Ucudal Business School

¿Se termina el viento de cola? La visión de Oddone, Schandy y De Haedo

Los tres economistas se refirieron al escenario que transitó Uruguay y los desafíos que tiene por delante

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25 de junio de 2022 a las 05:01

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Un escenario futuro menos benigno que el transitado hasta ahora. Un viento de cola que empieza a soplar menos. Vecinos regionales que no despegan. Necesidad de introducir reformas para mejorar la eficiencia en los años siguientes. Estos fueron algunos conceptos que manejaron tres economistas convocados para hablar sobre cuál es el escenario económico en el que se encuentra Uruguay.

La actividad fue organizada por la UCU Business School y contó con la participación de los economistas Gabriel Oddone (CPA Ferrere), Tamara Schandy (Exante) y Javier de Haedo (coordinador del Observatorio de Coyuntura de la UCU). 

Para Oddone, el escenario que transitó Uruguay hasta este momento fue favorable. “Por delante tenemos un escenario menos benigno”, advirtió. El centro de la atención de los países estará en controlar la inflación con políticas monetarias contractivas e intentos de enfriamiento lo que supondrá un menor crecimiento en esos países y también en Uruguay. “No es un escenario totalmente negativo; es uno más complejo”, mencionó. 

Schandy coincidió en que el país viene de un escenario benigno con precios de exportación con aumentos importantes, básicamente en commodities como la soja y la carne lo que supuso otro viento de cola. “(Fueron) cosas que salen de los parámetros que habíamos visto en el tope del anterior boom de commodities”, dijo. Actualmente, la oleaginosa  tiene un valor de exportación de unos US$ 600 por tonelada. En el caso de la carne vacuna, el valor para el mercado externo supera los US$ 5.000. Pero Schandy explicó que de ahora en adelante se aproxima otro escenario.

“Como está planteado el mundo ahora, con el signo que va a tener la política monetaria, la fiscal, con la perspectiva de desaceleración de la economía mundial y el freno de China, se va a un escenario donde el viento de cola va aflojando”, alertó. 

Carne de exportación

Los economistas asumen que ese cambio de contexto genera desafíos mirando hacia el futuro. Oddone indicó que la inversión fue un factor relevante para la recuperación de la economía. 
“Hacia adelante habrá un crecimiento del entorno de 2,5% en el mejor de los casos, porque se salió de la fase de rebote y ello pone desafíos”, explicó. Uno de ellos, es la necesidad de introducir un conjunto de reformas para poder mejorar la eficiencia y que el país tenga más competitividad.

Indicó que los niveles de inversión no permitirán crecer por encima de 4% y eso también genera otro desafío para la economía. “Hay que volver más eficiente al sector no transable y eso va a suponer que se pierdan puestos de trabajo en el sector y eso no va a ser fácil de arbitrar”, admitió. 

Al respecto, Schandy dijo que la agenda de reformas tiene que generar condiciones para que se pueda tener un ritmo de inversión más alto. 
De Haedo resaltó que cuando termine 2022 se va a completar un período de ocho años con crecimiento de 1,1%

La previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del gobierno para este año es de 3,8%, aunque se estima que habrá una revisión al alza. 
Sobre este punto De Haedo expuso que “el 5% que va a crecer la economía este año  no es todo de este año; hay un 3,6% que es herencia del año pasado. El crecimiento de este año va a ser de un punto y monedas”, matizó. 

”Una tasa así, en una sociedad donde hay expectativas de demanda genuinas por políticas públicas no da; no cierra”, sostuvo.
Schandy complementó que si Uruguay termina con una expansión económica de 5% “igual en la última década promedia menos de 2%”. La mediana de las expectativas de crecimiento de los analistas privados que consulta mensualmente el Banco Central (BCU) es de 4,3% para 2022.

Los vecinos

Uno de los temas que se tocaron durante la exposición fue la situación de los países vecinos. Primero se refirieron a Brasil. “Tuvo un buen rebote del shock inicial de la pandemia pero sigue lejos de los picos de actividad anterior. La situación económica de Brasil, aun cuando las expectativas mejoren, no está en una posición positiva. La economía va a estar arañando para recuperar la caída de las dos recesiones anteriores”, expuso Schandy. 

De Haedo añadió que la situación de Brasil “no le quita el sueño” como sí lo hace Argentina. “Brasil tiene una moneda propia y una suerte de mercado cautivo. Tiene un sector externo por lo general favorable y una inversión extranjera directa considerable. Pero por otro lado tiene un pésimo desempeño económico”, relató. 

Luego llegó el turno de Argentina. Schandy mencionó que la historia de vaivenes económicos es más larga que la coyuntura que trajo el covid-19. 
“Desde 2011 hasta ahora (la economía) no creció. Más allá de las proyecciones, en tanto no resuelva el tema fiscal, que es al final la génesis de las dificultades monetarias, las restricciones cambiarias y otro conjunto de cosas, va a seguir con miniciclos, atados al impulso y al freno de la política fiscal”, afirmó.  
Dijo no tener una visión optimista respecto a que Argentina pueda salir de la dinámica que ha tenido en los últimos 10 años. 

Oddone recordó que Uruguay tuvo esa cantidad de años de estancamiento entre 1958 y 1968. “Eso en Uruguay terminó mal. En una sociedad estancada durante ese tiempo se produce un desorden”, apuntó.  

Indicó que las “cosas que construyó el kirchnerismo y después terminó de reforzar son muy difíciles de desarmar bajo reglas democráticas. Los mecanismos de transferencias de recursos que están definidos  generan unos desequilibrios que cuando uno los quiera desarmar, la convulsión social está a la vuelta de la esquina”. Añadió que “desarmar lo que tiene Argentina es una cosa muy compleja; Uruguay lo hizo, pero no bajo reglas democráticas”. 

De Haedo dijo que en décadas anteriores el país tenía “problemas que terminaban en devaluación y las cosas se ordenaban, se arreglaban. Hoy no lo arreglan con eso. La situación llegó para quedarse. La clase media argentina se está extinguiendo. Va a haber que acostumbrarse a una Argentina muy barata. Como cliente, para Uruguay, va a ser complicado”, concluyó. 

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