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Tras llegar a la presidencia prometiendo extrema izquierda, el presidente de Perú gira hacia el centro

Pedro Castillo realiza siete cambios y destituye al primer ministro marxista tras tomar posesión a finales de julio

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12 de octubre de 2021 a las 05:03

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Gideon Long

El presidente izquierdista peruano, Pedro Castillo, anunció la semana pasada una importante reorganización de su gabinete, destituyendo a su primer ministro, Guido Bellido, y distanciándose del partido marxista Perú Libre, que lo ayudó a llegar al poder.

En su medida más audaz desde que asumió el cargo a finales de julio, Castillo sustituyó a Bellido por Mirtha Vásquez, una joven excongresista y de izquierda moderada que no pertenece al partido Perú Libre.

El presidente hizo otros seis cambios, incluso en el importantísimo Ministerio de Minería, donde nombró al empresario Eduardo González. El ministro de Trabajo, Iber Maraví, un radical de Perú Libre, fue destituido junto con Bellido.

El número de mujeres en el gabinete aumentó de dos a cinco.

Pedro Francke, el ministro de Economía, fue confirmado en su cargo.

En un breve discurso televisado, Castillo dijo que había "decidido tomar algunas decisiones en favor de la gobernabilidad" y que era "el momento de poner al Perú por encima de toda ideología y posiciones partidarias aisladas".

Bellido dijo desconocer los motivos de su destitución, pero que suponía que Castillo había actuado "de acuerdo con sus convicciones y criterios políticos".

"No sabemos cuáles son las causas. Lo que sabemos es que hoy el presidente nos ha pedido que presentemos nuestras cartas de dimisión, e inmediatamente cumplimos con esa petición", dijo en una rueda de prensa.

Bellido había sido el miembro más polémico del gabinete de Castillo. Este congresista marxista, expresó en el pasado su simpatía por el grupo guerrillero maoísta Sendero Luminoso. En varias ocasiones intentó justificar las acciones de los insurgentes cuya guerra con el Estado cobró las vidas de 70,000 personas en las décadas de 1980 y 1990.

Mientras Castillo estaba en EEUU el mes pasado intentando convencer a potenciales inversionistas a que invirtieran en Perú, Bellido les estaba diciendo a los propietarios extranjeros del mayor proyecto de gas natural del país que necesitaban entregar más de sus ganancias al Estado o, de lo contrario, enfrentarían una nacionalización.

Bellido también sugirió que el gobierno debería estar preparado para cerrar el congreso si intentaba destituir al presidente o censurar a los ministros del gobierno.

Su salida es la segunda en apenas 70 días de lo que ha sido un inicio de mandato caótico e improvisado del gobierno de Castillo.

En agosto, Héctor Béjar, ministro de Relaciones Exteriores de 85 años y antiguo guerrillero izquierdista que defendió los regímenes de Cuba y Venezuela, dimitió después de sólo 19 días cuando salieron a la luz unos vídeos en los que afirmaba que Sendero Luminoso era "en gran medida un producto de los servicios de la CIA [Agencia Central de Inteligencia de EEUU]".

Castillo ganó las elecciones de junio contra todo pronóstico, convirtiéndose, presumiblemente, en el presidente de izquierda más radical de la historia de Perú.

Este maestro de escuela primaria rural, sin apenas experiencia política y sin partido propio, se presentó como candidato de Perú Libre. Tanto los peruanos como los extranjeros han estado pendientes de quién ostenta el poder en el gobierno: Castillo o sus auspiciadores ideológicos.

Cuando Castillo nombró a Bellido en su primer día completo en el cargo, parecía que Perú Libre era la voz dominante.

Desde entonces, Castillo ha enviado señales contradictorias sobre el rumbo en el que quiere llevar a Perú, una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina este siglo y un gran productor de cobre, oro, plata y otros metales.

Los centristas han instado a Castillo a que se aleje de los marxistas, mientras que los derechistas han amenazado con llevarlo a juicio político si intenta seguir adelante con sus propuestas más radicales, entre las que se incluye una nueva redacción de la constitución.

El líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, entrenado en Cuba, lamentó la salida de Bellido, diciendo que marcaba “un antes y un después".

Antes de que Castillo nombrara el nuevo gabinete, Cerrón tuiteó que el presidente tenía que elegir "entre lo conservador y lo revolucionario" e insistió en que el nuevo equipo no debería incluir "derechistas, caviares [izquierdistas burgueses] y traidores".

"Es hora de que Perú Libre exija su cuota de poder", tuiteó.

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