, que "Estados Unidos y sus satélites apuestan por el factor de la fuerza" y que destruyeron la "arquitectura de la estabilidad estratégica creada durante décadas"; además de ampliar "de manera agresiva la geografía de la expansión de la OTAN".

Medvedev acusó a Occidente de haber estado "explotando vergonzosamente" a Ucrania durante años hasta convertirla en "su colonia" y de utilizar a su población como "carne de cañón". El funcionario argumentó que “por eso estamos aumentando la producción de los medios de destrucción más potentes, incluidos los basados en nuevos principios", según consignó la agencia de noticias AFP.

Aunque tanto Putin como Medvedev enfatizaron que solo se trata de una posibilidad, las afirmaciones de ambos están en línea con la creciente preocupación de Moscú ante los esfuerzos de Washington por desarrollar la llamada Capacidad de Ataque Global Inmediato Convencional, modelo que prevé impactar objetivos estratégicos de un adversario con armas convencionales guiadas con altísima precisión hacia cualquier parte del mundo en menos de una hora.

“Hablando de ataques de desarme y preventivos, tal vez valga la pena pensar en adoptar las ideas desarrolladas por nuestros homólogos estadounidenses para garantizar su seguridad”, había afirmado Putin durante la cumbre euroasiática. “Solo estamos pensando en eso. Washington no ha tenido reparos en hablar abiertamente del tema durante los últimos años”, agregó.

El mandatario ruso señaló que los ataques tendrían como finalidad destruir instalaciones de comando, fábricas de armas, infraestructura y otros objetivos estratégicos. En ese contexto recordó que su gobierno ya ordenó la construcción de armas hipersónicas capaces de llevar a cabo tales ataques, armamento con el que ya cuenta Estados Unidos pero que, según los especialistas, todavía no ha desplegado debido a que no ha completado su desarrollo.

El fantasma de una guerra nuclear, que se ha reinstalado desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, se vio reforzado según los analistas occidentales por los recientes reveses militares rusos en el terreno ucraniano gracias al apoyo militar de la OTAN a Kiev. Si bien Putin se refirió a las armas convencionales guiadas con alta precisión, también puntualizó que Washington no ha descartado ser el primero en usar armas nucleares.

“Si el adversario potencial cree que puede usar la teoría de un ataque preventivo y nosotros no, esto nos hace pensar en las amenazas que representan tales ideas para la postura defensiva de Rusia y sus aliados”, afirmó Putin en un contexto en el expresó dudas sobre la postura de Occidente tras el fracaso de los acuerdos de paz de Minsk (2014), al tiempo que sugirió que Moscú reclama que se le reconozca soberanía sobre la península de Crimea y las regiones ucranianas de Jerson, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk.

La posibilidad de que Rusia incorpore a su doctrina los ataques preventivos y de desarme implicaría una nueva actualización en su Estrategia de Seguridad Nacional, luego que en julio del año pasado Putin aprobara una última edición del documento, modificado con anterioridad en 2015, texto que describe las directrices del Kremlin en materia de política exterior y defensa.

Armas hipersónicas

La advertencia de Rusia sobre la posibilidad de adoptar el enfoque de los ataques preventivo se plantea en el contexto de los esfuerzos de Washington y Moscú por desarrollar misiles hipersónicos. El Kremlin asegura haber utilizado dos veces su reciente misil hipersónico Kinjal (Daga, en ruso) en Ucrania, el primer uso conocido del nuevo sistema en un entorno de combate.

Las armas hipersónicas son las que pueden superar el Mach 5, cinco veces la velocidad del sonido. Aunque los misiles balísticos intercontinentales exceden con creces el umbral, los hipersónicos son maniobrables, por lo que no viajan en una trayectoria predecible, son muy difíciles de interceptar y dejan poco tiempo para reaccionar.

Según los especialistas, los actuales sistemas antimisiles, incluido el Aegis de la Armada de Estados Unidos, tendrían problemas para interceptarlos. Uno de los misiles rusos es el Avangard (Vanguardia, en ruso), capaz de cambiar de rumbo y altitud a velocidades muy altas. Probado con éxito en diciembre de 2018, su velocidad fue de 27 veces la velocidad de la luz y golpeó un objetivo a 6.000 kilómetros de distancia, según informó en la ocasión el ministerio de Defensa ruso, que los puso en servicio a fines de 2019.

Por su parte, Washington, que reconoce estar retrasado en el desarrollo de misiles hipersónicos, realizó este año dos pruebas desde la base militar ubicada en Wallops, Virginia. Los vectores transportaron entre 11 y 13 experimentos diferentes diseñados para probar y recopilar datos para la investigación de armas hipersónicas, en el marco del programa conjunto del Ejército y la Marina.

Según fuentes estadounidenses, que aseguran haber lanzado con éxito en marzo pasado un misil hipersónico, los datos recogidos ayudarán al desarrollo de su Capacidad de Ataque Global Inmediato Convencional y del arma hipersónica de largo alcance (LRHW, por sus siglas en inglés) del Ejército. Dos programas que utilizan un cuerpo de planeo hipersónico común y un proyectil transportado sobre un cohete impulsor que lo dirige hacia su objetivo.

El Pentágono ha puesto como una de sus principales prioridades el desarrollo de armas hipersónicas luego que Rusia usara los misiles hipersónicos en Ucrania y que China realizara con éxito lanzamientos hipersónicos el año pasado, pruebas estas últimas que el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, calificó como "un acontecimiento tecnológico muy significativo", que es “solo un elemento de las capacidades militares” de Beijing.

Ataques en territorio ruso

Los analistas también destacan que los dichos de Putin y Medvedev se originan luego que el diario The Times revelara mediante una fuente anónima del Ministerio de Defensa de Estados Unidos, luego replicada por medios como Business Insider, The Kyiv Post y el Instituto de Estudio para la Guerra, que el Pentágono dio luz verde al ejército ucraniano para emprender ataques puntuales en territorio ruso.

Si bien hasta ahora el gobierno de Joe Biden había adaptado públicamente una postura de no alentar el avance de Ucrania más allá de sus fronteras, frente a la posibilidad de que la guerra escale en los próximos meses, hay mayores chances de que Washington suministre a Kiev misiles de largo alcance. “Todo es diferente ahora. El cálculo de la guerra cambió”, señaló la fuente. “Washington no puede decirle a Ucrania qué hacer”, agregó.

Declaraciones que siguieron a las fuertes explosiones registradas en las bases aéreas rusas Engels y Djagilevo la semana pasada, los mayores aeródromos para los bombarderos de largo alcance, bases localizadas a 500 y más de 600 kilómetros, respectivamente, de la frontera entre Rusia y Ucrania, y a escasos kilómetros de Moscú.

Kiev lleva mucho tiempo exigiendo a Estados Unidos munición de alta tecnología, en particular para los lanzamisiles HIMARS que ya le han sido entregados. Se trata de misiles teledirigidos que pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta 300 kilómetros. Hasta ahora, Washington solo ha suministrado misiles con un alcance de 80 kilómetros por miedo a que el uso material bélico estadounidense en territorio ruso desate una escalada de consecuencias imprevisibles.

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