Camilo dos Santos

Sobre los programas en educación

Los programas en educación que son un instrumento insoslayable en contribuir a formar a las nuevas generaciones

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07 de marzo de 2022 a las 05:00

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La discusión en torno al sentido, contenidos e implicancias de los procesos de transformación requieren repensar el para qué y qué de la educación, esto es, los propósitos que se aspiran concretar en oportunidades personalizadas de aprendizaje para cada alumno por igual. Claro esta que el foco en los propósitos del tipo de educación que se busca desarrollar a la luz de los imaginarios de sociedad anhelados y forjados se sustancia en los marcos e instrumentos que coadyuvan a plasmarla. Entre otros aspectos a considerar, nos centraremos en cuatro aspectos entendidos como claves en el abordaje de los programas en educación que son un instrumento insoslayable en contribuir a formar a las nuevas generaciones.

En primer lugar, importa precisar en dónde se ubica la discusión y la elaboración de los programas ya que nos da una idea sobre si la misma responde a lógicas endógenas a los niveles, ofertas y disciplinas, o bien se asienta en espacios de conversación e integración entre los mismos. Una de las discusiones centrales gira en torno a si los programas son entidades en si mismas, que no están necesariamente enmarcados en una visión curricular que define los pará qué y qué de la educación, o si bien los mismos son esencialmente herramientas de pensamiento que contribuyen a plasmar una visión curricular unitaria, potente y coherente que es vinculante para el sistema educativo en su conjunto. Uno de los riesgos que se corre en concebir cada programa como una unidad en si misma, radica en que finalmente el currículo que define qué enseñar, aprender y evaluar, se reduzca a un listado de programas que no guardan conexión entre si, y que lleva inexorablemente a la fragmentación de enfoques, saberes y contenidos.

En segundo lugar, el ámbito institucional donde se desarrollan los programas educativos puede responder a construcciones autónomas generalmente encapsuladas en cada disciplina, o bien responder a espacios comunes entre niveles y con foco en fortalecer la progresión, fluidez y completitud de los aprendizajes. La construcción y el desarrollo curricular tienen connotaciones muy distintas si el punto de arranque son las disciplinas o bien los aprendizajes que es esperan desarrollar en los alumnos son el cimiento sobre los cuales el currículum cobra sentido, legitimidad y sostenibilidad. Precisamente uno de los talones de Aquiles de los procesos de diseño y desarrollo curricular radica que se anclan excesivamente en la enseñanza de las disciplinas sin ponderar sus sinergias e implicancias con los procesos de aprendizaje y de evaluación que permita contemplar la diversidad de expectativas y necesidades de todos los alumnos.

El diseño institucional que sirve de soporte a la elaboración de programas se tendría que encuadrar en una visión educativa y curricular, así como de sistema educativo. Una experiencia interesante a destacar es el Consejo Superior de Programas de Francia (de ahora en más CSP1) creado en el 2013 en el marco de la “Ley de Orientación y de Programación para la Refundación de la Escuela de la República”.

El rol del CSP consiste básicamente en compartir sus opiniones y formular propuestas atinentes a: (i) la concepción general que permea la enseñanza en los niveles inicial, primario y medio; (ii) los contenidos educativos del ciclo común de conocimientos, competencias y cultura, comunes a la educación primaria y media básica, velando por la coherencia y la articulación entre ciclos así como por las modalidades de evaluación de los resultados de aprendizaje; (iii) la naturaleza y a los contenidos de las prueba de exámenes vinculados a los bachilleratos así como su adaptación a estudiantes con diversas capacidades; y (iv) la naturaleza y los contenidos de las pruebas de reclutamiento de los docentes con las adaptaciones requeridas para diversos perfiles de estudiantes así como los objetivos y la concepción general de la formación inicial y continua de los educadores.

EL CSP se sustenta en un enfoque curricular integral que analiza los programas teniendo en cuenta la especificidad propia de cada nivel, así como la articulación entre los mismos, y que, asimismo, busca alinear los programas de la educación inicial, básica y media, con la formación y el desarrollo profesional docente. Por otra parte, las propuestas sobre pruebas de examen son enmarcadas en la concepción de formación que permea a los programas en su conjunto, así como teniendo en cuenta la diversidad de capacidades de los alumnos.

Cabe también señalar que el CSP funciona de manera independiente como un organismo asesor científico del Ministerio de Educación, de la Juventud y de Deportes, con capacidad de propuesta, pero no decisión o de contralor. Como señala el Presidente del Consejo, Mark Sherringham (2022), el CSP puede efectivamente cumplir sus funciones si trabaja en estrecha relación con las diferentes direcciones del ministerio en clave de complementariedad de roles y responsabilidades.  En tal sentido el rol del Ministerio no es solo de apoyar las propuestas elaboradas por el CSP sino también realizar todas las consultas y los comentarios que se entiendan necesarios previo a la aprobación de los programas.

Por otra parte, es interesante de ver que el CSP se integra por tres diputados y tres senadores, dos representantes del Consejo Económico, Social y Ambiental (CESE) y diez personas reconocidas por su excelencia en su especialidad y conocimiento del sistema educativo que son designados por el Ministro de Educación, de la Juventud y de Deportes. Esta composición del CSP refleja claramente la visión que la discusión, elaboración y validación de programas implica entender la educación como un asunto político, societal y técnico que requiere del entrecruzamiento de miradas y sensibilidades complementarias.

En tercer lugar, la concepción de programa que permea el trabajo de CSP está claramente explicitado en una entrevista que en febrero del 2022 el diario Le Monde le hiciera a Philippe Raynaud que es el Vicepresidente del CSP2. Raynaud asevera que los programas son hechos con la intencionalidad de inspirar la acción de los educadores de manera que los estudiantes puedan aprenderlos y asimilarlos. Asimismo, Raynaud acota que dichos programas deben estar alineados con la evolución y la propia dinámica de los sistemas educativos, de la sociedad y de la educación superior. Claramente se visualiza a los programas como instrumentos potentes y relevantes en la medida en que respondan a una visión educativa y curricular que sintonice con la diversidad de expectativas y necesidades de la sociedad en su conjunto.

Asimismo, Raynaud aborda el delicado tema de la sobrecarga de demandas que se cierne sobre la educación en atención a que familias, políticos y asociaciones de diversa índole les exigen a los sistemas educativos que tomen en cuenta sus prioridades. Precisamente el rol del CSP consiste en elaborar líneas directrices y definir con claridad que es prioritario en atención al desafío de formar a las nuevas generaciones bajo una visión educativa unitaria y transversal a los diversos niveles. No es cuestión de contentar a las partes interesadas sino de tener la voluntad política y profesional de hace valer lo que importa al desarrollo integral y balanceado de la alumna o del alumno. Por ejemplo, Raynaud señala que el CSP ha sugerido recentrar los programas vinculados a la economía sobre los asuntos de la microeconomía que sobre discusiones doctrinales, o bien en relación a la historia, valorizar el lugar de las mujeres y de la historia colonial.

El análisis del CSP nos permite ver, pues, la relevancia de contar con diseños institucionales de elaboración programática que engloban al sistema educativo en su conjunto, que desarrollan sus propuestas en clave de diálogos con la sociedad y que tienen independencia de criterio respecto a las autoridades ministeriales. No hay por así decirlo tutelaje político, pero tampoco corporativo, o de cooptación por las estructuras de los sistemas educativos.

En cuarto lugar, tal cual señala el documento seminal “Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación”, elaborado por la Comisión Internacional sobre Futuros de la Educación apoyada por la UNESCO (20213), la discusión sobre los programas tendría que enmarcase en una renovada visión curricular que atienda a promover aprendizajes que se caracterizan por ser: (i) ecológicos cimentando relaciones mas equilibradas con la naturaleza, promoviendo acciones para enfrentar los desafíos de un mundo dañado y ajustando lo que producimos y consumimos a lo que realmente necesitamos para la mutua coexistencia y el bienestar entre países; (ii) interculturales que coadyuven al reconocimiento de diversidad de culturas, de conocimientos y mentalidades que se respetan y dialogan entre si sustentado en visiones compartidas sobre educar para los derechos humanos, para una ciudadanía activa y para una participación democrática; e (iii) interdisciplinares asentado en un diálogo profundo y mutuamente enriquecido entre las humanidades y las ciencias que fortalezca las capacidades de discernimiento y de indagación científica como emanación del espíritu humano tal cual señala el documento.

En resumidas cuentas, el análisis de los programas educativos no solo tiene que ver con lo que se definen como directrices y contenidos – comúnmente conocido como currículum prescripto - sino también con su efectivamente implementación, sus logros, sus valoraciones por los educadores y cómo es experimentado por los alumnos. Un programa educativo no garantiza nada por si solo, pero una formulación robusta y amigable ayuda a que cumpla un rol crucial en contribuir a lograr resultados equitativos de calidad. Contrariamente a una visión tradicional que considera a los programas como unidades que se sostienen en si mismas, las tendencias actuales convergen hacia promover diálogos fermentales entre los programas que coadyuven al logro del conjunto de las competencias y de los conocimientos que se establecen en la propuesta curricular como norte de referencia de la formación de las nuevas generaciones.

Referencias 

1) https://www.education.gouv.fr/conseil-superieur-des-programmes-la-composition-des-groupes-charges-de-l-elaboration-des-projets-de-12167

2) https://www.lemonde.fr/education/article/2022/02/14/on-ne-reecrit-pas-des-programmes-dans-le-but-de-relever-le-niveau-de-l-ecole_6113581_1473685.html)

3) https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000379381_spa

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